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Acción Vecinal | Van de la mano ahorro y escasez

Ante la escasez en el suministro del recurso, ciudadanos de Morelia comparten medidas adoptadas para optimizar.

Uso del agua, entre la necesidad y la escasez.

Morelia, Mich.- Van de la mano las estrategias de ahorro de agua y la escasez del suministro del recurso hídrico en las distintas colonias de la capital del estado, señalaron ciudadanos entrevistados por Cambio de Michoacán.

La incertidumbre sobre cuándo va a caer agua en su casa hace a Ismael, vecino de la colona Torreón Nuevo con 40 años de edad, haberse despedido de las regaderas y recurrir a otro tipo de métodos.

“Yo me baño con cubetas de agua. No sé cuántos litros traiga cada una, pero sí es menos que lo que sale de la regadera. Va junto el ahorro y el no tener agua, a veces no es tanto de consciencia de la gente”.

La más disciplinada entre los abordados fue Leticia, madre de familia que vive en la Leandro Valle, ubicada en el sector norponiente de la ciudad, en una casa con un servicio también intermitente, un bebé y, por esto último, dos lavadoras.

“Ahorro cuando prendemos las dos lavadoras. El agua del enjuage de un ciclo la uso para lavar la siguiente tanda de ropa. La de la segunda la utilizo para lavar el patio, o para bajarle al baño, hasta a detergente huele”.

Ismary, por su parte, oriunda de Lázaro Cárdenas pero residente en las inmediaciones de la Unidad Deportiva Venustiano Carranza, utiliza cubetas para captar el agua de la regadera, antes de que el calentador haga su trabajo y pueda su familia entrar a bañarse.

“Con esa agua lavo los desechos de mis perritos, o con esa trapeo”.

Marcelina, de 28 años de edad, vecina de la calle Bucareli, a unos minutos del Centro Histórico de Morelia, no sufriría tanto de la escasez del suministro, pero —según dijo— dura una hora bañándose, por lo que —aseguró— cierra la llave cuando se está enjuagando.

Gustavo, quien vive en la colona Felícitas Del Río, dijo que en su casa se lavan los trastes con una jícara y una cubeta, ya que no se pueden dar el lujo de dejar correr la llave, cuando hay días que la poca agua que llega no trae la presión suficiente para subir al tinaco.

“A veces hasta sacamos cubetas para agarrar el agua de la lluvia. Ahora no, porque ni una gota, pero cuando llueve”, añadió.

Por una situación similar en la colonia Jacarandas, José Luis, de 32 años, se tiene que levantar a las 6:00 de la mañana para poder llenar todas las cubetas que pueda, pues a partir de entonces y a lo largo de sólo tres horas les es distribuido el recurso.

“Como ocho cubetas tenemos, con eso tenemos que hacer todo durante el día: bañarnos, trapear, lavar los trastes y jalarle al baño. A veces no alcanza, y a veces tenemos que sacrificar unas por otras”, remató.

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