Fondo de reptiles y periodismo

Se conoce como fondo de los reptiles a las subvenciones secretas que el gobierno hace a la prensa para que esta muestre una posición más favorable hacia sus políticas. | Imagen: Archivo

Algo de historia. Se conoce como fondo de los reptiles a las subvenciones secretas que el gobierno hace a la prensa para que esta muestre una posición más favorable hacia sus políticas. La expresión proviene de una afirmación del Canciller Otto Von Bismarck tras ganar la guerra prusiana-austriaca en 1866 y de paso ganar para Prusia todo el tesoro del derrotado Rey Jorge V. Después de la guerra, Bismarck, cansado de las continuas intrigas de los partidarios de los Hannover, pronunció la célebre frase: “Utilizaré su dinero para perseguir a estos reptiles malignos hasta sus propias cuevas”. De esta manera el tesoro del vencido se convirtió en el “fondo de los reptiles”.

Posteriormente el término “Fondo de Reptiles” se ha utilizado para describir la práctica de utilizar fondos secretos para sobornar y corromper tanto a políticos como a periodistas con el fin de obtener beneficios personales y políticos. Esta práctica ha existido en varias partes del mundo, no nada más en la antigua Prusia, y ha sido especialmente evidente en países como Colombia, donde los narcotraficantes y los paramilitares utilizaron fondos secretos para corromper a políticos y periodistas y mantener su control sobre el país.

En Colombia, el Fondo de Reptiles se originó en la década de 1970 bajo la presidencia de Alfonso López Michelsen. En ese momento, el Fondo se utilizó para sobornar a políticos y periodistas con el fin de garantizar la aprobación de proyectos de ley favorables a los intereses del gobierno. Sin embargo, en la década de 1980, el Fondo se convirtió en una herramienta utilizada por los grupos paramilitares y narcotraficantes para obtener el control de la política colombiana. Esta práctica, a todas luces ilegal, ha sido fuertemente criticada por los medios de comunicación (los honestos y los no tan honestos) y por la sociedad en general, ya que evidentemente socava la democracia y la confianza en las instituciones públicas.

El Fondo de Reptiles y su relación con el periodismo venal:

La relación entre el Fondo de Reptiles y el periodismo venal es estrecha. Y México ha sido un campo propicio para esta práctica. El periodismo venal se refiere a la práctica de aceptar sobornos y favores de políticos y empresarios a cambio de una cobertura favorable en los medios de comunicación. Es por demás señalar que los periodistas que aceptan sobornos y favores por lo general provienen de las sentinas del periodismo y tienen poca o ninguna ética profesional pues su interés primario en la búsqueda de ganancias personales y no el informar de manera objetiva y veraz. ¿Que la objetividad se va al diablo con esta práctica? Eso carece de importancia para estos periodistas. ¿Que se manipulan las notas por medio del llamado “sesgo por selección y omisión” para alterar el sentido de la nota? Pues tampoco tiene importancia.

Ejemplos de esta práctica en México tenemos el escándalo del “Pemexgate” en 2000, cuando el sindicato de trabajadores de la petrolera estatal PEMEX desvió millones de dólares de los fondos del propio sindicato para financiar la campaña presidencial del entonces candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Francisco Labastida. Por cierto, no hubo consecuencias de importancia, total, Labastida perdió.

Pero no solo en América Latina hace aire, en Alemania, el escándalo del “Deutsche Bank” en 2005 mostró cómo los fondos secretos pueden utilizarse para corromper a políticos y periodistas y obtener beneficios personales y políticos. En este caso, el banco fue acusado de utilizar fondos secretos para sobornar a políticos y periodistas con el fin de obtener beneficios financieros. Este escándalo reveló cómo la corrupción puede existir incluso en países considerados democracias estables y con sistemas judiciales fuertes.

¿Qué se puede hacer? Por buenas intenciones no paramos, en México, la ahora evanescente Comisión Nacional de los Derechos Humanos desde hace tiempo ha recomendado que los periodistas eviten aceptar fondos del gobierno o de organizaciones que puedan tener intereses ocultos en la información que están cubriendo. Como recomendación es excelente, pero ¿posibilidad de vigilar el cumplimiento de esta petición? Cero. Ninguna.

Se puede concluir que el uso del llamado Fondo de Reptiles es una práctica política no nada más ilegal sino altamente peligrosa pues socava la democracia y la confianza en las instituciones públicas. Por lo tanto, es imprescindible que el periodismo mantenga la objetividad y la imparcialidad en su cobertura de noticias para garantizar que el público reciba una información precisa y equilibrada. ¿Se cumple a cabalidad eso en México? Pues yo diría que no. ¿Castigo real y efectivo a los periodistas y medios que mienten y sesgan? Pues no veo nada parecido, al contrario, en esta 4T esos medios han florecido como nunca y gozan de cabal salud.