Igualdad, justicia, vida sin violencia: sentido del 8M, dicen ciudadanas

Prevalecen acoso, tratos discriminatorios y, en el ámbito no remunerado, la carga del trabajo doméstico exclusivamente para las mujeres.

La movilización de la Asamblea Estatal de Mujeres, sobre la Avenida Madero, el 8M del 2023. | Fotografía: Agencia Comunicación Gráfica

Morelia, Mich.- “Igualdad”, “justicia” y el “derecho a una vida sin violencia” son algunas de las consignas que, según el testimonio de algunas ciudadanas entrevistadas por Cambio de Michoacán, dan sentido al 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer Moreliana, en el marco de lo cual el mes que empieza estará lleno de actividades conmemorativas.

En el ámbito remunerado, los “roles de género” –conjunto de comportamientos, funciones, tareas o deberes asignados, según si se nace hombre o mujer– son aún parte de la cotidianidad de las trabajadoras, quienes siguen recibiendo comentarios discriminatorios por parte de sus jefes, del tipo “tienes que dedicarte al hogar”, como dijo Alondra, pedagoga con 24 años de edad.

Otro obstáculo frecuente es el de los “techos de cristal” –barreras invisibles, basadas en estereotipos de género, que no permiten a las mujeres ascender en sus cargos– que refirió, por su parte, Katia, maestra de preescolar con 28 años de edad.

“Sigue habiendo pensamientos machistas, como que no te suben de nivel, de sueldo, sólo porque eres mujer”.

Los tratos diferenciados son patentes en el nivel de “riesgos” al que los encargados exponen a las empleadas a diferencia de sus pares varones, describió Azucena, quien tiene 47 años y trabaja en una abarrotera, conforme a lo que denominó bullying o “agarrar de bajada”.

“Me dejan en un área que le llaman ‘la picadera’, que es donde partimos la fruta, ahí nos lastimamos mucho, porque trabajamos con cuchillos y con químicos que queman”, dijo mientras mostraba las heridas en sus dedos.

Sin embargo, agregó, no le han hecho valer el Seguro Social porque sus jefes le piden requisitos que no especificó, pero que, según investigó, no son necesarios para gozar de su derecho.

Johanna, asesora inmobiliaria, a sus cortos 22 años de edad ya experimentó la violencia laboral por parte de hombres, razón por la cual tomó la decisión de no involucrarse más que en ambientes de trabajo separatistas, esto es, donde sólo participen mujeres.

Tuvo un jefe “encimoso”, relató, en una tienda de ropa en Altozano, quien daba “ventajas” a las mujeres, como salir temprano para que no tomaran su transporte público muy tarde, para cobrarlas después, presionándolas para aceptar invitaciones a cenar.

El hogar representa para muchas mujeres la segunda jornada laboral del día, no obstante, no remunerado, como reconoció Roselia (50 años), quien calificó como “muy complicado” hacer un balance entre su labor como enfermera y el trabajo doméstico.

“Allá entro a las 7:30 y salgo a las 2:30 o 3:00, es pesado. De ahí tengo que llegar a la casa a hacer comida, estar pendiente de la limpieza, lavar y planchar los uniformes de mos hijos, ayudarles a hacer la tarea. Así era desde que estaba casada, él nada más ponía dinero, yo el dinero y todo esto”.

Aunque tiene miedo de la represión que llega a presentarse, Alondra hizo la defensa más enfática de las marchas, como la que se llevará a cabo el próximo 8M.

“Me gusta que salgan a luchar por la igualdad. La gente se molesta porque rayan, pero eso me da risa. Hay quienes dicen que el Centro se ve feo, pero la historia es de quien la crea, esa marca tiene un significado, los nombres de las chicas que desaparecieron o de quienes han hecho daño, como el chico de Altozano”, refiriéndose con esto último a Diego Urik, feminicida de Jessica González, el caso que más indignación y respuesta a suscitado por parte de colectivas.