Cargarse de energía durante el Equinoccio de Primavera, ajeno a una tradición prehispánica

Vestirse de blanco y escalar pirámides, modas del mundo actual.

Teotihuacan, zona arqueológica predilecta de nacionales y extranjeros para recibir “la energía” |Fotografía: PortalPolítico

Morelia, Mich.- De acuerdo con el Observatorio Astronómico Nacional, este miércoles 20 de marzo en punto de las 3:07 horas ocurrirá el equinoccio de primavera, en el hemisferio norte. El cambio de estación en los últimos años se ha asociado a vestirse de blanco y acudir a un sitio arqueológico para “recargarse” de energía solar, como si fuera un ritual de renovación. Pero qué tan relacionado esta este fenómeno cultural con las creencias de las antiguas civilizaciones mesoamericanas.

En las últimas décadas, las pirámides de Teotihuacán se convirtieron en la zona arqueológica predilecta de nacionales y extranjeros para recibir “la energía” que emana el sol durante el equinoccio de primavera, esta costumbre se ha asociado a tradiciones de las antiguas civilizaciones de Mesoamérica; sin embargo, Jesús Galido Trejo, investigador y arqueoastrónomo de la UNAM, ha señalado que acudir a las pirámides para presenciar este evento astronómico y asociado a rituales religiosos o espirituales corresponden a costumbres del mundo moderno y no de las culturas prehispánicas.

“En las mesoamericanas no fue especialmente esencial el equinoccio de primavera, momento astronómico que en la actualidad se asocia con una recarga de energía del Sol.”, aclaró el también investigador del Instituto de Investigaciones Estéticas.

Señaló que la idea de que en primavera hay que recargarse de energía solar “ es una moda del mundo actual” influida por el “new age”.

Las personas se visten de blanco y suben a pirámides, como en Teotihuacan, pero nada tiene que ver con un culto antiguo, aclara Galindo Trejo.

De acuerdo con lo que explicó el arqueoastrónomo las construcciones prehispánicas de algunas pirámides fueron realizadas en función a su calendario, y no con relación a los solsticios o equinoccios —como se creía en la actualidad— que en la actualidad se les da una calendarización, por lo que no tienen una relación directa con los rituales que se hacen hoy en día.

“Es un hallazgo de hace algunos años. Antes se pensaba que los monumentos arquitectónicos estaban orientados por solsticios y equinoccios y por la fecha en que el Sol alcanzaba el cenit en un sitio geográfico determinado. Hoy se cree que más bien respondieron a la lógica de su propio calendario”, precisó.