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La observación de un cometa en la Nueva España de 1652, investigación del IRyA

Observadores novohispanos calcularon correctamente que la velocidad aparente del cometa en el cielo era menor que la de la Luna.

Imagen de The Other Kev | Pixabay

Morelia, Mich.- Tres observadores novohispanos registraron la observación de un cometa en 1652. Dos de ellos, Juan Ruíz y Gabriel López de Bonilla, concluyeron incorrectamente que era sublunar, y el tercero, Fray Diego Rodríguez, que era superlunar. “Pero ninguno parece haber basado sus conclusiones en sus propias observaciones, sino en sus creencias escolásticas previas”, refiere un comunicado del Instituto de Radioastronomía y Astrofísica (IRyA) de la UNAM Campus Morelia.

“Dos de ellos incluso usaron el mismo argumento observacional para justificar conclusiones opuestas”, dice Rosa Amelia González-Lópezlira, del IRyA, autora de un estudio sobre estas observaciones astronómicas en la Nueva España, publicado recientemente en la revista Journal of Astronomical History and Heritage.

En este artículo, González-Lópezlira y sus colaboradores, Ernesto Priani Saisó de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, y Laurent Loinard, también del IRyA, “escudriñaron los registros de las observaciones astronómicas del cometa no periódico C/1652 Y1 hechas por los tres académicos del periodo colonial.”

Su objetivo era investigar una posible relación entre la calidad de las observaciones y las conclusiones de los novohispanos, es decir, si se dejaba traslucir un pensamiento astronómico moderno que llevara a basar las conclusiones en evidencias. Compararon además estos registros americanos con los realizados desde Europa por el astrónomo polaco Johannes Hevelius y otro observador cuya identidad se desconoce.

“Pudimos constatar que la calidad de los registros de los novohispanos efectivamente era muy dispar”, continúa González-Lópezlira. A pesar de que las observaciones sí eran presentadas por los académicos coloniales como evidencia de sus conclusiones, “lo más interesante es que en realidad su justificación se basa en los textos de Aristóteles”.

A partir de sus observaciones, tanto López de Bonilla como Rodríguez calcularon correctamente que la velocidad aparente del cometa en el cielo era menor que la de la Luna. Sin embargo, el primero concluyó que este hecho mostraba la naturaleza “terrestre” y sublunar del cometa, mientras que el segundo dedujo que debía ser superlunar y “cercano a la esfera celeste”.

Para argumentar estas conclusiones, ambos citaron textos distintos de Aristóteles. El filósofo griego pensaba que la física en el cielo y la Tierra eran diferentes, y escribió Sobre el Cielo para tratar de la primera y Meteorología para desarrollar la segunda. Así, Rodríguez citó Sobre el Cielo y López de Bonilla Meteorología, para justificar sus respectivas conclusiones.

Esto demuestra, según mencionan los autores en el artículo científico, que “las técnicas y resultados de las observaciones empíricas y los cálculos aún no eran, en la Nueva España, el factor decisivo para la adopción de una posición sobre la naturaleza de los cometas”, sino que ello seguía dependiendo principalmente de las creencias teóricas previas de cada observador.

Como “pilón”, en este estudio se concluye que, según las fechas de los registros novohispanos, Fray Diego Rodríguez puede haber sido la primera persona en observar y registrar este cometa, cuyo descubrimiento hasta ahora se atribuía al neerlandés Jan van Riebeeck. Esto muestra el valor de las aportaciones novohispanas a la astronomía.

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