La paz es más que una visión noble

La historia de la humanidad está plagada de errores, quizás por eso el mundo está como está.

El planeta tierra es bellísimo y nos lo hemos acabado.  El ser humano es una maravilla biológicamente hablando, creador, pero también puede llegar a cometer acciones llenas de maldad e inconciencia.

Ha habido guerras, genocidios, persecuciones, de unos contra otros por demás absurdas, inexplicables si uno viese las cosas de manera objetiva.

¿Porque la persecución de una u otra raza, ideología, color o religión?

El día de ayer se celebró el día del amor mientras el pueblo Palestino está sufriendo uno de los mayores genocidios en la historia de la humanidad. Miles de niños muertos, mujeres, miles de personas que no tenían por qué ser agredidos, perseguidos, estigmatizados, asesinados. Se celebra mientras hay miles de personas en el mundo sin hogar, sin alimento, sin agua, sin una vida digna, feliz. Mientras persiste la violencia en prácticamente todos los ámbitos.

Recordé al padre Valentín de Roma, nacido en el año 175 en Italia, quien fue un médico romano que se oponía al régimen totalitario, inquisidor, explotador, belicoso, expansionista del Imperio Romano, el cual, entre otras cosas, prohibía que los soldados contrajeran nupcias, porque al hacerlo perdían el arrojo, la furia, el odio necesario para matar al otro.

Este médico se hizo sacerdote y llegó a ser Obispo. Profesaba el cristianismo y clandestinamente, sin miedo a ser castigado por el imperio, casaba a los soldados. El emperador Claudio II ordenó su muerte y fue decapitado el 14 de febrero del año 269.

Se le decapitó por profesar el respeto al otro, el amor al otro, por la vida, por defender la libertad.

El día siete del presente mes, el secretario general de las Naciones Unidas hizo referencia a la paz como el elemento “que más falta” en el mundo:

“Nuestra organización fue fundada en la búsqueda de la paz. La paz es nuestra razón de ser. Sin embargo, cuando observo el panorama del mundo actual, lo que falta de forma más dramática es la paz.

Y con ello me refiero a la paz en todas sus dimensiones.

A medida que se recrudecen los conflictos y crecen las divisiones geopolíticas, la paz en nuestro mundo se ve amenazada.

A medida que se profundiza la polarización y se pisotean los derechos humanos, se socava la paz dentro de las comunidades.

A medida que estallan las desigualdades, la paz con justicia se hace añicos.

Al continuar nuestra adicción a los combustibles fósiles, nos burlamos de cualquier noción de paz con la naturaleza. En todo el mundo, y en toda la gama de problemas, la paz es la pieza que falta. La gente quiere paz y seguridad. La gente quiere paz y dignidad. Y, francamente, quieren paz y tranquilidad.

Hay tanta ira, odio y ruido en nuestro mundo actual.

Parece que todos los días y a cada paso hay guerra. Conflictos terribles que matan y mutilan a civiles en cantidades sin precedentes.

Guerras de palabras.  Guerras territoriales.  Guerras culturales.

Muchas de ellas propagan la perversa matemática que dice que el apoyo se multiplica dividiendo a las personas. Esto es especialmente preocupante en un año en el que la mitad de la humanidad acudirá a las urnas.

Mientras tanto, cada vez más familias se quedan atrás. Cada vez más países se ahogan en deudas. Cada vez más personas pierden la confianza en las instituciones y la fe en el proceso político.

La paz es la salida a estas crisis interrelacionadas.

La paz es más que una visión noble.

La paz es un grito de guerra.  Es una llamada a la acción.

Nuestra obligación es actuar juntos por la paz en todas sus dimensiones”.

Definitivamente la paz es más que una visión noble, el amor, el verdadero amor es sin duda el único instrumento para salvar el planeta, a la humanidad. Por ello han dado la vida millones, por amor al otro, por amor a la libertad, a la vida.

No caigamos en las nobles intenciones, escuchemos con suma atención las palabras del presidente de la ONU cuando nos dice: “La paz es un grito de guerra, es una llamada a la acción. Nuestra obligación es actuar juntos por la paz en todas sus dimensiones”.

Ciertamente la paz no puede existir sin que haya justicia, igualdad, respeto a la vida, al planeta y todos los que en el habitan, el amor es ciertamente el camino.