Decepción

Andrés Manuel sólo es responsable de habernos mentido durante su campaña electoral. (Foto: especial)

Hace cinco años, en un número importante de mexicanos, se despertó la esperanza de contar con una Administración de Gobierno Federal, que atendería las demandas más sentidas de la población, algunas de éstas, pendientes desde la primera década del Siglo XX. Como el tener un gobierno democrático, del pueblo para el pueblo; el derecho al trabajo digno y socialmente útil, con una remuneración suficientes para vivir con dignidad; así como, el derecho a una educación gratuita, laica, con equidad y excelencia, entre muchas otras.

La mayor esperanza se centró fundamentalmente, en el combate a la corrupción, la impunidad y la delincuencia, vicios sociales, que no sólo han obstaculizado el desarrollo nacional, sino que además, han ocasionado que se incremente el número de mexicanos con rezago educativo, sin acceso a los servicios de salud, sin un espacio propio para vivir y sin ingresos suficientes para comer tres veces al día, mucho menos para adquirir otro tipo de bienes y servicios o para disfrutar de un periodo de vacaciones dignas, como tanto se pregona.

Toda esa renovada esperanza, pronto empezó a diluirse en forma encubierta, en el momento mismo en que muchos de los militantes de MORENA, quienes trabajaron desinteresadamente en la construcción de su partido, empezaron a ser desplazados por desertores de otras organizaciones y partidos políticos, que, por una u otra causa, habían agotado cualquier posibilidad de continuar participando bajo sus tradicionales nomenclaturas.

Sabedores de las practicas del poder, no dejaron pasar la oportunidad del momento y en la medida que avanzaba la campaña a la presidencia y a los demás cargos de elección popular, fácilmente se fueron  acomodando en el nuevo entorno político, logrando entrar en el ánimo de quienes decidieron la distribución del poder, tanto en el ámbito estatal como en el nacional, manifestando lealtad a la nueva estructura, listos para seguir en la jugada, aceptando aparecer en cualquier tipo de nómina de la Tesorería de la Federación. Aun cuando ni idea tenían ni tienen, sobre La Declaración de Principios; El Programa de Acción y Los Estatutos, del Movimiento de Regeneración Nacional.

Alguno de ellos, tan pronto se sintieron seguros del cargo, públicamente se deslindaron del partido que los rescató y otros con mayor experiencia, en forma callada y silenciosa hacen sus propios planes, para cuando llegue el momento oportuno, busquen un nuevo reacomodo, por lo que pueda suceder en 2024. Así también, habrá otros que ya no tengan cabida en ninguna parte, pero por lo pronto, estuvieron dentro del presupuesto un sexenio más.

Ante esta amalgama de intereses al frente de una administración de gobierno, poco de lo prometido se puede cumplir, los resultados no pueden ser de otra manera: la corrupción sigue desplazándose por la mayoría de las oficinas de las administraciones públicas y ningún pez gordo se encuentra tras las rejas por actos de corrupción, como tanto se había prometido; por otra parte, la ley se sigue aplicando en forma selectiva y se ha llegado al grado de utilizar un número importante de miembros de la Guardia Nacional, para vigilar las instalaciones del Servicio Colectivo Metro, dejando sin apoyo de seguridad a entidades federativas que mucho lo necesitan y además duplicando el gasto por este concepto.

Los indicadores del desarrollo nacional poco se han movido, la nueva infraestructura productiva se limita a la construcción del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, del Tren Maya, algunos caminos vecinales, carreteras y puentes de comunicación y otras obras de menor calado. En materia de justicia social, pudiera decirse que los avances son los más significativos, los cuales se sintetizan en los programas denominados: Pensión para el Bienestar de los Adultos Mayores; Pensión para el Bienestar de las Personas con Discapacidad; Programa para el Bienestar de Niñas y Niños, Hijos de Madres Trabajadoras y así como los diferentes programas de becas escolares. Dejando mucho que desear la administración de dichos programas, por la falta de padrones actualizados, pero sobre todo por el carácter universal de alguno de estos, cuando vivimos en una sociedad con abismales desigualdades, aparte de que al ampliarse su cobertura, llegará un momento en que no se puedan implementar, por el alto costo que representan, como sucedió con las pensiones y jubilaciones, por lo que en vez de seguirse tasando en salarios mínimos, se optó por calcularse, en función del valor de la Unidad de Medida y Actualización (UMA).

En salud y en educación por más esfuerzos que hagan por mejorar las cosas, al término del sexenio el saldo será totalmente negativo, se les fue el tiempo en puras ocurrencias, como el de cambiar de la noche a la mañana el sistema de adquisición de medicamentos, sin contar con ninguna experiencia al respecto, afectando principalmente a las personas que padecen enfermedades crónicas y por otra parte descuidaron el mantenimiento y la construcción de nuevas y mejores instalaciones médicas, para dar atención a una población en crecimiento.

Pero sin duda alguna, el mayor descuido que se ha tenido es la educación de niñas, niños, adolescentes y jóvenes, al no establecerse las políticas públicas educativas de acuerdo a la realidad en que vivimos y no querer poner orden en el Sistema Educativo Nacional, con los resultados que todos conocemos; instalaciones educativas abandonadas u obsoletas; mala calidad de la enseñanza que se imparte en las escuelas públicas; trabajadores de la educación percibiendo salarios insuficientes para poder vivir dignamente; incremento del rezago educativo y de la deserción escolar; atraso educativo  equivalente a dos ciclos escolares de quienes nacieron entre 1998 y 2018; egresados de las universidades públicas desempleados, por no contar con una buena preparación académica; suspensión de apoyo económico a jóvenes con deseos de estudiar en las mejores escuelas del mundo,  y de pilón, creación de nuevas universidades, sin  que se tenga la certeza de que son necesarias para el desarrollo regional de su área de influencia.

Aun con todo esto, si bien es cierto que el calendario escolar 2022-2023, señala 190 días efectivos de clases para educación básica y 195, para educación normal y formación de maestros, a partir del 29 de agosto de 2022. Es un secreto a voces que el periodo de clases no se cumple como está programado, por causa, tan conocidas como paros laborales, exigiendo pago de salarios y otras prestaciones o reclamando plazas docentes, para egresados de las normales, en fin, pretextos no faltarán, para suspender clases. Pero además en años pasados, era bien sabido por la comunidad escolar, que, a partir de la segunda semana de junio de cada año, hasta el último día de labores señalado en el calendario escolar, en lugar de clases se entretenía a los alumnos con la proyección de películas, videos o rondas infantiles. Espero que en estos tiempos no suceda algo parecido.

La realidad es que no hay de otra, en 2024, tendremos más de lo mismo o aceptaremos el regreso de los de antes. Pensando bien, podríamos optar por un intermedio, para que sea menos amarga cualquier otra decepción.