Harto guacamole… ¿y la sequía?

El Super Bowl consumió 138 mil toneladas de aguacate mexicano, evento que se liga a "las historias atrás" de su producción.

El envío de aguacate para el evento deportivo ha ido en aumento.

Morelia, Mich.- Aún están latentes las apuestas y las emociones de la final del Super Bowl, un evento aderezado por el guacamole generado de 138 mil toneladas enviadas este año al máximo evento deportivo estadounidense desde Michoacán y Jalisco, de las que 130 fueron del estado y el resto jaliscienses.

Por los volúmenes del fruto para el consumo suntuario, pareciera que no se tomaron en cuenta las advertencias de la organización no gubernamental del vecino país del norte, Climate Rights International, quien en un estudio difundido en noviembre pasado, consideraba de gran importancia preguntarse “las historias atrás” de llamado “oro verde”.

En tiempos de severidad climática, donde este 2024 se advierte una grave sequía en el país y a nivel planetario, el llamado de la ONG pareciera haber caído en oídos sordos. Al menos el gobierno estatal ha mantenido su política de impulso a la producción aguacatera y atrás de los señalamientos de Climate Rights International, no ha planteado tomar directamente cartas en el asunto, más allá de sus últimos anuncios sobre el uso de tecnología digital para localizar cambios ilegales de uso del suelo, un tema demasiado relacionado con la proliferación de huertas aguacateras.

Aunque está en veremos, la Secretaría del Medio Ambiente (Secma) del gobierno estatal, señaló en los primeros días de febrero que se prepara un certificado para el “aguacate sustentable”, mismo que a juicio de la dependencia estatal “frenaría” el cambio de uso del suelo y prevendría incluso un boicot en las exportaciones del fruto cuya producción genera un severo desequilibrio al medio ambiente, con escasez de agua en comunidades como una de sus principales consecuencias.

Según el titular de la dependencia, Alejandro Méndez López, la certificación “permitirá distinguir los productores que no dañaron al medio ambiente, de quienes cometieron el delito de cambio de uso de suelo y deberán reparar el daño ambiental. Además de acreditar un buen manejo, como el consumo responsable de agua y agroquímicos.”

La alerta que pide acciones binacionales

Urge atender focos rojos por la producción aguacatera, fue la cabeza con la que Cambio de Michoacán publicó parte del informe de Climate Rights International y que consideramos no resulta ocioso traer de nuevo al espacio público.

Las afectaciones obligan a tomar medidas binacionales como no certificar huertas producto de una deforestación reciente, señala la ONG, misma que aludió a riesgos ambientales, como la falta de agua para la población, y de violación a derechos, “las historias atrás” del consumo de aguacate.

En Michoacán existen ya focos rojos por escases de agua que utilizan los productores aguacateros, algunos ligados al crimen organizado, con carencia parcial o total del líquido a comunidades que en los últimos años han visto como se desecan por este fenómenos manantiales y lagunas, señaló en una transmisión virtual Max Shoening, integrante de la organización o gubernamental Climate Rights International y autor del estudio “El saldo insostenible de la expansión aguacatera: Deforestación, acaparamiento de agua y violencia detrás de las exportaciones de aguacates de México a EE. UU. y otros mercados”.

Un día después de la difusión de la investigación, el 28 de noviembre del 2023, con amplia resonancia mundial tras su publicación en el New York Times, Shoening ubicó en los municipios de Nocupétaro, Carácuaro, Parácuaro y Villa Madero, entre otros, estos focos rojos en cuanto a la escasez de agua para comunidades enteras, fenómeno que afirmó ya se replica en regiones de Jalisco, el otro estado junto con Michoacán autorizado para la exportación del fruto al vecino país del norte.

Incluso, puntualizó, el fenómeno de la falta de agua afecta a comunidades o localidades que no son productoras de aguacate, pero que son aledañas a las zonas de producción y que se ven afectadas por la desecación de fuentes de abastecimiento y que sin duda se verá agravado por los efectos del cambio climático.


La producción aguacatera en México no debe permitir certificaciones a huertas producto de la deforestación, sobre todo cuando esta ha sido reciente y producto de un cambio forzado de uso del suelo como lo son incendios y talas ilegales de bosque, tema en el que el estudio destaca consecuencias de riesgo para comuneros y productores que se han opuesto y denunciado el saqueo de recursos y las presiones de la delincuencia organizada para que se establezcan huertas, como ocurrió en Ocumicho, donde pese a que se consideró un acuerdo de la comunidad no sembrar aguacate, se tuvieron que enfrentar amenazas y revertir la decisión.  

Sobre este punto, Shoening indicó que las presiones se han registrado sobre todo en Zacapu, Ziracuaretiro, Tacámbaro y Villa Madero, donde el año pasado se vivió el secuestro previas amenazas de un ambientalista, finalmente liberado tras la presión de la comunidad.

Según el autor del estudio -desarrollado en un año, con entrevistas a más de 100 personas en más de una decena de municipios de Michoacán y Jalisco-, el papel del crimen organizado en la cadena productiva del aguacate va más allá de detentar la propiedad de huertas. “El impacto más importante es el temor para denunciar los daños causados; obstaculiza el esfuerzo de comunidades y de autoridades”, y sobre todo que repercute en una ausencia de políticas de empresas y autoridades, “lo más importante”, para ordenar y normar la producción.  

Cuestionado al respecto, el periodista estadounidense señaló que no se tiene la cifra exacta sobre el rango de ilegalidad de las huertas aguacateras en el estado en los últimos años derivadas de cambios de uso del suelo, aunque consideró lo que se ha manejado mediáticamente, de que en los últimos 20 años han crecido las plantaciones del fruto de una manera indiscriminada y bajo la presunta ausencia de autoridades que normen un crecimiento que algunos autores estiman ha sido mayor bajo la ilegalidad que con los permisos de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales.

Según el estudio, en 49 de 56 municipios productores de aguacate en el estado, la siembra del aguacate es producto de la deforestación, con un estimado de solamente 50 mil huertas certificadas bajo una relativa legalidad porque se supone que no se establecieron tras un proceso de deforestación reciente.


Ante esta problemática, ponderó, se requiere cada vez una mayor conciencia de “las historias atrás” de los productos que se distribuyen y consumen a través de cadenas comerciales, al igual que destacó que en las tendencias de consumo influyen fenómenos como el hecho de que el aguacate michoacano vaya al Super Bowl.

Finalmente, como lo señala el estudio, consideró necesarias algunas recomendaciones derivadas del resultado del trabajo.

Al gobierno de los Estados Unidos, le correspondería implementar una política de no certificación a huertas surgidas de procesos recientes de deforestación.

Al gobierno de México, realizar esfuerzos para proteger a ambientalistas, comuneros y periodistas que han documentado y denunciado saqueo ilegal de recursos en relación a la producción aguacatera y actuar en base a esas denuncias.

A las empresas que se benefician comercialmente de la exportación, porque a estas les correspondería verificar que no hay daños ambientales ni violación de derechos sociales o colectivos atrás de los aguacates.

Daniel Wilkinson, integrante también de Climate Rights International, señaló que se confía en que con la difusión del estudio, tanto autoridades como cadenas comerciales, adquieran conciencia sobre la necesidad de proteger a bosques y comunidades en el entorno mexicano, destacando que se requiere trabajar mucho con empresas para que cumplan sus compromisos con el medio ambiente.

Los datos

El estudio señala que “sobre la base del análisis de registros del gobierno mexicano no publicados previamente, el informe documenta -con 75 ejemplos ilustrativos- que, en 2022, las empresas estadounidenses Calavo Growers, Fresh Del Monte Produce, Mission Produce y West Pak Avocado, y la mexicana Aztecavo, se abastecieron de aguacates cultivados en huertas en las que había suelos deforestados. A su vez, esas empresas distribuyeron aguacates de origen mexicano a cadenas de supermercados importantes, entre ellas Albertsons, Costco, Kroger, Trader Joe’s, Walmart y Whole Foods.”

Estas mismas empresas al igual que los gobiernos y cualquier interesados, podrían verificar la procedencia de huertas producto de la deforestación, con recurrir a herramientas como Google Earth para enterarse de su procedencia, destaca Shoening.

“México es el mayor productor y exportador mundial de aguacate y provee cuatro de cada cinco aguacates que se consumen en Estados Unidos, con exportaciones que ascienden a un valor de USD 3.000 millones anuales. El consumo de aguacates en EE. UU. se ha triplicado desde el año 2000, en parte propiciado por las campañas de promoción comercial enérgicas que lleva adelante la industria y que incluyen afirmaciones sobre la ´sostenibilidad´ de los aguacates mexicanos. En un anuncio proyectado durante el Super Bowl de 2023 se mostraba a Eva sosteniendo la fruta en el Jardín del Edén.

“Los aguacates mexicanos también llegan cada vez más a otros mercados internacionales, y las exportaciones a Europa, Canadá y Asia sumaron más de USD 2.000 millones en los últimos cinco años”, refiere la investigación.

Otros datos del estudio señalan que ““las comunidades indígenas purépechas y otros residentes se han movilizado para defender los bosques, pero sus esfuerzos se han visto frustrados por violencia e intimidación, que atribuyen en muchos casos a grupos de crimen organizado que tienen una fuerte presencia en la región y mantienen múltiples nexos con sectores de la industria del aguacate. Por ejemplo, después de que la comunidad de Ocumicho prohibió que personas externas plantaran aguacates, dos líderes comunitarios recibieron disparos, uno de ellos con consecuencias letales, otro fue secuestrado y un integrante de la comunidad que participaba en acciones de preservación de bosques fue asesinado”

Prácticamente la totalidad de la deforestación para el cultivo de aguacates que se produjo en Michoacán y Jalisco en las últimas dos décadas, añade la información, “ha sido ilegal, en contravención de las leyes penales mexicanas. En muchos casos, la tierra ha sido despejada provocando deliberadamente incendios forestales, lo que también constituye un delito. La conversión de bosques naturales en plantaciones de aguacate libera gases de efecto invernadero que contribuyen al calentamiento climático, reduce el almacenamiento de carbono y menoscaba la biodiversidad y la recuperación de los acuíferos.

“Los productores de aguacates utilizan enormes cantidades de agua, y muchos la extraen ilegalmente de arroyos, ríos y acuíferos subterráneos para regar sus huertos. La deforestación y el acaparamiento de agua han tenido consecuencias graves para las poblaciones locales, puesto que han contribuido a la escasez de agua y han incrementado el riesgo de deslaves e inundaciones letales. El informe presenta evidencias que vinculan la producción del aguacate con la deforestación y los incendios forestales que, según las autoridades mexicanas, estuvieron entre las causas centrales de una inundación repentina que, en 2019, provocó la muerte de cinco personas en San Gabriel, Jalisco.

“No obstante, las autoridades en general no aseguran el cumplimiento de las leyes ambientales en las regiones productoras de aguacate. Una causa importante es la corrupción, especialmente en la unidad de la Fiscalía General del Estado de Michoacán dedicada a investigar deforestación relacionada con el cultivo de aguacates, según indicaron varios funcionarios federales y estatales que hablaron con Climate Rights International, así como residentes. Un alto funcionario usó la frase ´bola de corrupción´ para referirse a las prácticas por las que se investiga y procesa penalmente a nivel estatal a la deforestación relacionada con el cultivo de aguacates en Michoacán.”

Otros datos importantes que arroja la investigación, señalan que “en 2021, altos funcionarios ambientales mexicanos propusieron agregar a este proceso de certificación el requisito de que no hubiera deforestación ilegal, según surge de documentos que obtuvo Climate Rights International mediante solicitudes bajo la ley de transparencia de México. Sin embargo, los funcionarios estadounidenses no actuaron a partir de esta propuesta, y en vez siguen certificando huertas que contienen terrenos deforestados ilegalmente para la exportación a consumidores estadounidenses.

“Para agravar el problema, en registros obtenidos a través de la Ley sobre Libertad de Información (Freedom of Information Act, FOIA) se muestra que el gobierno estadounidense aprobó que el estado de Jalisco empezara a exportar aguacates a Estados Unidos sin adoptar medidas para abordar el riesgo de que, como se alertó en un informe interno del gobierno de EE. UU. en ese momento, la aprobación ´probablemente aumente la deforestación´ en Jalisco, como lo habían hecho las ´presiones del mercado´ en Michoacán.”

Este es el enlace para consultar el informe completo: https://cri.org/mexico-aguacates-exportacion-fomentan-deforestacion-abusos/