Morelia, Mich.- Quince años sin justicia y un duelo que no termina de cerrar es lo que viven los sobrevivientes del atentado terrorista del 15 de septiembre de 2008 en Morelia.
María Belén, adulta mayor, es víctima directa de los llamados “granadazos” ocurridos hace quince años, uno de los cuales detonó en la Plaza Melchor Ocampo la noche del Grito de Independencia, al que asistía año con año hasta esa trágica verbena.
“Aquí perdí mi pierna, y desde aquí cambió mi vida totalmente. Recuerdo todo esto muy triste. Siempre es triste, pero estos días más. Regresa todo, se siente más la tristeza”, comenta en entrevista.
Esa noche iba acompañada por sus dos hijas, una de 35 años y otra de trece en ese entonces, así como su yerno, todos los cuales sufrieron quemaduras en sus pies.
Dice que no sabe responder si se les ha hecho justicia, pero su hija Trinidad Orozco, quien todavía tiene esquirlas que no le pudieron ser retiradas, sí hace un llamado a las autoridades: “Les pido justicia, porque todavía no se aclara nada. No tenemos ningún resultado de que se haya hecho justicia”.
Parte de la inconformidad de Trinidad radica en que ella misma y su esposo –como muchas personas, apunta– no han sido reconocidos como víctimas directas e indirectas: “Yo en lo personal nunca he sido reconocida ni he recibido ninguna medida de apoyo. Si a la larga me afectan las esquirlas que traigo dentro, ¿a quién acudo?, ¿quién me va a responder?”.
Desde entonces, relata, su mamá, requiere más apoyo de su parte, además de que vive las secuelas de los impactos: “En ocasiones sí me duelen las piernas. Punzadas. Un dolor que ya no es normal”.
”El principal culpable para mí es el gobierno”
Para José García Guerrero, víctima directa e indirecta del atentado terrorista de 2008, los principales responsables de la tragedia ocurrida esa noche son Leonel Godoy Rangel, entonces gobernador de Michoacán, y Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, otrora presidente de México.
“El principal culpable para mí es el gobierno, porque hizo caso omiso de que les mandaron avisos de que iba a haber un atentado y no hicieron nada. Permitieron, pues”, dijo en abstracto antes de señalar directamente a los titulares del Ejecutivo estatal y federal.
Como Trinidad y María Belén, su duelo sigue abierto porque a quince años el caso sigue en impunidad: “En homicidios, los que son muy apegados al gobierno sí se les da pronta solución, y éste, el primer atentado terrorista en México, después de quince años no ha habido justicia”.
A través de una abogada que contrató se pudo percatar de que el caso fue atraído por la entonces Procuraduría General del Estado de Jalisco, en Guadalajara, a donde fue a testificar en algunas ocasiones: “Se vieron muchas inconsistencias y a raíz de eso salieron libres los presuntos culpables”; actualmente, señala, las carpetas están cerradas.
José es un sobreviviente de la tragedia, no sin haber tenido que recuperarse de una fractura expuesta de tibia y peroné, no así su mamá, Eliza Guerrero García, y su sobrino, Ángel Uriel Herrera García, quienes perdieron la vida a la edad de 63 y trece años, respectivamente.
“Llegamos justo al momento del grito. Nos tocó a escasos metro y medio de donde detonó la granada. Nosotros realmente no supimos qué fue, pensamos que se les había salido de control algún cohetón. Sonó muy fuerte, me dejó zumbando los oídos, y la onda expansiva nos tiró a la mayoría de los que estábamos allí cerca. Se queda uno en shock”, relata.
José continúa contando que “de pronto volteé y no vi a mi familia, empecé a buscarlos, poco a poco los fui ubicando, todos dañados. Yo me quería parar. Los médicos me dicen que por la misma adrenalina no me daba cuenta, no tenía dolor, pero yo sufría una fractura expuesta de tibia y peroné de la pierna izquierda. La impotencia de no poder ayudar a tu familia…”.
“Dicen que el tiempo lo cura todo, pero cada vez que llega esta fecha uno lo vuelve a revivir”, concluye.
Ni el gobernador ni el alcalde estuvieron presentes en la conmemoración oficial
La mañana de hoy se llevó a cabo la colocación de ofrendas florales en la esquina del templo de la Merced y en la Plaza Melchor Ocampo, sitios del Centro Histórico en los que detonaron las granadas que dejaron oficialmente a ocho “caídos” y 132 heridos.
En punto de las 08:00 horas de la mañana se izó el lávaro patrio a media asta en la plaza referida en conmemoración a Ángel Uriel Herrera Tapia, Leticia Tapia Guerrero, Alfredo Sánchez Torres, Gloria Álvarez Bautista, Eliza Guerrero García, María del Pilar Navarro Mendoza, Martha Quintero Brandilan y Juan Antonio Ríos Pescador.
No estuvieron presentes ni el gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, ni el presidente municipal de Morelia, Alfonso Jesús Martínez Alcázar; en su lugar asistieron, respectivamente, el secretario de Gobierno, Carlos Torres Piña, y su homólogo municipal, Yankel Alfredo Benítez Silva; éste último comentó que la inasistencia del alcalde se debió a cuestiones de agenda.
