Refugio ‘La Casa que Maúlla’ lucra con dolor animal, denuncia ex empleada

El Centro de Atención Animal de Morelia (CAA) le ha derivado ocho gatos en los últimos seis meses, adoptados de manera exitosa.

Imágenes que mostró a los medios la ex trabajadora, como presunta evidencia de maltrato. | Fotografía: Agencia Comunicación Gráfica

Morelia, Mich.- “La Casa que Maúlla”, asociación civil con domicilio en Morelia, estaría “lucrando con el dolor” de los gatos que recibe, declaró Lorena Rosalía Ibarra Razo, exempleada del establecimiento involucrada en un conflicto laboral, quien acusó omisión de parte de la Fiscalía General del Estado (FGE) en el caso de la denuncia interpuesta.

La denunciante convocó a la prensa para dar a conocer que durante sus tres años como empleada de Lourdes Tatiana “N”, persona denunciada por ser la dueña del establecimiento, habría visto fallecer a unos 200 felinos, por infecciones que no habrían sido atendidas, y a las cuales se exponían los ejemplares que ingresaban al refugio.

“Los dejaba morir”, aseguró, y dijo tener fotografías de los animales en mal estado, así como capturas de pantalla de conversaciones (en medios virtuales), en las que presuntamente le hacía saber a su empleadora que había ejemplares que requerían atención veterinaria urgente, evidencia que habría sido presentada a la FGE el 29 de noviembre pasado.

“Su prioridad es recibir donaciones”, declaró Lorena, y relató que Tatiana presuntamente dejaba pasar las alertas hasta que la salud de los gatos llegaba a un estado crítico, momento en que le pedía a su empleada tomar fotografías para, con ellas, pedir colaboraciones altruistas.

Sin embargo, este dinero, continuó Lorena, no habría sido utilizado para sus tratamientos, como en el caso de “El Güero”, un gato que –aseguró– nunca recibió la operación que necesitaba, y por el que –según recibos que asegura haber podido atestiguar– se reunieron cerca de 15 mil pesos.

Si bien reconoce que tenía consciencia de que lo que hacía no era correcto, argumentó que en muchas ocasiones se le condicionó el pago de su salario para acatar las instrucciones que se le daban.

Respecto de las actuaciones de la Fiscalía, comentó que “al inicio empezaron muy bien”, y que incluso la mandaron llamar para hacerle entrevistas, pero que en su última comunicación le habrían dicho a la denunciante que no presentó “suficientes elementos”, razón por la cual hace pública la denuncia.

Fue el propio departamento de comunicación de la FGE el que confirmó, a solicitud de Cambio de Michoacán, que sí hay una carpeta iniciada en este tema, y que se encuentran en proceso las diligencias de investigación; de manera paralela, agregó, hay un conflicto laboral también en curso.

El medio buscó por vía telefónica y virtual, sin éxito, una entrevista con la dueña del establecimiento; la única respuesta que se obtuvo de parte de los administradores de su página oficial de Facebook, fue que la presunta denunciante miente, y que es ella quien fue denunciada por la empresa, por presunto abuso de confianza, así como por daños al honor.

Autoridades municipales

El director del Centro de Atención Animal de Morelia (CAA), Juan Gonzalo Cervantes Jerónimo, dio a conocer que no tiene reportes de maltrato en contra de este establecimiento, e incluso señaló que la instancia a su cargo ha derivado a “La Casa que Maúlla” un total de ocho gatos en los últimos seis meses, que habrían sido finalmente dados en adopción de manera exitosa.

Aunque comentó que se trataría de un refugio que opera de manera irregular, al no tener un registro como tal, el CAA es un espacio de tránsito con un límite de capacidad muy determinada, recordó el funcionario, por lo que se busca la cooperación de la sociedad civil para dar cuidado a los animales que no pueden mantenerse allí.

Sin embargo, aseguró que la instancia municipal no habría detectado maltratos ni focos infecciosos a lo largo de su cadena de custodia, que va desde el momento en que el CAA recibe a los animales decomisados, hasta que son adoptados, incluyendo las instancias intermedias de subresguardo, en este caso, “La Casa que Maúlla”.