El conocimiento mueve al mundo

Albert Einstein y J. Robert Oppenheimer.

En el artículo pasado les comenté que mi siguiente artículo hablaría sobre Oppenheimer o la importancia del conocimiento.  Escribo este el martes 8 del presente, hoy es un día muy especial, pues en un día como hoy hace 144 años, nació Emiliano Zapata, el gran luchador social, el más claro, más honesto.

Desde tempranito le canté las mañanitas, le di las gracias por su entrega, por su lucha por la igualdad, la libertad, por defender los derechos de los pueblos originarios, contra el despojo de sus territorios.

Como olvidar su valentía, su firme decisión de continuar luchando hasta ver cumplidos los ideales, y así lo hizo, hasta su último aliento, Hay la creencia desde el día en que lo asesinaron, que él ha de volver. 

No podía dejar pasar este día sin mencionarlo, sin recordar que la lucha sigue.

Y ahora, hablemos de lo que no se menciona en la película de Oppenheimer. El Proyecto Manhattan liderado por el físico J. Robert Oppenheimer, es famoso por el desarrollo de la bomba atómica. Sin embargo, se pasa por alto el papel crítico que desempeñaron las mujeres científicas en este proyecto.

A pesar de enfrentar desafíos y discriminación, las mujeres científicas hicieron contribuciones fundamentales en varias áreas clave. Trabajaron como químicas, físicas, técnicas de explosiones y bibliotecarias.

 Por ejemplo, María Goeppert Mayer, una de las participantes, obtuvo tras su participación en el proyecto, nada más y nada menos que un Premio Nobel.

 Otra de las científicas que trabajó en el proyecto fue Lilli Hornig, quien nació el 22 de marzo de 1921 en un pequeño pueblo cerca de Praga. Cuando tenía ocho años, su familia se mudó a Berlín. Después de que los nazis llegaron al poder en 1933, el padre de Hornig fue amenazado con prisión en un campo de concentración, y la familia emigró a Estados Unidos. Su familia se estableció en Montclair, Nueva Jersey. Hornig completó su educación universitaria en Bryn Mawr. Después de eso, comenzó un programa de posgrado en Harvard.

 En 1944, su esposo, Don Hornig, fue reclutado por George Kistiakowsky para trabajar en Los Álamos. Lilli Hornig fue con él. Inicialmente, trabajó en la química del plutonio. Sin embargo, después de que surgieran preocupaciones de que el plutonio podría causar daño reproductivo en las mujeres, comenzó a trabajar en el grupo de explosivos. Hornig fue una de las científicas de Los Álamos que firmó una petición para tener una demostración de la destrucción de la bomba en lugar de lanzarla sobre poblaciones civiles en Japón.

Después de la guerra, Hornig completó su doctorado en química en la Universidad Brown. Más tarde, fue presidenta del departamento de química en el Trinity College en Washington, D.C. También fue la directora fundadora de Higher Education Resource Services (HERS), una organización sin fines de lucro que busca promover la participación de las mujeres en la educación superior.

Otra gran científica fue, Leona Woods Marshall, también conocida como Leona Marshall Libby, fue una destacada científica nuclear estadounidense que trabajó en el Proyecto Manhattan durante la Segunda Guerra Mundial. Nació el 9 de agosto de 1919 en La Grange, Illinois, y se destacó por sus contribuciones en el desarrollo de reactores nucleares. Leona Woods se graduó con una licenciatura en Química de la Universidad de Chicago a la temprana edad de 19 años. Posteriormente, se unió al equipo de Enrico Fermi en su laboratorio y estuvo presente cuando se logró la primera reacción nuclear controlada en el famoso experimento del Chicago Pile-1.

Después de la guerra, continuó su carrera en la investigación nuclear y se destacó en el desarrollo y supervisión de reactores nucleares en Hanford. También fue una prolífica autora científica, publicando más de 200 artículos y varios libros sobre física de partículas y temas relacionados con la energía nuclear.

 Como podemos ver, hubo varias mujeres en el proyecto de Oppenheimer. Fue muy interesante observar que las principales cabezas de este histórico proyecto eran judíos, despreciados y considerados menos por su herencia ancestral, que por cierto eran los que tenían las mentes científicas más brillantes del mundo.

En ese grupo de mentes brillantes, también había otro grupo que históricamente ha sido excluido: las mujeres. A pesar de ser omitido el papel de las mujeres en la película, sus aportes fueron brillantes y de gran importancia.

Ambos hombres y mujeres de mente brillantes eran rechazados por la sociedad por ser diferentes, por su otra manera de ser o pensar. Por ser ellos mismos.  Esa seguridad que les permitía ser así, la habían adquirido del conocimiento.

No era fácil ser judíos, ser mujeres, pensar diferente. Sin embargo, no cejaron en su esfuerzo por salir adelante, en su deseo de saber, de entender, de cambiar el mundo.

Viendo su ejemplo, podemos constatar la importancia de tener una buena educación académica, que justamente alimente y desarrolle tu capacidad intelectual.

 La física y las matemáticas son ciencias asombrosas, maravillosas, que abren las mentes.  Que nos abren la mirada a otros mundos y lo más importante, nos permite entender el nuestro. Sin embargo, la misma sociedad, ha creado la idea de que son incomprensibles, y de que solo unos cuantos pueden tener acceso a su conocimiento. Lo cual es totalmente falso.

Bajo este mecanismo, es que se han castrado miles de mentes, por lo tanto, miles de posibilidades.

 la importancia de las matemáticas es enorme, una mente matemática puede sin duda, acercarnos a comprender el universo.

La película es un excelente testimonio de una parte crucial de la historia de la humanidad.  Deja claro que no debería hacerse uso del conocimiento, de la ciencia para la destrucción, para que un país domine o aniquile a pueblos enteros.

El conocimiento, la ciencia, debe ser empleada para el desarrollo pleno de los individuos y naciones. No para dominar, no para aniquilar la vida.

La física nuclear es la encargada de estudiar todo lo relacionado con los núcleos atómicos, y las interacciones entre las partículas subatómicas. Esta ciencia tiene infinidad de posibilidades.

 La física nuclear se utiliza en áreas como la medicina, la alimentación, la generación de energía, la monitorización, los procesos de rastreo y muchas disciplinas de la química. Todas ellas usan los resultados hallados por la física nuclear para desarrollar aplicaciones prácticas. Muchas de estas aplicaciones provienen de procesos físicos nucleares en los que se emite radiación.

 La radiación tiene muchas posibilidades en el uso de la medicina, La física nuclear y la radiación pueden emplearse en métodos de rastreo, mediante el uso de isótopos metaestables. Se trata, por ejemplo; de lo que comúnmente conocemos como las tomografías, con las que los médicos detectan ciertas enfermedades en nuestro cuerpo.

 La radiación también se emplea para generar energía, como en las centrales nucleares, donde el calor producido por la radiación se usa para generar vapor de agua, que luego es usado para mover turbinas de vapor las cuales, a su vez, están conectadas a un generador eléctrico.

La grandeza de la mente humana es maravillosa, en realidad no conocemos ni empleamos toda su potencialidad, hemos de hacer a un lado tabús, y formas de pensamiento que nos amarran, para dejarla desarrollarse a plenitud.

Termino este con una cita de Carl Sagan: “La ciencia es más que un simple conjunto de conocimientos: es una manera de pensar”.