SOMOS NUESTRA MEMORIA: Matrimonio y mortaja

En Psicología entendemos el matrimonio como una institución social, que consiste en la unión de dos personas para establecer una comunidad de vida. (Foto: especial)

El tema del matrimonio cada día se encuentra actualizándose por las relaciones que se viven en la pareja, donde las nuevas generaciones desconfían más del otro; y en la historia no siempre ha sido rutinario, sobre todo porque el matrimonio es un límite y una ley que genera obligaciones, algo que pocos están dispuestos a cumplir.

En el cristianismo antiguo se escribía más sobre la virginidad que del matrimonio, y es que cohabitar con la pareja legítima es un tema del que muchos mexicanos no pueden hablar, de allí que para muchos sea una mortaja, siendo uno de sus sentidos la vestidura que se pone al cadáver antes de ser enterrado.

En Psicología entendemos el matrimonio como una institución social, que consiste en la unión de dos personas para establecer una comunidad de vida. Casarse es una decisión muy importante para las personas, aunque cada vez es más común que las personas decidan no vivir esa experiencia psicológica. En México, durante 2021 se registraron más de 453,000 matrimonios, de estas uniones, más de 448,000 se realizaron entre parejas de mujeres y hombres, y más de 4,000 fueron entre personas del mismo sexo (INEGI).

En psicología distintos elementos componen a un matrimonio, resaltando las relaciones económicas, políticas y sexuales entre los esposos, sobre todo por su calidad y calidez; además de la constitución y el mantenimiento de la familia alrededor de la pareja, donde diversos acontecimientos históricos enmarcan la personalidad del matrimonio.

Existe una tendencia que considera el matrimonio como un bien, sobre todo en culturas donde se honra a la virginidad, como lo es la cristiana. Y en las culturas modernas latinas, existen dos características del matrimonio: por un lado, la atadura en su sentido de servidumbre entre dos individuos, y el entrelazamiento que forma una nueva unidad. Allá de cada pareja de como lidian con esas condiciones.

Justamente el matrimonio viene a fundar la necesidad de casarnos con personas ajenas a nuestra familia, con extraños, como una forma de religarnos con desconocidos, muchas veces vecinos. El matrimonio es una pequeña iglesia en su sentido de amor a un tercero, aunque para otros trasmuta en dinero, intereses, apariencias o imaginarios, aquí cabe de todo. Lo importante no es la apariencia de la relación, sino la igualdad formal y jurídica.

El matrimonio no tiene por fin la procreación, es algo que en culturas latinas se quedó como una condición, pero en realidad era una forma de chantaje para tener a la otra persona esclavizada en el tiempo: la psicología nos ha enseñado que se puede tener un matrimonio sin la obligación de tener hijos, y está bien así. De hecho, las nuevas generaciones nos enseñan que se puede tener a una mascota, un auto o viajes como fetiche descendiente, pero no obligatoriamente hijos. Se trata entonces de aplicarse a las generaciones espirituales, más allá del cuerpo; a lo estético más que a lo cuantificable.

El matrimonio desde la psicología tiene 5 principios según el francés Michael Foucault (2019):

  1. La desigualdad natural, donde la diferencia es la marca, y donde muchos abusos acontecen.
  2. La complementariedad, que es lo positivo de la desigualdad para darle armonía a la vida conyugal.
  3. El deber de la enseñanza, sobre todo por lo supone de saber, además del respeto a todo lo que toca al pudor.
  4. La permanencia del vínculo y la reciprocidad de las relaciones, que es de una vez y para siempre, siempre que existan condiciones justas pactadas previamente.
  5. El lazo afectivo, que es la meta y la condición permanente del buen matrimonio.

En resumen, el matrimonio se trata de acatar las responsabilidades comúnmente acordadas y el encadenamiento de una deuda, revalorando la relación con uno mismo en la compañía del otro: como lo dice Foucault, manejar a través del otro esa relación fundamental de sí consigo.

En psicología contamos con psicólogas que son especialistas en parejas, a los que les consultan sobre todo para lidiar en sus problemas, buscando soluciones profesionales y respetando la confidencialidad de la pareja, su privacidad y sus intereses.  Las psicólogas de pareja tienen actualmente mucho trabajo, en los servicios públicos de salud ni siquiera lo tienen registrado. En fin, la salud mental en el país es un privilegio y una gran brecha para las mujeres.

Causas y azares…

  • Esperamos que la nueva Comisión Nacional de Salud Mental no sea otra oficina para acomodar familiares de las autoridades de Salud.
  • El desabasto de medicamentos y falta de psicólogos federales lo encabeza Hidalgo, Chihuahua, y Michoacán, donde la falta de capacidad sigue como política.
  • El grupo de patologías más reportado en Cero Desabasto para 2022 fueron las enfermedades relacionadas con salud mental, seguidas de cáncer y diabetes. #LaSaludMentalEsUnDerecho

Hasta la próxima, que estar con ella o no estar con ella es la medida de mi tiempo.

Twitter: https://twitter.com/borisgece

Boris González Ceja
Experto en proyectos de salud mental para resultados y fortalecimiento de equipos de especialistas en psicología en temas de violaciones graves de derechos humanos. Consultor de organismos nacionales como la Universidad Nacional Autónoma de México UNAM e internacionales como el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo PNUD y la Agencia Alemana de Cooperación Internacional GIZ. Notoriedad por excelentes estudios de psicología, investigaciones para leyes y por resolver problemas acuciantes a nivel internacional desde la ciencia psicológica.