Dios nos agarre confesados

Gerardo Fernández Noroña, Adán Augusto López, Claudia Sheinbaum, Mario Delgado, Ricardo Monreal y Marcelo Ebrard, en una foto de los inicios del proceso morenista que concluyó este miércoles.

De acuerdo cómo están sucediendo los acontecimientos políticos rumbo a la elección del próximo presidente de la república (número 66) y también 9 gobernadores, 128 senadores, 500 diputados federales, 30 congresos locales, 1580 ayuntamientos, 16 alcaldías y 24 juntas municipales­, no tendremos otra posibilidad más que decantarnos por la opción menos mala. A mi entender, una, sería regresar al pasado con las consecuencias que ya todos conocemos. La otra, acostumbrarnos a seguir viviendo en las desigualdades políticas, económicas y sociales, semejantes a las que vivieron nuestros antepasados, siempre con la esperanza de que algún día pudieran mejorar sus condiciones de vida y fuera posible transitar libremente por las calles, avenidas, plazas y alamedas de nuestros pintorescos pueblos establecidos a lo largo y ancho del territorio nacional

Para nadie es un secreto que de ganar las elecciones el llamado Frente Amplio por México (PAN, PRI, PRD y Sociedad Civil), implementará el programa de gobierno que están diseñando un grupo de técnicos coordinados y orientados por Miguel Ángel Gurria Treviño. Este personaje ocupó los cargos de Secretario de Relaciones Exteriores y de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en el sexenio de Ernesto Zedillo Ponce de León, posteriormente Secretario General de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en donde se dice que, dentro de su administración en ese organismo, diseño políticas para mejorar la vida de los pueblos, lo cual al menos en México no se ve por ninguna parte el fruto de su trabajo.

Lo cierto es que posiblemente tuvo la oportunidad de diseñar y de aplicar políticas públicas para mejorar las condiciones de vida de alguna población, una imaginaria. Durante su administración hacendaría se consolidó la venta de algunas importantes empresas de participación estatal, instituciones nacionales de crédito, organizaciones auxiliares nacionales de crédito e instituciones nacionales de seguros y de fianzas y de fideicomisos.

Prácticamente en esa administración se concluyó la venta de los principales organismos descentralizados de la Administración Pública Federal cuyo proceso había iniciado el presidente Carlos Salinas de Gortari. Razón por la cual resulta difícil de entender, por qué hasta ahora se piensa que es posible diseñar un proyecto de nación, después de 82 años de dirigir al país, cuando en su momento no se les dio prioridad a las demandas más sentidas de la población. Al parecer por fin se convencieron en utilizar la política para servir al prójimo y no para aprovecharse del bien común, o hacer de la política un negocio y como en cualquier principado heredar el poder político a sus descendientes.

Por el otro lado, como dijera el clásico, los guindas “no cantan mal las rancheras”. De conservar el poder la coalición Juntos Haremos Historia (MORENA, PT, PVEM), seguiremos viviendo con las mismas desigualdades, sólo que la corrupción y la impunidad será más sofisticada para simular llevar a cabo los principios de no mentir, no robar y no traicionar. La verdad de las cosas es que, en la presente administración del gobierno federal, no sólo se descuidaron algunos renglones importantes para el bienestar de la población, sino que, además, se retrocedió en los mismos como es el caso de la protección al medio ambiente, la salud y asistencia social, educación y seguridad pública. Esto principalmente por la negligencia, ineptitud y corrupción de los servidores públicos responsables de las instituciones sociales correspondientes, lo que traerá como consecuencia inusuales cambios climáticos, preparación deficiente de la mano de obra calificada mexicana, la agudización de las enfermedades crónicas, el que se continué haciéndose un mal uso de los recursos presupuestales y se llegue a una descomposición social sin precedente.

Por otra parte, seguramente seguirán apareciendo en los diferentes cargos de la administración pública o de elección popular, personajes de dudosa preparación académica y de reputación moral, como lo son algunos líderes sindicales, políticos en decadencia, hijos y nietos de funcionarios públicos, compadres y amigos de quienes ostentan el poder. En fin, tendrán que pagar todos y cada uno de los compromisos que hagan en campaña. Tal y como sucedió a principio de sexenio con personas que una vez que aseguraron su posesión, traicionaron a sus protectores políticos, convirtiéndose en los críticos más agudos de la cuarta transformación, mientras que muchos fieles militantes de MORENA a la fecha se encuentran desempleados después de que hasta se confrontaron con sus conocidos por defender los colores de su partido.

La verdadera duda de todo esto es primero saber si los bloques contendientes, realmente tienen voluntad de servir al pueblo y si están preparados académicamente y son consciente de la manera en que van a resolver el problema del deterioro del medio ambiente; la pobreza; la miseria; la drogadicción; el desempleo; la migración; el abastecimiento del agua potable; la explotación infantil; la desigualdad de género; la reactivación de la producción agropecuaria; la inflación; la evasión fiscal; el robo de los combustibles; el pago de la deuda externa; las pensiones y jubilaciones; la conciliación de las relaciones sociales de producción; el mejoramiento de la infraestructura y la calidad de los servicios de salud y educación; el poder mantener los programas sociales y el combate a la corrupción; la impunidad y la delincuencia entre otros muchos.

Otra cuestión que resalta curiosa es conocer el por qué, los integrantes del Frente Amplio por México (PAN, PRI y PRD) y los de Juntos Haremos Historia, tardaron 82 y 6 años respectivamente, en encontrarle solución a los problemas nacionales, por qué han sido tan egoístas con su pueblo, al tardar tanto en proponer soluciones viables a los problemas que afecta la vida nacional. Por si fuera poco, deberían de aclarar cómo le hicieron para que los documentos básicos (principios, programa y estatutos) de los partidos políticos en coalición coincidan en su contendido, siendo que un partido político es una organización de personas con intereses en común, por lo que, de acuerdo a esta definición, estas coaliciones deberían integrarse en un solo partido político. De esta manera le ahorrarías al país que tanto quieren, algunos miles de pesos que se pudieran canalizar a la salud y a la educación del pueblo. Por otra parte, no es justo que el pueblo siga pagando tan alto costo por la actividad política de pequeños grupos que tienen por objetivo alcanzar el poder y mantenerlo el mayor tiempo posible, a cambio de muy pocos beneficios.

De llegar a fallar la estrategia del bloque ganador para solucionar los problemas nacionales, sólo nos quedará recordar lo que reza el proverbio popular, “Que Dios nos agarre confesados”. Recordemos que para ejemplificar desatinos a veces se dice que el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones.

Enhorabuena para los habitantes y autoridades municipales de la llamada “Puerta del Cielo”, por sus buenas decisiones para el mejoramiento urbano.