DEBATAMOS MICHOACÁN: Resolución de conflictos

En la educación básica es importante que los docentes generen las condiciones para impulsar el interés superior de la niñez. (Foto: cortesía Gerardo Herrera)

¿Existe una receta para la resolución de conflictos?, considero que no, es necesario construir; de cara a tres conceptos, la agresión, una emoción con la cual convivimos desde nuestras primeras etapas de vida al responder a nuestra sobrevivencia, y la violencia como un instrumento que se construye y con el cual se somete y controla los cuerpos de los demás y por otro lado, los conflictos, como la posibilidad de resolver problemas a través del diálogo en horizontalidad; por otro lado, existen elementos de política pública y herramientas para la construcción de la cultura de la paz y la convivencia, no obstante, parece ser no ha sido posible introducirlos metacognitivamente en la población.  La pregunta continúa siendo ¿se puede construir un modelo de convivencia y paz a partir de la atención de los conflictos? 

Por ello, y a partir de años de trabajo en centros escolares de diferentes niveles educativos, pero sobre todo en la educación básica es importante que los docentes generen las condiciones para impulsar el interés superior de la niñez (cuidar de la vida, el desarrollo, la igualdad y no discriminación, así como, la participación de la niñez) y desde luego el derecho al libre desarrollo de la personalidad. Se requiere brindar a las infancias y adolescencias su más amplia participación, es decir, darles la palabra, escucharlos y no colonizar (someter, o bien, oprimir), este ejercicio,  permite que las infancias o adolescencias logren solucionar sus conflictos a través del diálogo (horizontal, complementario, en diálogo de saberes, alteridad, intersubjetivación, tolerancia y respeto), sin llegar a la violencia directa, fomentando la tolerancia (reconociendo las diferencias y aceptando la igualdad sustantiva) y el respeto entre ellos, generando la orientación entre los miembros de la comunidad escolar a tener una comunicación directa y viva, en donde obtengan los elementos de la cultura de paz.

Cada vez que escuchamos en los medios de comunicación, y en diferentes lugares sobre la existencia de la violencia, sabemos que se refieren a dañar, lastimar, herir y ofender al otro, ya sea en forma verbal, física o psicológica, también sexual, es decir en un ejercicio de violencia en continuum, pero también en estructuras elementales de la violencia, tanto jerárquica y de contrato, como expresa Rita Segato.

Existen dos puntas de la asimetría del poder para el ejercicio de la violencia: una, jerárquica, quien comete el abuso, quien somete y controla cuerpos de hombres y mujeres, es decir, el acosador; dicho acosador puede ser una persona con problemas emocionales, disfuncionalidad social, incluso notas académicas bajas, también lo son de baja autoestima, irritables o bien, todos los conocemos como aquellas personas que se asumen con poder y liderazgo para que se le obedezca.

La violencia esta naturalizada, en ocasiones, no nos damos cuenta que estamos vinculados en procesos de violencia y de esta manera muchas de las veces prácticamente todos hemos sido parte de dichos procesos de violencia, de ahí la importancia de continuar trabajando en procesos de diálogo y construcción de convivencia para la transformación de espacios para la paz y con ello, evitar el conflicto.

La violencia naturalizada se presenta en actos en los cuales las personas participan de una u otra manera, en acción o bien en omisión, sobre todos en la violencia psicológica a través de los chismes, la diatriba, burlas, humillaciones, los estigamas (apodos), poner una cola de papel, un chicle en el asiento, papeles sobre su espalda del compañero, no respetar, ignorar, aislamiento (ley de hielo), pero también la violencia física a través de golpes, empujones, jalones de cabello, cachetadas, escupitajos, patadas, poner el pie para que se caiga la persona, aventar papeles sobre sus piernas, y desde luego la verbal, con una serie de expresiones lascivas, hirientes, denostativas, y palabras coloquiales altisonantes que generan desprecio, y repulsión de incluirse en el grupo.

El problema de fondo es cómo resolvemos el conflicto, cuando en el desarrollo del mismo influyen cuestiones tales como el modelo económico, el mercado, el patriarcado, las ideologías, la opresión que vivimos todos los miembros de una comunidad, pero también otros procesos socioemocionales. Pero el conflicto conceptualmente y desde el diccionario, es considerado como: lucha, pelea, enfrentamiento armado (guerra), situación difícil, discusión y otros.

Para los teóricos de la paz, el conflicto es visto desde la tensión de intereses entre las personas, en los grupos sociales, es decir, ellos no los califican como de conflictos de intereses buenos o malos, esas formas dicotómicas de ver la realidad (Pierre Bourdieu); el conflicto también puede generar una condición mediadora entre la paz y la violencia, o sea, construir espacios sin violencia.

El conflicto puede transitar a una intervención intermediaria entre pares (la mismidad y la otredad) para construir una solución a cualquier problema presente entre ambos; dicha solución será sin ser autoritaria o indiferente ante las circunstancias del otro; de este modo, es posible alejarse del significado del conflicto en donde se lucha por el poder, haciendo de lado el poder y potenciando los valores propios y ajenos. De esta manera, se estará lastimando sin medir el daño infringido en los demás con tal de querer obtener o ganar en una pelea.

Para atender un problema requerimos de enfrentarnos la mismidad y la otredad para construir una resolución pacífica al conflicto, y ello requiere, de un trabajo permanente, de voluntad para evitar violencia física, asumiendo que igualmente es válido cada uno de los posicionamientos, pero lo que debemos de evitar es el ejercicio de la violencia.  

Para Johan Galtung, teórico de la paz, por más de cinco décadas: la teoría de conflictos, no sólo debe reconocer si los conflictos son buenos o malos; esta deberá fundamentalmente ofrecer mecanismos para entenderlos lógicamente, criterios científicos para analizarlos, y metodologías para transformarlos. Lo que se requiere es evitar la fuerza para resolver conflictos, las emociones negativas, lo que se debe construir es a partir de ir por una conducta adecuada, noble y con valores, principios y virtudes sociales para comprender a la otredad y con ello no caer en los conflictos.

Desde el punto de vista teórico, no solo Galtung, sino Lederach, teorizan sobre el conflicto, para éste, el Conflicto es una paradoja, es decir, se requiere de una interacción entre la mismidad y la otredad como adversarios los que compiten por sus intereses, pero que, a la vez, importante expresarlo, han de cooperar para llegar a acuerdos, dicha interdependencia genera la posibilidad de ver al conflicto como tal, pero igualmente permite el crecimiento de la otredad

Por otra parte, para el teórico Lederach, expresa que, el conflicto es una paradoja, porque supone una interacción entre dos adversarios que compiten por sus intereses, pero que a la vez han de cooperar para llegar a acuerdos, esta interdependencia nos hace ver el conflicto como primordial y necesario para el crecimiento de la persona. El conflicto en voz de Lederach, es un desacuerdo entre dos personas que buscan el mismo fin para ganar, en donde el conflicto es necesario para lograr un acuerdo, la meta, el objetivo, entre miembros de la colectividad y ello permite, progresividad en el desarrollo humano.

Aunque es necesario precisar, no es lo mismo ver una conducta antisocial y androcéntrica como violencia, cuando se puede observar cómo conflicto, y es que su diferencia es simple, aunque en ocasiones se usen como sinónimo, el conflicto favorece el progreso, a partir de reconocer la importancia del diálogo; el diálogo habrá de hacerse bajo el enfoque de comprender a la otredad, utilizando valores, principios y virtudes sociales para la resolución de un conflicto.

Por otro lado, es importante reconocer la relación entre conflicto y convivencia, es decir, la convivencia es un proceso creativo y respetuoso con las partes, ya sea que prevea evitar la producción de conflicto, o bien, haciendo que el mismo progrese cuando ya se produjo. Por ello, en la convivencia se pueden dar las condiciones de solución de conflictos, al hacer que se progresen las soluciones sobre los conflictos a partir de la tolerancia y el respeto de las opiniones de la otredad, dependiendo de la perspectiva que tiene cada quien, siendo constructivo y pensando en el bienestar de la mismidad y otredad.