Tradiciones invernales

Nacimiento monumental de las Madres Adoratrices de Morelia. (Foto: ACG)

Las celebraciones invernales o “navideñas”, están rodeadas de ritos que nos agradan y que ponemos en práctica, muchas veces sin saber su origen y significado.

       Los descendientes del pueblo maya, actualmente superan los seis millones y habitan territorios de México, Guatemala, Belice, Honduras y El Salvador.  Hace una década, se habló del supuesto vaticinio del Fin del Mundo, atribuido a su cultura, que suscitó duras críticas por parte de especialistas en el tema, que no llegaron a comprender cómo, en afanes mercantilistas, se abuse de la realidad histórica y cultural de los pueblos indígenas del continente.  Y con el afán de contrarrestar las ideas catastrofistas de algunos, y especulativas de otros, el Instituto Smithsoniano, en colaboración con instancias estudiosas de la cultura maya, reunió diversas interpretaciones sobre la concepción del tiempo y en particular el denominado 13 B’aktun -o cuenta larga- que, a decir de expertos, “es sólo un corte para señalar un acto divino en el Calendario Maya… y de algún modo, esta mala interpretación del 13 Ba’ktun (unidad de 144 mil días) ha despertado enorme interés por tan enigmática cultura”. 

       Pero el acontecimiento de esa fecha, que provocó tanta inquietud e interés a nivel mundial, es sólo uno de muchísimos rituales que se celebran en distintas culturas y que, podemos afirmar, sus orígenes resultan desconocidos, tanto como su simbolismo o significado.

       Por ejemplo,  respecto a la Navidad, que se celebra en tantas partes del mundo, podemos encontrar datos de tanto interés como el que afirma que ésta, como tal, dio inicio en el siglo IV, durante la época del emperador romano Constantino (primer emperador romano convertido al cristianismo).  Él juntó el “día del Sol pagano” y el Sabbath (día santo de los judíos) y creó, además, lo que ahora es el Domingo.  San Agustín de Hipona fue la persona que introdujo la Navidad en el Reino Unido, junto con el cristianismo, en el siglo VI.  Él llegó de los países que utilizaban el  calendario romano, así que celebraban la Navidad el 25 de diciembre.  Poco a poco, la gente de Gran Bretaña y de Europa occidental, llevaron la tradición por todo el mundo.

       Las campanas, especialmente las de las iglesias, se han asociado con la Navidad, desde hace muchas centurias.  En las iglesias anglicanas y católicas, el llamado a los oficios religiosos se hace al ponerse el sol.  En algunas iglesias de Europa es tradicional que la campana más grande de la iglesia se haga sonar cuatro veces cada hora antes de medianoche en Nochebuena y a la media noche, suenan todas las campanas juntas como celebración.  En algunos países, son las campanas las que “entonan villancicos”, sin necesidad de que haya cantos.

       Las posadas son una forma de preparación para el nacimiento del Niño Jesús.  Durante nueve días se rememora el caminar de San José y María, buscando dónde recibir al niño, que finalmente, llega al mundo arropado en un pesebre en el pueblo de Belén.  Nadie está absolutamente seguro de por qué el día de Navidad se celebra el  25 de diciembre; posiblemente sea porque el solsticio del invierno y el festival romano denominado “Saturnalia” ocurrían en diciembre.  Siendo el solsticio de invierno el día más corto entre el amanecer y el anochecer, para los pueblos antiguos esto significaba que el invierno llegaba a su cúspide y los días, poco a poco, se harían más largos.  Para celebrar el “renacimiento” del Sol, realizaban un festival de adoración al astro, porque vencía a la oscuridad del invierno.  Se ha documentado que en algunos pueblos de Egipto, aún permanece la idea de que entre el 22 y el 25 de diciembre, nace el Niño Sol.

       Seguramente la tradición más apreciada en la Navidad mexicana, es el “nacimiento”, un arreglo elaborado con figuras de barro, cera, madera, metal, tela, u otros materiales, que representan el nacimiento del Niño Jesús y estampas bíblicas asociadas a su vida.  En algunos lugares, el Niño Jesús es mecido y arrullado por los padrinos para que duerma, antes de poner la figura en la cuna o pesebre, durante la víspera de Navidad.  A San Francisco de Asís se le acredita la preparación del primer nacimiento en una cueva italiana, en el año 1223.  La Navidad de ese año lo sorprendió en la ermita de un sitio llamado Greccio y allí tuvo la inspiración de reproducir en vivo la escena del Nacimiento de Jesús.

        Existen diversas hipótesis surgidas de innumerables fuentes históricas respecto a la tradición del árbol de la Navidad.  Una habla de que los egipcios, a finales de diciembre, llevaban ramas de palma a sus hogares como símbolo de la mejora de las cosechas del año.  Los romanos recortaban las ramas de los árboles y los adornaban con imágenes del Dios Sol.  Para celebrar el solsticio de invierno, los hechiceros druidas colgaban manzanas doradas y encendían velas en árboles de roble.  En la Edad Media, se celebraba el “Banquete de Adán” en la víspera del 24 de diciembre y su símbolo era un árbol de abeto del que colgaban manzanas rojas, que fue llamado “el árbol del paraíso”.  Tal vez la idea más aceptada es que el árbol de Navidad, como parte de la celebración cristiana, comenzó hace más de 400 años en Alemania y se diseminó hacia la mayor parte de Europa en el siglo XIX.

       Otras tradiciones que se han incorporado a los festejos navideños, son:

        La flor de Nochebuena, que es de origen mexicano y representa el amor y la esperanza.

        En el siglo XIII y de la mano de los franciscanos, nacieron los primeros cantos navideños, que han derivado en los hoy conocidos como villancicos.

        El pavo de Nochebuena, tuvo su origen en México, en el siglo XVI.  Los aztecas se lo dieron a probar a Hernán Cortés, a quien le agradó y llevó a España para servirlo en la cena previa a la Navidad.

        Los restos de los conocidos como “Reyes Magos”, se encuentran en Colonia, Alemania, y descansan en un cofre de oro y plata que pesa unos 350 kilogramos.

        La tradición de dar e intercambiar regalos el día de Navidad, tiene un origen incierto, aunque muchos creen que se originó en el festival romano de la Saturnalia.  Entre el pueblo católico, se habla de que representan “los dones que trae para todos el Niño Jesús”.

          La Saturnalia (nombrada así por el dios romano Saturno) se celebraba del 17 al 25 de diciembre.  El propósito de su celebración era para despedir al año viejo y salvaguardar la salud de las cosechas sembradas en invierno.  Para los habitantes de los poblados, sin embargo, era una época de banquetes y de compartir regalos.

        Motivos para celebrar, hay muchos.  ¿No es suficiente iniciar un nuevo ciclo, que significa una nueva vuelta al Sol?  ¡Enhorabuena!