Hace tanta falta…

Hoy diecinueve de octubre se conmemora el LIII aniversario luctuoso del General Lázaro Cárdenas, como cada año le llevamos flores llenas de cariño, al monumento a la Revolución.

Cada año, he escrito sobre mis vivencias y visión de niña, producto de mi convivencia con ese gran ser humano, la cual tuve gracias a la gran amistad y el compartir ideas e ideales con mi padre, Natalio Vázquez Pallares. 

Desde hace días estuve pensando que escribir, y el dolor por lo que está sucediendo en el mundo, en nuestro país, en el planeta, así como por la ausencia de seres muy queridos, es tan grande, que no tengo palabras que logren expresarlo.

Es terrible lo que sucede en cualquier guerra; la muerte, la violencia ejercida contra el otro. No hay justificación que valga, para la falta de respeto a la vida y la violación a los derechos humanos.  En lo personal considero que la guerra es siempre una derrota de la humanidad.

Inevitable para mí, es el no recordar como el General siempre estaba al tanto de lo que ocurría, no solo en nuestro país sino en el mundo.

Recuerdo su enorme vocación por la paz, su firme posición de critica al intervencionismo, y los afanes bélicos norteamericanos, no solo en Latinoamérica, sino en todo el mundo.

El General, estaba claramente contra el intervencionismo y por la autodeterminación de los pueblos. Tenía una firme convicción anti intervencionista, antibelicista y antiimperialista.

El General Cárdenas fue un hombre de izquierda, Era sumamente inteligente, bondadoso, solidario, respetuoso. Sobre todo, recuerdo su capacidad de escuchar y entender al otro, tenía una gran calidad humana.

Sembrador de ideales, sueños, y convicciones. Sembró millones de árboles, atento siempre a las necesidades de los pueblos indígenas, del país, del mundo.

El era así, no podía ser indiferente.

Le pienso mucho a él, a la muy querida Celeste, a mi padre, a tantos más que estuvieron siempre por las causas más noble de la humanidad. Que nunca fueron indiferentes a la injusticia. Irremediablemente pienso en ellos al ver lo que está sucediendo.

La guerra de Israel – Palestina, al igual que cualquier otra guerra puede tener efectos catastróficos, para la humanidad, para el planeta.

El martes pasado cayó un misil en un hospital de Gaza, teniendo como resultado 500 muertes, Había niños, ancianos, mujeres, médicos, enfermeras, etc. un hospital en el corazón de la capital que estaba repleto tanto de pacientes como de personas que se refugiaban de los ataques aéreos.

Supuestamente en las guerras hay ciertos puntos que deben ser respetados, uno de ellos son los hospitales.

Tras el “incidente”, se culpan unos a otros. Es una de esas tragedias que pueden cambian el curso de una guerra. Al menos 500 palestinos han muerto, según las autoridades de la Franja, fue un bombardeo israelí a Al Ahli al Arabi.  El ejército israelí, por otro lado, replicó que la explosión fue a causa de un “lanzamiento fallido” de cohetes por parte de la Yihad Islámica. De confirmarse la autoría israelí, la tragedia del hospital gazatí sería una de las mayores matanzas jamás causada por un bombardeo de su ejército a población civil.   Se dice que los bombardeos en Gaza han dejado más de 3.478 muertos. En realidad, es imposible dar una cifra exacta para la atrocidad que está sucediendo.

El día de ayer, Biden fue a Israel y aseguró que hay un acuerdo con Israel para permitir la entrada de ayuda humanitaria a la Franja desde Egipto.

¿Por qué tienen que decidir otros, sobre el destino de un pueblo?

Esto es totalmente inaceptable, no solo en este caso, sino en todos en los que no se respeta la soberanía y la autogestión de los pueblos.

 El diario “El País” publicó que Louis Charbonneau, director de derechos humanos de la ONU, ha declarado que: “EE UU ha usado cínicamente una vez más su veto para impedir que el Consejo de Seguridad de la ONU actúe sobre Israel y Palestina en un momento de matanza sin precedentes. Al hacerlo, han bloqueado las mismas demandas en las que tan a menudo insisten en otros contextos: que todas las partes cumplan con el derecho internacional humanitario y garanticen que la ayuda humanitaria vital y los servicios esenciales lleguen a las personas necesitadas”.

En las guerras se miente, se mata, se viola toda razón.

Israel ha jurado acabar con Palestina. Uno de los ejércitos más poderoso del orbe contra un pueblo asediado durante décadas.

El pueblo Palestino ha vivido bajo un Apartheid, siendo privado de sus derechos humanos básicos durante 75 años. Encerrando a 2.3 millones de palestinos en la prisión más grande del mundo. La mitad de los cuales son niños.

Los niños palestinos no conocen la paz. No conocen el no tener miedo, el poder jugar libremente, sin preocupación alguna. No conocen el no haber perdido a alguien querido. Es la única infancia del mundo a la que se juzga sistemáticamente con leyes militares y no civiles. En los últimos 20 años, 10.000 menores palestinos han sido recluidos en cárceles por lanzar piedras o participar en manifestaciones contra la ocupación. Estas conductas están penadas con penas que oscilan entre los diez y los veinte años. Los niños suelen ser detenidos de noche en sus casas y se les aplica un régimen de aislamiento que pude durar 32 días. No ven un abogado hasta que comparecen en un tribunal, que suele ordenar su encarcelamiento preventivo, aunque no haya pruebas. Según Save the Children, ocho de cada diez soportan palizas, humillaciones y agresiones verbales.

El exfutbolista francés Eric Cantona dice: “Defender los derechos humanos de los palestinos no significa ser pro-Hamas. Decir “Palestina libre” no significa que seamos antisemitas o que queramos la desaparición de todos los judíos.

“Palestina libre” significa liberar a los palestinos de la ocupación israelí que los ha privado de sus derechos humanos básicos durante 75 años.

Ahí esta el meollo del problema. La ocupación de un territorio de otro, que no es suyo.  Y en todo este proceso de ocupación, la violencia y la impunidad han imperado.

La violencia ha llegado a limites inhumanos, de uno y otro lado.  Es desde cualquier modo en que se le vea, injusta, arbitraria e inhumana.

Es importante aclarar que el grupo terrorista Hamas, no es Palestina, y esta es la que está por desaparecer de los mapas del orbe.

Palestina proviene del antiguo pueblo de los filisteos, mencionados en la Biblia y otros textos antiguos, como nativos de la faja costera al sur de la Palestina histórica y Fenicia. Esta etnia, integrada por inmigrantes vinculados a los pueblos del mar (quizás de procedencia egea), se asentó en el territorio conocido como Canaán durante la transición entre la Edad del Bronce y del Hierro; aproximadamente en el siglo XII a. C

Es inaudita, aberrante la violencia que ejerce la humanidad contra ella misma. La mayoría de la humanidad quiere la paz, en un mundo desbordado por la violencia.

Entendamos esto: decir Palestina libre, es ser congruentes cuando pedimos igualdad, respeto, libertad y justicia,