Morelia, Mich.- Es la zona poniente de la ciudad, en la salida a Quiroga, justo donde se encuentra el antiguo tiradero de basura a cielo abierto, el cual fue clausurado en diciembre de 2007. Tras años de abandono, resguarda a cinco mil árboles de distintas especies y se espera que sea el nuevo Bosque Poniente de la capital.
“La apuesta es que sea en un futuro no tan lejano un lugar familiar, con andadores, quioscos, corredores, bicicross”, declaró Eugenio Villalobos Guzmán, director de Parques y Jardines del Ayuntamiento.
El antiguo tiradero de basura a cielo abierto cuenta con una extensión de 10 hectáreas, de las cuales cinco ya se han forestado con especies como el guayabo, nopales, fresno, orquídea primavera, pino, jacaranda, tabachín, sauce y para delimitar esta nueva área verde se han cultivado magueyes. “Esta va a ser un área verde siempre porque el terreno es del Ayuntamiento”, aseguró el funcionario.
El último tiradero a cielo abierto en Morelia, clausurado en diciembre de 2007, y que ahora se proyecta como el Bosque Poniente, tuvo que ser estudiado para forestarse.
“Con maquinaria se escarbó hasta tres metros de profundidad para saber que la tierra es apta, toda vez que ya no tienen aromas, ni humedad; además, se conserva sin altas temperaturas de descomposición. Esta tierra es rica en humus, las bacterias hicieron su trabajo, este tiradero a cielo abierto permaneció en función desde 1970 y por más de 20 años”, recordó el funcionario, mientras con sus manos tomaba desechos y los oprimía para soltar tierra y polvo.
“La naturaleza es sabia. Se ven los vestigios de la basura, pero también se ve la tierra nueva. Estamos en los límites de un relleno sanitario, en este espacio la naturaleza ahora nos dota de elementos excelentes para que las plantas prosperen. El humus que da la basura es de muy buena calidad y tiene los tres elementos químicos que ocupan las plantas: nitrógeno, fósforo y potasio”, refirió.
Es notoria la cantidad de desechos plásticos, llantas, pedazos de tela, metales, hasta medicamentos caducados y celulosa que fue deshecho de CEPAMISA, sobre los cerros que llegan a medir más de dos metros. Aún hay personas pepenando.
“Entre más sol les dé, más rápido se descomponen. Estos fueron los primeros plásticos que se tiraban en una ciudad”, reconsideró el también agrónomo y veterinario, Villalobos Guzmán
”El 1 de septiembre de 2021 llegamos a este territorio para iniciar la creación del nuevo bosque. Para el 19 del mismo mes ya estaban sembrados los árboles que tienen una distancia entre ellos de 4 metros por cada lado. El trabajo se hizo con maquinaria agrícola, no como se realizaba antiguamente a mano, donde nada más plantaban un árbol, se tomaban la foto y se iban”.
A propósito del cuidado de estas plantaciones, manifestó que “el personal de Parques y Jardines se encargó de realizar el trabajo para hacer el cajete, el riego, la poda y los cuidados, asimismo se dedican a quitar las hojas secas y troncos, lo que evita incendios”.
El actual terreno del Bosque Poniente ya tiene accesos de calles para que entren las pipas y puedan hacer riego de alivio. Los arbustos y pequeños cultivos están ordenados en horizontal, y se espera la temporada de lluvias para que las plantas sigan creciendo.
El Bosque Poniente tiene dos años de creación, los árboles prosperan y pese a que el año pasado cayó la plaga del chapulín, que dejó los árboles sin hojas, hoy se puede ver que están retoñando, explicó Villalobos Guzmán, quien se atribuye la iniciativa de este espacio como área verde. Dijo que antes de concluir esta administración, las 10 hectáreas del territorio contarán con árboles.
“Esperan ir creciendo en este mismo territorio, pues solo se han sembrado 5 de las 10 hectáreas con las que cuenta”.
Sobre el límite con el relleno sanitario se encuentran unas barrancas. Respecto a ese tema, el director de Parques y Jardines municipal manifestó que “cada día se va llenando con toda la poda de pasto, ramas y troncos de la ciudad, se entierran además en este espacio para hacer composta pasiva de alta calidad y lograr ser autosuficientes. Son cientos de toneladas que están en proceso de descomposición, pero después de la temporada de lluvias se podrá extraer para su uso”, añadió.
