No dejemos de ir a votar

Las elecciones presidenciales del 2024 se realizarán este 2 de junio.

Faltan tan solo dos días, para ir a votar. Para mediante nuestro voto expresar que país, que futuro queremos y que no queremos.

Estas elecciones son definitorias de nuestro destino.

Y nuestro destino, el de nuestros hijos, de los vecinos, el de todo México, debe ser emitido con responsabilidad, con discernimiento y firmeza.

No es cualquier cosa el elegir quien dirigirá el rumbo, se votarán también Gobernadores presidentes municipales, Senadores y Diputados.

Es muy importante estar informados sobre quiénes son los candidatos, sus propuestas, su proceder en puestos anteriores, su honorabilidad. Honestidad, su respeto a la palabra y a la opinión del otro.

Esto último es de suma importancia, ya que el país está sumamente dividido, confrontado y así, gane quien gane, será muy difícil el salir adelante.

Hay división incluso en las familias, en los amigos. Muchas veces ya se prefiere no decir en que se cree o piensa, ante el casi seguro enojo, y /o incomprensión del otro.

Abunda la descalificación, la falta de respeto, las miradas significativas, los silencios incomodos.  Cada quien, cada grupo, cada color se cree ser dueño de la   única verdad.

Olvidando que hay muchas verdades, muchas maneras de ver las cosas.

En una democracia se deben expresar todas las opiniones y maneras de pensar y ser respetadas, tomadas en cuenta las diversas opiniones.

Es absurdo el que nos confrontemos, el que nos dejemos de hablar con los amigos, con los vecinos, compañeros de trabajo, los hijos con los padres y viceversa.

De verdad es tan absurdo el que no veamos cómo son manipulables los pensamientos, y comportamientos.

Llegar al límite incluso de asesinar a alguien, por ser diferente, por no pensar igual, por luchar por lo que cree.

Eso no es ni civilidad ni democracia.

 Es fundamental no dejarnos llevar por la publicidad electoral que es sumamente contaminante para el planeta y la mente.

Publicidad y eslóganes, que nada dicen. Totalmente vacuos, pareciera concurso de quien tiene mejor y más grande sonrisa. No proyectos, no propuestas. No respeto al medio ambiente, ni a nuestros bolsillos, pues del erario sale todo es plástico que nada dice.

Es preocupante el que no sepamos cuales son las propuestas, cuál es su opinión, el que se haría en diversas circunstancias.

¡Hay tantas prioridades!, pero no dicen cómo las van a solucionar, qué van a hacer al respecto.

Tenemos que pensar muy bien nuestro voto. Recordemos es un derecho producto de luchas cruentas por ser escuchados, por tener decisión sobre el destino de todos.

Es importante recordar que el voto es libre y secreto.

Nuestro voto es valiosísimo, es nuestra voz, es  expresar que país queremos. Recordemos que nuestro voto, el de todos es decisivo.  

 Tengamos cuidado de no caer en el “al fin que ya ganó,” no se debe caer en la manipulación de las encuestas, ni de nada ni de nadie.

No hacerle el juego al corporativismo, a las amenazas, a las intimidaciones.

Votar no es un mero formalismo. Nuestro voto, el de todos, decidirá quién será quien deberá dirigir el timón del destino de la nación.

No es cualquier cosa. Es definir, decidir cómo queremos nuestro futuro a corto, mediano y largo plazo, el de nuestros hijos, padres, amigos, de nuestro planeta, de nuestra vida.

Así de importante es nuestro voto.  

No dejemos de ir a votar.