Inicio Economía “En franca precariedad”, producción de básicos en el estado: analista

“En franca precariedad”, producción de básicos en el estado: analista

Prevalecen el aguacate, el limón y los berries, ante precariedad económica y pérdida de viabilidad productiva para los trabajadores del campo

La pérdida de cultivos de maíz va entre las contabilizadas por las condiciones extremas de este año. | Fotografía: Archivo

Morelia, Mich.- “El escaso crecimiento económico observado, la precariedad laboral y la pobreza, se han convertido en el cimiento del deterioro constante del tejido social en la mayoría de los municipios de la entidad”, y donde el campo vive una “polarización preocupante” y en “franca precariedad” en el producción de básicos, además de un descenso en el dinamismo de las actividades de otros sectores, considera el analista Heliodoro Gil Corona, catedrático de la Facultad de Economía “Vasco de Quiroga” de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH).

Los retos para sostener un crecimiento, serán impulsar el consumo interno y crear mínimo 40 mil plazas formales de empleo por año en el siguiente lustro, señala el también integrante del Colegio de Economistas del Estado de Michoacán para alcanzar un periodo de crecimiento que supere el 4 por ciento en ese periodo.

Para el analista, en este escenario repercute en el bajo crecimiento de la economía michoacana en el largo plazo. “Entre los años 2000 y 2021, la economía estatal reportó un crecimiento económico de apenas 1.7% y, en el periodo reciente, de 2016 a 2021, el PIBE experimentó un crecimiento promedio anual de tan solo 0.9%”, indica en su proyección “Recuperación y Desafíos Económicos de Michoacán”.

El campo, “sin duda es gran nutriente de la economía michoacana, pero también necesario advertir que experimenta condiciones de polarización preocupante. Por un lado, prevalecen productos agrícolas altamente rentables como el aguacate, el limón y los berries y, por otro lado, existe una producción de maíz, frijol y trigo, entre otros bienes, en condiciones de franca precariedad económica y pérdida de viabilidad productiva para los trabajadores del campo. Las actividades rurales participan actualmente con el 13.5% en el Producto Interno Bruto Estatal (PIBE).”

Gil Corona observa que “el sector secundario estatal perdió dinamismo y participación en la economía estatal. Se trata de un sector rezagado, desintegrado, aislado de los mercados mundiales y con modesta aportación empresarial cuyas inversiones han estado abocadas principalmente en las actividades de comercio y servicios.”

Este deterioro de las actividades industriales, “ha generado perturbaciones en la estructura económica estatal: desintegrando las cadenas de valor y sus ecosistemas, restando la participación en el PIBE y cancelando los empleos mejor remunerados en el mercado de trabajo estatal. Hoy día las actividades industriales participan con el 15.5% en el PIBE, cuando en 2000 contribuyeron con 23.5%.”

Ante esta situación, observa el catedrático, que “poco se ha hecho para tratar de revertir esta lamentable situación de uno de los sectores fundamentales de la economía estatal. Ha sido muy evidente la carencia de programas, proyectos, estímulos fiscales e inversiones en las actividades secundarias.

Señala que aunque en el año anterior se observaron índices de crecimiento de 2.6 por ciento respecto al 2.8 registrado en el 2021, “en la recuperación económica observada fue clave el desempeño de las actividades industriales durante este periodo. De enero a septiembre del año pasado el sector industrial de Michoacán expresó un aumento de 4.0%, apoyado en el acentuado incremento de la industria manufacturera de 5.5%, el repunte de la generación de energía eléctrica, agua y gas de 5.2% y con una recaída de la minería de (-) 3.4% y la industria de la construcción de (-) 0.1%.”

El análisis pondera que para mantener un crecimiento sostenido, los principales desafíos que deberán de enfrentar el sector productivo, los tres órdenes de gobierno y la sociedad en general serán sostener una tasa de promedio anual de 4.0% en los próximos 5 años, donde “una vía para fortalecer el consumo interno estatal estriba en ampliar las oportunidades de trabajo formal y a la vez reformular las precarias condiciones del mercado laboral estatal. El primer paso es acrecentar la masa de trabajadores mediante una mayor creación de empleo formal de manera sostenida, capaz de generar en promedio en cada año cuando menos 40 mil plazas formales en los próximos 5 años, lo que implica diseñar políticas públicas que permitan dotan de contenido y un mejor trazo de las herramientas operativas vinculantes entre empresarios y gobierno estatal.”

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