ECOS LATINOAMERICANOS: El enojo naranja

Dante Delgado, líder nacional de Movimiento Ciudadano. | Fotografía: rumbomx

En los pasados días Samuel García, gobernador de Nuevo León y hasta hace poco aspirante a la candidatura para la presidencia de la república, optó por dar marcha atrás a sus aspiraciones debido a la presión ejercida por las bancadas del PRI y PAN quienes, contrarios a la costumbre política establecida de hecho desde la transición democrática, buscaron nombrar como gobernador interino a alguien de una fuerza distinta al del oficialismo, lo cual causó conflicto directo con el joven aspirante y con la dirigencia nacional de su partido, Movimiento Ciudadano.

Fue esta jugada política la que finalmente obligó a Samuel García a retomar sus funciones en el gobierno neoleonés y de esta forma descartarse de la carrera presidencial, sin embargo, la acción tomada por el PRI y PAN ha sido muy cuestionada ¿Si otras aspirantes como Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez no tuvieron problema con sus salidas de sus cargos administrativos para contender por la presidencia por qué Samuel García tuvo estos inconvenientes?

La respuesta es más cínica y estratégica de lo que parece: porqué simplemente Samuel estaba ya prácticamente con un piso mínimo de diez puntos porcentuales y por consiguiente habría tenido posibilidad real de aproximarse a Xóchitl Gálvez al momento de realizarse la campaña.

Las estadísticas de los liderazgos del PRI, PAN y PRD seguramente posicionaban a Samuel más alto de lo que habían supuesto y por lo tanto era muy probable que restara mucha votación a Xóchitl incluso que esta la pudiese empatar. Por lo anterior y para no arriesgar la posición de preferencia electoral actual, los liderazgos opositores decidieron frenar a Samuel con la maniobra política ya señalada.

Pero por cada acción hay una reacción, hoy la dirigencia nacional del Movimiento Naranja está furiosa con las acciones del PRI y el PAN, y han optado por romper el “pacto de contingencia” que era actuar en conjunto en caso de que MORENA optara por presentar iniciativas muy polémicas o aparénteme sin consenso político.

Esto último no significa que MC dejará que MORENA y sus aliados hagan lo que quieran, más bien es que ahora MC estará actuando como un aliado de facto para MORENA y completamente de oposición hacia lo que provenga del PRI y el PAN, aunque también la dirigencia de MC tiene un control menos firme de los legisladores, los cuales actúan con mucha autonomía respecto de su dirigencia, pero de todos modos tendrá afectaciones visibles.

Sin mencionar que lo anterior también empuja a los votantes de MC a resentirse con las figuras de la oposición, por lo que generar nuevas alianzas y convenios se estará dificultando en el futuro de corto plazo. A su vez la propia militancia naranja ya está cobrando factura a esta falta de tradicionalismo político en Nuevo León, en las nuevas encuestas, ahora sin Samuel García, Claudia Sheinbaum aumentó sus preferencias ligeramente, es decir, la opositora Xóchitl Gálvez no ganó nada con la salida del candidato de MC, y más bien en desquite sus simpatizantes están apoyando a la candidata de la 4T.

Aunque MC sea un partido todavía pequeño no debe subestimarse su capacidad electoral, especialmente a que sirve como una forma de “voto de castigo o inconformidad” cuando el oficialismo y la oposición no colocan candidatos que dejan satisfecha a una parte de la sociedad nacional. Hoy en día la preferencia por este partido ya esta casi alcanzando el diez por ciento, y aunque los naranjas han sido heridos, no están para nada derrotados, mantienen firme su convicción por convertirse en un partido bisagra que busque balancear las fuerzas legislativas del próximo sexenio.

Y aunque su candidato tal vez ya no tenga los recursos políticos y económicos de Samuel García, es un hecho que al menos tendrá un piso base de seis por ciento en la preferencia electoral, si logran ejecutar una buena campaña y consiguen mantenerse como la opción para el voto de castigo o inconformidad bien podría lograr llegar a las anheladas dos cifras. Y vale la pena decir, que tampoco olvidarían la jugarreta política de la que ahora han sido víctimas ¿Será que el PRI y PAN son conscientes de las consecuencias políticas que tendrá la acción que emprendieron en Nuevo León los días pasado?