ECOS LATINOAMERICANOS: La oposición se está confiando

Xóchitl Gálvez, arropada por militantes y simpatizantes en Querétaro. | Fotografía, cortesía de Fuerza y Corazón por México.

Faltan poco menos de siete semanas para el día de las elecciones. Acorde al análisis de las encuestas todo parece apuntar que Claudia Sheinbaum, candidata de la 4T llevaría una ventaja muy amplia por lo que al momento se le coloca como probable vencedora.

Aunque en política nada está escrito, lo anterior hace suponer, salvo que ocurra algo completamente imprevisto, que dicha situación sería una realidad en unos pocos meses. En teoría la oposición política, específicamente la coalición Futuro y Corazón por México, compuesta por el PRI, PAN y PRD, considera que su candidata, Xóchitl Gálvez, aún puede dar pelea y remontar para conseguir una victoria en la presidencia nacional.

Sin embargo, como se indicó, esto es apenas en el ámbito teórico, en las acciones prácticas la situación apunta ir en un rumbo distinto. Desde el propio arranque de campaña hasta su desempeño en el debate y en sus posteriores declaraciones,  Xóchitl ha dado la impresión de que no está óptimamente asesorada; se entiende que un candidato pueda cometer un error de tanto en tanto, pero los cometidos por la principal candidata oficialista dan la impresión de no  tener un equipo profesional que le corrija o asesore para mejorar en sus aspectos de comunicación social y política.

Incluso el apoyo brindado por los lideres de los tres partidos señalados parece más simbólico que práctico. No se observa un plan articulador que denote una fluidez política en la candidata, más bien asemeja un mero formalismo de parte de los líderes de partidos. Este tipo de conducta puede significar dos cosas: la primera es que Xóchitl es una candidata demasiado gris y mediocre para el lugar en el que actualmente está, o, que realmente los lideres de partidos están enfocados en otra cosa que no es la victoria de la elección presidencial.

Si bien puede haber cuestionamientos si Xóchitl era la mejor opción para concurrir como candidata de la oposición, tampoco puede decirse que era la peor. Es verdad que su perfil político no es demasiado notorio ni tampoco ha tenido puestos demasiados destacable, aun así, bien podría dar mucha más pelea de lo que está haciendo en la actualidad.

Por consiguiente, todo apunta, a que es más bien la segunda opción la que está siendo aplicada. Los liderazgos de los tres partidos que apoyan a Xóchitl parecen apuntar más bien a otros objetivos que propiamente a la victoria en la elección presidencial. Basta con ver como se encuentran configuradas las candidaturas plurinominales hacia el senado, para poner en duda si realmente a los liderazgos les importa la actual preferencia de Gálvez en la contienda electoral.

Básicamente el PAN y PRI se han asegurado de guardar las primeras posiciones para los liderazgos de dichos partidos y ya muy por debajo permitirle la entrada a otro tipo de perfiles políticos. Esto de antemano indica que el objetivo central de esta alianza es de asegurar senadurías y diputaciones más que realmente impulsar a la gente a votar por su coalición en la elección presidencial.

Esto resulta contrastante con algunos de los perfiles seleccionados para gubernaturas y presidencias municipales donde sí hay perfiles de mayor rango, que sí tienen un cierto grado de simpatía por parte de la población de cada localidad. Por lo que bajo este aspecto el objetivo general de la oposición no es propiamente ganar la presidencia sino concentrarse en potenciales bastiones políticos que mantener en el mediano plazo.

Sin embargo, hay una falla no considerada en esta estrategia. Si bien, la visión política actual consideraría que efectivamente la 4T retuviera la presidencia y de forma limitada el control legislativo federal, en tanto la oposición logrará mantener algunos estados y municipios relevantes, tal calculo no considera un potencial actuar de una tercera fuerza en este caso de Movimiento Ciudadano.

Si bien el partido naranja sufrió un duro revés con la retractación de Samuel García como candidato a la presidencia nacional, el actual contendiente, Jorge Álvarez Máynez, está navegando contra la marea con el propósito de lograr posicionar a este partido como una fuerza política relevante para el próximo sexenio.

Es cierto que el actual candidato de MC no tiene ni el carisma ni la popularidad que Samuel García, sin embargo, está tratando de posicionarse mediáticamente para que lo identifiquen como una posible tercera opción. Hay que señalar que no es tarea fácil, pero tras el primer debate presidencial parece haber habido un alza en la moral del partido naranja.

Esto último no solo está pretendiendo garantizar a MC su continuidad como partido sino ir posicionándolo como partido bisagra, es decir, instituto político con el que deberá negociarse, ya sea oficialismo u oposición, para pasar determinadas leyes o políticas federales.

Por ello mismo es que la principal oposición, el PRI-PAN-PRD, debiera tomar nota y no estar tan confiados. MC es un partido que aún tiene mucho que ganar, actualmente gobierna dos de los estados más importantes, y aunque fue un duro golpe la caída de Samuel García, tiene todavía un amplio margen para desarrollarse políticamente.

Por obviedad, aunque puede restar votos al actual oficialismo, su principal objetivo es desbancar a la oposición política para tomar su lugar. Difícil, sí, pero no imposible, al menos no en el largo plazo. MC ideológicamente representaría una especie de progresismo social moderado, alejado del verticalismo de la 4T, lo cual puede ser muy atractivo tanto para disidentes de MORENA y aliados, como también como para algunos simpatizantes de la oposición, por ello no debe descartarse que MC sirva como una especie de sustituto del llamado “voto nulo”.

Aunque en el mejor de los casos el partido naranja estará rozando los diez puntos porcentuales, ello no debe hacer que se sobrestime su actuar político. Si la oposición subestima a este partido, correrá el riesgo de que su candidata obtenga menos puntos de los que aparenta, e incluso podría involucrar la pérdida de puestos políticos de elección popular aparentemente asegurados.

MC y Máynez, todavía tienen oportunidad de continuar creciendo, eso es un hecho, tal vez no tanto como ellos quisieran, pero en la política cada voto cuenta. La oposición parece muy confiada en atrincherarse y asegurar determinadas posiciones para seguir como “resistencia” a la prácticamente segunda etapa de la 4T, pero si se confían demasiado corren el riesgo de que otra fuerza los remplace en su rol político.

Tal vez en este momento MC, Dante Delgado y Máynez, parezcan oponentes débiles, pero eso mismo se dijo de MORENA en 2015. Nada está asegurado hasta la hora de contar los votos, y aunque parezca que el llamado “PRIANRD” tiene cierta base de apoyo, nada garantiza que una nueva fuerza no sea capaz de sustituirlos.

Por lo tanto, si Fuerza y Corazón por México siguen con la idea de conseguir los votos suficientes para que sus dirigentes alcancen puesto en el legislativo y otros de sus miembros obtengan algunos municipios importantes, MC bien puede realizar una estrategia más ofensiva con la capacidad de restar no solo votos a la 4T, sino sobre todo de absorber parte de la votación actual del PRIANRD, y por las últimas acciones políticas de Máynez esa estrategia parece ya estar en marcha.