SINDICALISMO CRÍTICO NICOLAITA | El bienestar en el trabajo, amar al prójimo como a sí mismo

"...los hechos se interpretan y viven de diferente manera, por ello entre los trabajadores y los ciudadanos se deben encontrar puntos de coincidencia..."

Trabajadores, objeto de cambio en el sistema capitalista.

Los discursos de persuasión política enfatizan las bondades y perjuicios de las ideas en que se sustentan los partidos políticos, así actualmente se ve la acostumbrada descalificación de los tiempos electorales, que en esta ocasión subraya las desgracias que traerá consigo continuar favoreciendo (aunque de manera insuficiente) a los más desprotegidos, al tiempo que se recalcan los riesgos a las inversiones y sobre el capital de los empresarios, así como el temor a romper el orden y las prácticas por tradición y buenas costumbres deben prevalecer.

Sin embargo, proclamar el amor al prójimo y a la vez despreciar la dignidad humana de los trabajadores mediante una situación laboral precaria o inestable, sin pensar en las vidas y las familias, sin procurar la justicia social y el bien común, abusando del débil, son dos posturas contradictorias. Ante ello y a propósito de estas fechas, se comenta someramente y sin afanes de especialista, lo que desde la perspectiva sindical se socializa al respecto en distintos foros.

Así, se menciona que el pensamiento social cristiano o la doctrina social de la Iglesia ha sido una de las fuentes de las que ha abrevado el derecho laboral. De acuerdo con el texto “La doctrina social de la Iglesia: fuentes y principios de los derechos humanos” de Ricardo Escobar (2012), la doctrina social de la Iglesia de trata de la “enseñanza moral, ética, teológica y social elaborada a lo largo de varios siglos por la Iglesia católica, como respuesta histórica a los problemas sociales, culturales, económicos y políticos que ha vivido la humanidad; con el objetivo de promover la transformación de la realidad en una sociedad más justa, solidaria y fraterna, mediante el respeto a la dignidad de la persona humana, a los derechos y deberes humanos, y a los derechos de los pueblos, vistos desde el ámbito antropológico, filosófico, cultural, jurídico y fundamentalmente teológico”.

Por ejemplo, en la respuesta oficial de la Iglesia a los nocivos efectos del capitalismo liberal, emitida en la encíclica Rerum Novarum o De las cosas nuevas, el 15 de mayo de 1891 por el papa León XIII, se contrarrestaba la visión que negaba toda relación entre la economía y la moral, así en un contexto en que se afirmaba que “el motivo único de la acción económica era el provecho individual; la única ley suprema reguladora de las relaciones económicas entre los hombres es la libre e ilimitada competencia. Intereses del capital, precios de las mercancías y de los servicios, beneficios y salarios han de determinarse necesariamente, de modo casi mecánico, por virtud exclusiva de las leyes del mercado. El poder público debe abstenerse sobre todo de cualquier intervención en el campo económico. El tratamiento jurídico de las asociaciones obreras variaba según las naciones: en unas estaban prohibidas, en otras se toleraban o se las reconocía simplemente como entidades de derecho privado”, la encíclica Rerum Novarum intercedía por los pobres y los débiles.

Ermo Quisbert (2010), elaboró un resumen de la encíclica en donde se menciona que se exigía que la fuerza de trabajo del hombre no fuera considerada una mercancía, el reconocimiento del derecho de los trabajadores a constituir sus propias asociaciones, se insta al Estado a reconocer, por ser natural, el derecho de asociación profesional, se exige el descanso dominical, así como la prohibición del trabajo infantil y la protección a la mujer trabajadora, el reconocimiento del justo salario, se esboza la previsión social, se exigía establecer el principio de colaboración entre clases sociales, condenando la lucha de clases, y reconociendo plenamente la propiedad privada, aunque, dentro de los límites de la justicia, asimismo se identificaba al capitalismo como causa de pobreza y degradación de los trabajadores y que el Estado tenía la misión de promover el bien público y el privado, confiriéndole, no obstante, un carácter suplementario respecto de la iniciativa privada, por ello, menciona que con la Rerum Novarum se favoreció el derecho a la asociación laboral. Los especialistas en el estudio del Derecho Laboral Mexicano, han mencionado qué aspectos de la redacción de diferentes fracciones del Artículo 123 constitucional, el artículo sobre el trabajo, fueron inspirados por la encíclica en el Congreso Constituyente Mexicano de 1917.

El compendio de la editorial San Pablo sobre la doctrina social de la Iglesia; doctrina actual de la Iglesia, recoge otras encíclicas y posicionamientos eclesiásticos sobre los problemas sociales, económicos y políticos posteriores a Rerum Novarum, mismos que también pueden ser consultados en diversos sitios web, en estas se reconoce que en este tiempo no sólo se acumulan riquezas, sino que a la concentración de la riqueza le sigue la creación de una supremacía económica en manos de pocos, y que en ocasiones, esos pocos ni siquiera son dueños, “sino depositarios que rigen el capital a su voluntad” y que desde una visión individualista, al alcanzar el predominio económico le sigue el predominio sobre el poder público, con el consecuente abuso del poder y la influencia, hasta tomar dimensiones de orden internacional.

En estos días se debe pensar en que una de las principales fuentes de los conflictos se encuentra en la incomprensión de los puntos de vista del otro, construido por la experiencia y la reflexión, los hechos se interpretan y viven de diferente manera, por ello entre los trabajadores y los ciudadanos se deben encontrar puntos de coincidencia o en donde los valores y objetivos coincidan, como sucede con la doctrina social de la Iglesia y la lucha por la igualdad de derechos, asimismo, los gobernantes y patrones debían formarse en estas temáticas, para evitar la violación a los derechos de los trabajadores y los ciudadanos.