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Plagas, basura y vandalismo en Bosque Cuauhtémoc

No existe actualmente ningún programa para la conservación específica de este bosque.

Kiosko principal del Bosque Cuauhtémoc. |Fotografía: Omar Ángel Chávez

Morelia, Mich.- Decenas de árboles plagados, basura fuera de los botes y vandalismo al valor natural y cultural del lugar, siguen siendo la normalidad en el Bosque Cuauhtémoc, ubicado al oriente del Centro Histórico de Morelia.

Si bien hay algunos ejemplares que dan cuenta del esfuerzo de reforestación en la más importante área verde de la mancha urbana, a unos metros de éstos se puede observar cómo otros tantos son atacados por plagas.

Algunos de los más viejos —”guardianes”, como les llama Juan, quien asiste los martes a danzar en torno a la figura de Cuauhtémoc — ya se encuentran, incluso, a punto de caerse, secos y huecos, y son utilizados por los paseantes como botes de basura, pues dentro de ellos se hallan botellas de plástico, envolturas de frituras comerciales y vasos de unicel.

Alguno de los árboles longevos con plaga y a punto de caer. |Fotografía: Omar Ángel Chávez

A juicio del ciudadano, sin embargo, sí está bien cuidado el bosque, al menos en la zona central donde se encuentra la figura en honor al último tlatoani de la antigua Tenochtitlán, considerando sagrado por quienes se reúnen allí también los lunes.

Pese a que Laura, estudiante de 22 años, comentó que observa un bosque limpio, a unos metros de ella se verifican los desechos, tanto inorgánicos como orgánicos, a lo largo de los diferentes jardines donde muchas personas, como ella, asisten a hacer un “pícnic” o a pasear a sus perros, algunos de las cuales no recogen las heces que éstos arrojan.

Esculturas rotas e intervenidas con grafiti y stickers. | Fotografía: Omar Ángel Chávez

Christian, joven que cada tanto dedica su fin de semana a disfrutar del que considera el único pulmón en el centro de la ciudad, coincide con ella en que, en términos generales, el bosque está bien conservado, aunque añadió que se debería promover más su cuidado.

Lo dice en una zona donde el pasto está recién podado, a diferencia del área donde se encuentra la fuente de los patos, como se conoce coloquialmente, donde la hierba alcanza más de veinte centímetros.

“Hay por toda la ciudad”, respondió Felipe, quien juega con su hijo, cuando es abordado en torno los bustos robados (al menos cinco) y las esculturas rotas (una) o intervenidas con grafiti (otra), sólo en esa zona aledaña al acueducto.

Cabe señalar que no existe actualmente ningún programa para la conservación específica de este bosque, por parte de la Secretaría municipal a la que le compete el medio ambiente; en la de Servicios Públicos tampoco, pues lo atiende como cualquier otro parque o jardín de la ciudad.

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