Sin un cambio sustancial

Por primera vez 11 partidos políticos participarán en el actual proceso electoral. | Agencia Comunicación Gráfica

Cada vez que se aproxima un nuevo proceso político-electoral, quienes han hecho de la política una forma de vida, empiezan a buscar un mejor reacomodo en las estructuras del poder. Ya sea obteniendo una candidatura a un cargo de elección popular, reeligiéndose para seguir ocupando el mismo cargo o en ultima instancia, consiguiendo una plaza bien remunerada en alguna dependencia de la administración publica municipal, estatal o federal, lo importante es no quedarse fuera del presupuesto.

Poco o nada tienen de que preocuparse, de una u otra forma serán tomados en cuenta, no se quedaran fuera de la jugada,  ya que por “derechos familiares” o intereses en común,  forman parte de la pirámide del poder. Solo es cuestión de esperar los tiempos legalmente establecidos, mientras se van barnizando los procedimientos normativo, para que se puedan designar las candidaturas correspondientes  y se programe el reparto de los cargos administrativos entre quienes no fueron beneficiados con alguna candidatura.

En uno de esos vaivenes electorales, pueden aprovechar la oportunidad de empezar a colar a  sus hijos y  familiares en algún espacio político o administrativo, aun cuando no hayan hecho ningún tipo de “talacha” partidista, como  reestructurar comités seccionales y municipales, organizar reuniones informativas, pintar bardas o distribuir propaganda electoral, entre muchas otras actividades, ni mucho menos contar con los conocimientos académicos y experiencia política suficientes, para desempeñar  el cargo que  les sea asignado .

Además, en el caso de percibir que sus aspiraciones políticas, no están siendo  atendidas bajo los colores, principios, estatutos y programa de acción de su organización política, raudos y veloces se pueden dar el lujo de emigrar a otro partido político en busca del reacomodo deseado. Simulando la conducta de los chapulines que van brincando de un sembradío a otro en busca del sustento diario. Lo cual, en la actualidad se considera como algo normal que se brinque de un partido a otro en busca de satisfacer sus propios  intereses, importando poco que la actividad política tiene como fin alcanzar el bien común.

Actitud chapulinezca que empezó a darse con mayor notoriedad a principios del presente siglo, cuando los políticos, empezaron a brincar con mayor frecuencia de un partido a otro, traicionando sus propios principios y sin que les importe desplazar a muchos militantes que llevan años esperando una oportunidad de ser seleccionado para ocupar algún un cargo de elección popular.

Ese chapulineo se intensificó en el Proceso Electoral Federal 2017-2018, que culminó en la jornada electoral del domingo 01 de julio de 2018. En dicho proceso, la cargada fue hacia Morena. Partido que arropó a político de todos los partidos, postulando como candidatos al senado de la republica y a la cámara de diputados federales, a personas que en nada coincidían con los principios y programa de morena y que les quitaron la oportunidad a muchos de los que con su trabajo y esfuerzo lograron constituir ese movimiento social en un partido político nacional.

Las cosas no están siendo diferentes en el presente Proceso Político-Electoral 2023.2024, los que viven de la política se han estado reacomodando dentro de los tres frentes que luchan por el poder: “Sigamos Haciendo Historia” (Morena, PVEM, PT), “Fuerza y Corazón por México” (PAN, PRI, PRD y un grupo de la oligarquía) y Movimiento Ciudadano, manifestando los seguidores de estos bloques políticos, que aman y quieren a México, que ellos si saben gobernar y que tiene la solución para combatir la corrupción, la impunidad y la delincuencia, abastecer de agua potable a las comunidades, detener el deterioro ambiental y que pueden proporcionar a la población educación y salud, de calidad, similar a la de los países del primer mundo.

Entre los ejemplo claros del chapulineos, que hoy en día están sucediendo, podemos mencionar el apoyo del PRI y el PRD a la candidata del PAN a la presidencia de la república, asimismo al candidato del PAN a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México y a muchos otros cargos más; cuando bien sabemos que son adversarios históricos al tener principios y doctrinas ideológicas totalmente opuestos.  

Morena por su parte está postulando como candidata al gobierno de Guanajuato a una exmilitante panista y excolaboradora de Calderón y como candidato al gobierno de Yucatán, a otro distinguido exmilitantes panistas y a la Alcaldía de Coyoacán, de la Ciudad de México a una exmilitante priista. En nuestro Estado de Michoacán, algunos de sus candidatos son  personas totalmente ajenas al Programa de la Cuarta Transformación de la Vida Nacional que sólo están aprovechando la oportunidad del momento. Dejando en la orfandad política a quienes hicieron posible la constitución de Morena como partido político. Convirtiendo a Moren, en un símbolo de la ambición por el poder, de quienes llevan décadas gobernando el país y prometiendo cada tres años, una vida mejor.

El problema no es que brinquen, salten o vuelen de un lado a otro quienes se dedican a la política, están en todo su derecho. Lo preocupante es que no existe voluntad para lograr un cambio sustancial en las condiciones de vida de la población, al contrario, cada día se hace más difícil nuestra existencia.