El señor López y su personalidad

Andrés Manuel López Obrador durante su etapa como Jefe de Gobierno del Distrito Federal. (Foto: especial)

No se trata de descubrir el hilo negro ni el agua tibia; desde hace años, casi cualquier persona con algo de información y cultura ha percibido el progresivo cambio en la personalidad del señor López. De ser inicialmente alguien que en un análisis superficial podría pasar como normal, salvo por su insistencia en autoproclamarse “Honesto” y “Rayito de esperanza”, pasó a ser un delirante Mesías, abanderado de todos los odios, dueño de una agresiva oratoria rupestre, violenta y vindicativa.

El asunto ya tiene muchos años, concretamente fue durante su desempeño como Jefe de Gobierno del DF cuando la verdadera personalidad del señor López fue emergiendo; inicialmente algunos datos aislados; su ruda descalificación a la marcha contra la inseguridad, la evidente protección a su corrupto tesorero, Ponce, su renuencia para deslindarse de Bejarano y su absoluta incapacidad para admitir errores o equivocaciones. Progresivamente López perdía piso, se tornó más intolerante, irritable, insultaba a los medios que exhibían su incompetencia recalcando, eso sí, la veracidad de lo que él llamó “El periódico objetivo” (La Jornada). Finalmente, durante la campaña del 2006, mareado por los aplausos de sus fanáticos, que no seguidores, los ciudadanos tuvieron la oportunidad de ver su verdadera cara; la de un político de escasa cultura, con un discurso hecho de lugares comunes, intolerante e incapaz de reconocer errores.

A partir de la noche en que perdió la elección presidencial, las evidencias de su personalidad brotaron como surtidor, el Mesías presentó, en todo su esplendor las evidencias de un par de trastornos de personalidad, narcisista y paranoide.

Pero antes de seguir definamos lo que se entiende por personalidad en psiquiatría. Básicamente se trata del conjunto de mecanismos psicológicos y rasgos internos de un individuo, los cuales determinan la forma en que interactúa y se adapta con su entorno físico, social e intrapsíquico.

En palabras más simples, la personalidad son los elementos que determinan la forma en que nos relacionamos con el mundo que nos rodea, tanto de forma externa como interna. Estos elementos suelen mantenerse de una forma coherente entre sí y prolongada a través del tiempo.

Veamos primero los datos del llamado Trastorno de la personalidad narcisista (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders DSM-V).

Este se caracteriza básicamente por un patrón general de grandiosidad, necesidad de adulación y falta de empatía. Estos pacientes sobrevaloran sus capacidades y exageran sus logros. Ellos piensan que son superiores, únicos o especiales. La sobreestimación de su propio valor y logros a menudo implica una subestimación del valor y los logros de los demás.

Los pacientes con trastorno narcisista necesitan ser admirados, su autoestima depende de la consideración positiva de los demás y por lo tanto es por lo general muy frágil. Son hipersensibles (eso si calienta dijo en una ocasión) y se molestan por las críticas de los demás. A las criticas habitualmente responden con ira o desprecio.

El trastorno paranoide de la personalidad es un trastorno caracterizado por un patrón de desconfianza y suspicacia general hacia las otras personas, de forma que todo lo que hacen éstas se interpreta como malicioso. Sus principales datos de acuerdo al DSM-V son:

1.- Sospecha, sin base suficiente, que los demás se van a aprovechar de el, le van a hacer daño o le van a engañar

2.- Mantiene dudas no justificadas acerca de la lealtad o fidelidad de amigos, compañeros o socios.

3.- No confía en los demás, por temor injustificado a que la información que comparta vaya a ser utilizada en su contra.

4.- Aun en los hechos más irrelevantes ven significados ocultos, amenazas y conspiraciones. Tienen constantes delirios autorreferenciales.

5.- Albergan rencores por mucho tiempo.

6.- Percibe ataques a su persona que no son aparentes para los demás, reacciona con ira y contraataca. Invierten mucha energía buscando detalles de un complot en su contra.

¿Y cómo evolucionó el señor López? Los que lo conocen de cerca afirman que no escucha, descalifica; no razona, agrede; no tiene propuestas novedosas solo un gastado discurso de lugares comunes, miente, se enreda, repite hasta el cansancio el mismo discurso, él es el dueño único de la verdad y está firmemente convencido de que su papel es el de un Salvador, un Mesías y por lo tanto, todo lo que haga está justificado.


El señor vive ya en una realidad alterna, un mundo donde solo vale su opinión y sus ideas. Usó y desfondó al PRD, tirándolo como basura cuando ya no le fue útil. Fundó una secta, MORENA, estructura que gira alrededor de él y nada más que de él.

Concluyo. A la luz de estos y más datos es imperativo conocer el verdadero estado de salud física y mental del personaje que ocupa la Presidencia de la República. Por sobrevida de México.