Mueren 752 menores en 2023 a causa del crimen organizado; Michoacán el quinto estado con más homicidios

Las principales actividades que suelen realizar los menores en las filas del crimen son halconeo, producción de droga, trasiego y venta de droga

En 2023, dos menores de edad perdieron la vida a causa del crimen organizado. |Fotografía: El Sol de México

Morelia, Mich.- México ha registrado 752 asesinatos de menores de edad durante 2023 relacionados con el crimen organizado, lo que significa que en el país dos niños o adolescentes son víctimas de homicidio al día, según el Análisis Geoespacial de Víctimas Menores de Edad por la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana (SSPC). Michoacán, es el quinto estado donde se asesinaron a más menores de edad el año pasado.

Los estados donde se registró el mayor número de homicidios a menores de edad son: Guanajuato (97), Estado de México (70), Chihuahua (54), Zacatecas (49), Jalisco (47) y Michoacán (47).

Se detalló que de los 752 asesinatos el 15 por ciento son mujeres, mientras que el 75 por ciento de los homicidios dolosos en el país están vinculados con la delincuencia organizada.

De acuerdo con la información que se tiene algunos de los factores que facilitan que los infantes y adolescentes se sumen a las filas del crimen organizado son: falta de oportunidades, inseguridad, inequidad, violencia familiar, abandono escolar, consumo de sustancias, normalización de la violencia.

Las principales actividades que suelen realizar los menores en las filas del crimen están bajo una estructura adultocentrista y jerárquica, pues inician con actividades como de halconeo, producción de droga, trasiego y venta de droga y dependiendo de sus “capacidades” y “habilidades” pueden llegar a ser jefes de un grupo dedicado a la extorsión.

El informe revela que existen dos tipos de reclutamiento: el forzado y el no forzado. En el primero los delincuentes aplican violencia física o psicológica para captar a nuevos integrantes con acciones como secuestro, extorsión, amenazas, chantajes e intimidación, mientras que el no forzado se da a través del engaño, regalos o el hecho de cubrir necesidades económicas o por imitación de un estilo de vida que se ha naturalizado.