El año 2022 reveló una dura cuestión para los países de la Unión Europea, la tremenda dependencia energética que han desarrollado de parte de la Federación Rusa, especialmente tras el comienzo de la actual guerra ruso-ucraniana a comienzos de ese mismo año.
Desde la caída de la Unión Soviética, aun con ciertas fricciones políticas, la comunidad europea procuró aproximarse con Rusia, ahora sucesora del espacio geopolítico de la extinta URSS, a efecto de tener fuentes de materia prima que sirvieran a la industria así como a los servicios de los países europeos. Cabe señalar que, desde finales de los años cincuenta Alemania Federal, que es la nación económicamente más fuerte de la actual Unión Europea, había iniciado acercamientos económicos con la Unión Soviética debido a su plan de sustituir el carbón por gas natural, tomando en consideración los recientes descubrimientos de este recurso natural en territorio soviético (Cayuela, 2022).
A pesar de la guerra fría las relaciones comerciales entre la URSS y la Alemania occidental continuaron creciendo especialmente con la compraventa de gas natural, utilizado no solo para el consumo ordinario sino también industrial. La caída de la URSS únicamente aceleró este proceso de dependencia para el sector energético. Los años posteriores no parecieron tener algún tipo de impacto negativo sobre este comercio de gas y petróleo, aun cuando el gobierno ruso aumentaba sus políticas de represión y ponía en cuestionamiento diversos principios de los derechos humanos promovidos por la Comunidad Europea, mientras eso no generara afectación directa en Alemania y el resto del bloque económico, no consideraron que dicha relación fuera peligrosa.
Cabe señalar que durante los años ochenta Alemania llegó a tener varias centrales nucleares propias que producían casi un 30% de la electricidad nacional, a finales de 2022, año en el que comenzaron a apagarse los últimos reactores, dicha cantidad se había reducido a tan solo 3% (Straschnoy, 2023), no obstante, la dependencia energética respecto a Rusia no se logró reducir, lo cual terminó por afectar la política exterior alemana respecto al conflicto de Rusia con Ucrania en ese mismo año.
Aunque Alemania y el resto de la Unión Europea han tratado de frenar los insumos de Rusia para la guerra, la enorme dependencia energética con el gigante euroasiático lo ha impedido tácitamente; si bien se han promovido sanciones y hasta boicots a los productos rusos, los principales productos de comercio con Rusia, el gas y el petróleo, siguen prácticamente sin ningún tipo de embargo, justo por esta dependencia comercial (Källgren, 2022). Y es que tratar de cortar de golpe el suministro de los recursos naturales rusos no es algo sencillo para las naciones europeas; momentos antes del estallido de la guerra en el año 2022 Alemania importaba casi un 33% del petróleo que consumía de Rusia, así como 45% de carbón y 55% de gas natural (DW, 2022).
Esto último expone la peligrosidad de no contar con una política energética que permita garantizar un autoabastecimiento pleno. Justamente la política exterior alemana ha tenido que ser forzada hacia tendencias no deseadas o esperadas por buena parte del electorado alemán debido a este tipo de desventajas energéticas, generadas por anteponer intereses de otro tipo que no fue la plena soberanía energética.
Pero esto no ha sido solo una afectación para Alemania, también otras naciones europeas han sido duramente afectadas por la combinación entre la dependencia energética de gas y petróleo ruso y la invasión a Ucrania. En España por ejemplo el costo del megavatio-hora en 2022, cuando inició el conflicto bélico entre Ucrania y Rusia, se disparó hasta llegar a los 545 euros en marzo de ese año y aunque posteriormente tuvo decrecimiento, aun se cotiza en casi 135 euros al mayoreo, habiendo franjas horarias donde se ha llegado a elevar hasta 180 euros, lo cual resulta muy elevado aun para el nivel de vida de esta parte de Europa (El País, 2023).
Eso mismo empujó a los propios ciudadanos de los países europeos dependientes del gas y petróleo ruso, a abastecerse de leña para afrontar el invierno de 2022, lo cual terminó también repercutiendo en un incremento de la propia leña, como sucedió en España donde este recurso pasó de costar 12 céntimos de euro por kilo a duplicarse y costar 24 céntimos en ese mismo año, es decir un incremento del 100% en su valor (Rubio, 2022).
Debe indicarse que este fenómeno no es exclusivo de esta nación ibérica, en la república polaca tanto la leña pequeña como grande se elevaron en más de un 40% en su demanda anual, en República Checa los bosques estatales se han visto en la necesidad de limitar la cantidad de leña vendida a particulares para prevenir la especulación, mientras que en Reino Unido el costo de la leña en 2022 tuvo un incremento anual de 17% respecto a 2021, y por supuesto todo ello incrementa considerablemente la tala de árboles en los bosques lo cual también genera un impacto ambiental directo, así como afectaciones a la salud (Infobae, 2022).
Alemania ahora trata de romper su dependencia energética con Rusia, pretendiendo diversificar la entrada de recursos energéticos proveniente de otros países y de sustituir el gas ruso por otros componentes similares; acorde a sus autoridades oficiales parecen estar empezando a tener éxito en esta nueva e imprevista estrategia geoeconómica, sin embargo los propios dirigentes de Alemania reconocen que la inversión para ello será de al menos unos 6,217 millones de dólares (Hill, 2022), lo cual es una cantidad muy considerable aun para la llamada “locomotora de Europa”
Esta guerra en Europa del este expone claramente lo vulnerables que pueden ser los países si no cuentan con una amplia red de diversificación y producción de materias primas y procesos industriales que garanticen un acceso directo a la energía con poca o nula dependencia del exterior. Pero no es solo la afectación que puede tener la economía en el ámbito energético o en la política diplomática donde se sienten los efectos de la dependencia económica-energética de Europa hacia Rusia, son también en las actividades económicas ordinarias donde esto se ve reflejado.
Por inercia comercial, si súbitamente se frenan o reducen drásticamente los insumos primarios – como en este caso lo son el petróleo y el gas –, también lo hará el propio costo de la energía para la industria y el consumo ordinario, esto a su vez producirá que tengan que incrementarse los costos de producción tanto de bienes industriales como de consumo, así como los servicios, sobre todo de calefacción y refrigeración, lo cual, finalmente se traduce en una inflación económica. Por ejemplo, el año pasado España tuvo que hacer frente a una inflación de 10.8% anual, situación no vista para ese país desde la época de los ochenta (La Información, 2023).
La guerra entre Rusia y Ucrania es apenas uno de múltiples ejemplos donde los recursos naturales, como el petróleo y el gas, continúan jugando un papel primordial en el desarrollo político-económico del mundo, a pesar de que hay nuevos recursos naturales que cada vez tienen más demanda como el litio y otros minerales, la realidad geopolítica y geoeconómica del momento expone que un recurso como el petróleo continua siendo parte clave de las negociones internacionales, muchas veces superando los propios conflictos diplomáticos.
Esta colaboración especial, integrada por cuatro partes, se publicará del 6 al 9 de noviembre.
Referencias:
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Cardoso, F. y Faletto, E. (1969). Dependencia y desarrollo en América Latina: Ensayo de interpretación sociológica. Buenos Aires, Siglo XXI Editores.
Cayuela, A. (15 de abril de 2022). Alemania y Rusia. Cronología de una dependencia energética. El Debate. https://www.eldebate.com/internacional/20220415/alemania-rusia-cronica-dependencia-energetica.html
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El País. (22 de agosto de 2023). El precio de la luz en máximos desde primavera: 134,90 euros el megavatio hora. El País. https://elpais.com/economia/2023-08-22/el-precio-de-la-luz-en-maximos-desde-primavera-13494-euros-el-megavatio-hora.html
Gaudin, A. (7 de febrero de 2021). Un hito en la siniestra historia de la United Fruit, los golpes de Estado y las <<repúblicas bananeras>>. Tiempo Argentino. https://www.tiempoar.com.ar/mundo/un-hito-en-la-siniestra-historia-de-la-united-fruit-los-golpes-de-estado-y-las-republicas-bananeras/
Hill, J. (24 de noviembre de 2022). Guerra en Ucrania: Cómo Alemania consiguió cortar su dependencia del gas ruso en unos pocos meses. BBC News. https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-63735257
Infobae. (27 de octubre de 2022). La crisis energética de Europa elevó los precios de la leña y la cantidad de robos. Infobae. https://www.infobae.com/america/mundo/2022/10/27/la-crisis-energetica-de-europa-elevo-los-precios-de-la-lena-y-la-cantidad-de-robos/
Källgren, J. (11 de marzo de 2022). Alemania | La trampa de la dependencia energética de Rusia. Euronews. https://es.euronews.com/2022/03/11/alemania-la-trampa-de-la-dependencia-energetica-de-rusia
La Información. (19 de febrero de 2023). Luz, carburantes, alimentos… Un año de guerra de Ucrania con los precios al alza. La Información. https://www.lainformacion.com/economia-negocios-y-finanzas/luz-carburantes-alimentos-guerra-ucrania-precios-alza/2881617/
LPO. (31 de enero de 2023). Los ingresos petroleros crecieron 18.7% en 2022 y marcó un récord desde 2014. La Política Online. https://www.lapoliticaonline.com/mexico/economia-mx/ingresos-petroleros-tuvieron-su-alza-mas-alta-desde-2014-en-18-7-compensa-subsidio-a-gasolinas/
Rivera Castro, J. (2008). La expropiación petrolera. Raíces históricas y respuesta de los empresarios extranjeros. Casa del Tiempo, Vol. 1, Época IV, núm. 8. Pp. 2-7.
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Straschnoy, C. (15 de abril de 2023). Por qué Alemania cierra sus últimas centrales nucleares pese a la crisis energética por la guerra en Ucrania. Forbes Argentina. https://www.forbesargentina.com/innovacion/por-alemania-cierra-sus-ultimas-centrales-nucleares-pese-crisis-energetica-guerra-ucrania-n32373
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