Las campañas electorales 2024 están en marcha, se llevarán a cabo del 1 de marzo al 29 de mayo de 2024. Michoacán elegirá 40 diputaciones del Congreso local y 112 Ayuntamientos, así como presidente de la república y representantes en el Congreso federal. En Michoacán, esta semana las y los candidatos dieron formalmente inicio de su campaña electoral. Diversos ingredientes se vierten en torno al mismo.
La mayoría de estas prácticas ya bastante conocidas, típicas y frecuentes por la clase política en época electoral. Como las descalificaciones, acusaciones incluso denuncias de carácter formal. Todo esto con la intención de sumar votos y restarlos a sus contrincantes. Con esto, probablemente se conteste la interrogante que muchas personas se hacen cuando se preguntan, ¿por qué determinado candidato o candidata no había hecho la denuncia anteriormente? Evidentemente se trata de un juego mediático que intenta -como se mencionó anteriormente- ganar adeptos del respetable.
Bajo el “argumento” intencional de “defender al pueblo”, de temas como el desfalco del erario público, principalmente, llevan acabo este tipo de prácticas. No obstante, una vez que llegan al poder, lejos de defender al pueblo, por el contrario, lo ignoran por completo.
Otro de los ingredientes que marcan estas elecciones en Michoacán es el tema de la relección. Diversos presidentes municipales han mostrado su interés en contender de nueva cuenta. Por ejemplo, los casos de Morelia, Pátzcuaro, Indaparapeo, Copándaro, Tlalpujahua, entre otros, bajo la excusa de continuar con la gestión, cuyo periodo de tres años es insuficiente para afrontar los problemas que aquejan a la población. Asimismo, aproximadamente la mitad de los miembros del Congreso local, buscan relegirse.
Otro ejemplo similar de relección es el ex gobernador de Michoacán y ahora Diputado federal con licencia Leonel Godoy Rangel, quien busca nuevamente relegirse por el distrito 01 de Lázaro Cárdenas.
Algunos otros cargos que no son precisamente un tema de relección pero que, se asemeja mucho, es la continuidad de la carrera política. Aquí es posible encontrar algunos candidatos y candidatas que actualmente tienen licencia y buscan mantenerse en el poder contendiendo por otro cargo público. Como lo es -por ejemplo- el caso de la Diputada federal con licencia Celeste Ascencio, quien buscará una Senaduría; el Diputado Carlos Quintana, el Diputado Mauricio Prieto y el Senador Antonio García Conejo, quienes van por una diputación local.
Tanto la relección como la postulación a algún cargo público, en los términos antes mencionados es constitucionalmente posible. Sin embargo, surge de inmediato la pregunta: ¿será genuina o habrá otros intereses? La respuesta en primera instancia seguramente se orientaría hacia la segunda opción (otros intereses). Esto es posible argumentarlo cuando uno ingresa a los perfiles oficiales- en el caso de los diputados y senadores- en la Cámara de Diputados y Senadores y es posible observar el deficiente y bajo desempeño que cada uno de estos ha tenido en el periodo legislativo. Esto sin contar el número de solicitudes sin atender de las personas que a diario efectúan peticiones de distinta índole y a quien en sus campañas electorales dicen defender. No obstante, de resultar ganadores, su misma actuación hablará por ellos.
Por otra parte, uno de los ingredientes -desafortunadamente- ya recurrentes en Michoacán es la intromisión del crimen organizado en el proceso electoral. Pues, las campañas ni siquiera habían empezado cuando dos de los aspirantes a la presidencia municipal de Maravatío, fueron asesinados a tiros el pasado 26 de febrero (el morenista Miguel Ángel Zavala y el panista Armando Pérez). En este sentido, se prevé que esta etapa electoral, se presente un clima de violencia y pugna por el control de los distintos territorios. Por lo cual, las autoridades deberán estar mas atentas que nunca.
Así pues, dieron inicio las campañas electorales en Machacan, cuyos ingredientes están puestos en la mesa y tocará a la población saber sortear de la mejor manera las mejores opciones y a las distintas autoridades vigilar con lupa la actuación de las y los candidatos, y a estos conducirse con honestidad en el proceso. Aunque, seguramente los dos primeros son factibles pero el tercero, puede que sea una utopía. Pues, si algo caracteriza a la clase política -sin distingo partidista- en México y Michoacán no es la excepción, es la falta de honestidad. No obstante, por lo menos trascurra con la mayor civilidad de todos los actores este proceso electoral, para el bien de México y de Michoacán, hartos de las falsas promesas y habidos de resultados.
