ECOS LATINOAMERICANOS: ¿Qué significaría el retorno de Trump a la Casa Blanca?

Donald Trump. | Fotografía: Archivo

En días pasados se han desatado acalorados cuestionamientos en el seno del partido Demócrata de los Estados Unidos, esto debido a mal desempeño en el debate presidencial que tuvo Joe Biden, actual presidente de dicho país y quien está buscando su reelección contra el también expresidente Donald Trump. Aproximadamente dos de cada tres televidentes consideraron que Trump ganó el debate, incluyendo varios simpatizantes del partido demócrata.

Las razones centrales de esta percepción estuvieron en las respuestas y actitudes que tuvo Biden durante este evento. A diferencia de Trump, quien mantuvo una actitud ofensiva y clara contra su contrincante, Biden balbuceó en múltiples ocasiones, además de que perdió también en varios momentos la idea central de lo que estaba indicando. Trump no desaprovechó la oportunidad y terminó haciendo ver a su rival como una persona senil y con poca noción sobre lo que hace y dice, justamente lo que todo el equipo de Biden quería evitar.

Así las cosas, los demócratas enfrentan la encrucijada sobre sí dejar que Biden concurra y esperar que mejore su desempeño en el resto del trecho electoral que le queda, lo cual no se ve muy probable, o reemplazarlo por alguien más que pudiera tener un mejor desempeño para frenar a Trump de llegar a la Casa Blanca.

Kamala Harris, Michelle Obama y hasta Robert F. Kennedy Jr., son algunos nombres que se han estado barajando para suplir a Biden. Sin embargo, el actual presidente ya señaló que es de su interés mantenerse en la carrera. Esto último solo agitó aun más el avispero, ya que por ejemplo muchos simpatizantes de los demócratas están amenazando con frenar las donaciones al partido si Biden no se retira, tal como hizo Abigail Disney, actual heredera de dicha compañía de entretenimiento.

Pero, independientemente de cualquiera de las dos opciones, las cosas no pintan muy bien. El debate ocurrido el 27 de junio empoderó aun más a Trump, y el tiempo está corriendo en contra de los demócratas a causa de la polémica que ellos mismos desataron. Si por ejemplo consensan mantener a Biden en la carrera, Trump podría usar la decisión para señalar que el propio partido del actual presidente lo estaba descartando por el mal trabajo de campaña que estaba haciendo, si por el contrario Biden se retira Trump usará esa misma circunstancia para indicar que su mera presencia en apenas el primer debate fue suficiente para asustar a los demócratas y hacer que el actual presidente declinara de buscar la reelección.

Cualquier opción ya de antemano será una victoria publicitaria para el actual candidato republicano. Si bien aun faltan varios meses para las elecciones estadounidenses, no se vislumbra actualmente un buen escenario para el partido Demócrata. Todo parece apuntar hasta este momento que Trump tiene ya un pie en la casa blanca, y esta probabilidad, que por lo pronto parece ser la más realista, debe ser considerada seriamente por todo el mundo especialmente por México y el resto de Latinoamérica.

¿Cuáles serían las implicaciones de tener a Trump de vuelta en la presidencia para comienzos de 2025? Para empezar, no debe haber ilusiones sobre esperar un Donald Trump moderado o con posturas menos radicales que las de su primer mandato. Al contrario, precisamente el magnate ha señalado la necesidad de recrudecer el tipo de política que él estuvo aplicando entre 2017 y 2021, es decir, es probable que haya incluso una mayor radicalización de sus propuestas del primer gobierno.

La migración sigue siendo un tema central en la política estadounidense. Biden trató discretamente de frenar la llegada de migrantes, especialmente indocumentados, presionando tanto a Centroamérica como México para ello. Aunque ha habido una reducción considerable, al parecer al publico estadounidense le trae mucha más confianza la política agresiva antinmigrante de Trump que lo que hoy en día está haciendo la actual administración demócrata.

Incluso Trump llegó a decir que en su segunda presidencia estaría dispuesto a realizar redadas en distritos o zonas aparentemente frecuentadas o habituadas por migrantes que posiblemente estén con un estado migratorio irregular. Mantiene también la propuesta de reducir el tiempo para un procedimiento de deportación. Básicamente sería reforzar la lucha contra la migración indocumentada, proveniente especialmente de países latinoamericanos. Por lo anterior es probable que también continue con su política de hacer un muro fronterizo con México e incluso militarizar la frontera sur.

En relación con la economía,Trump defiende el nacionalismo económico. A diferencia de los republicanos más clásicos o moderados, quienes son partidarios del libre comercio, el magnate promueve la idea de una economía estadounidense que defienda plenamente la industria nacional frente a productos manufacturados del extranjero, en especial si son empresas de origen estadounidense que optaron por mudarse a otros países para reducir costos laborales.

Por lo anterior Trump no ha vacilado en señalar que impondrá aranceles a productos que provengan de naciones que él considera como amenazas a la industria estadounidense como lo son China e incluso México. No hay tampoco que descartar que países latinoamericanos relativamente industrializados estén fuera del radar de aranceles de Trump, tal como lo podrían ser Chile, Argentina, Brasil y hasta Colombia.

Al mismo tiempo Trump es también un aislacionista en materia de relaciones exteriores, donde ha señalado que el dinero estadounidense está mal invertido brindándole programas de seguridad y defensa a países que no son EUA. Por ejemplo, ha señalado que Estados Unidos debería cobrar mucho más dinero a sus aliados de la OTAN e incluso si es necesario disolver dicha organización que acorde al pensamiento de Trump es más una carga que una ayuda para el pueblo estadounidense.

Siguiendo esta misma línea ideológica, Trump ha indicado reiteradamente que sería mucho mejor cerrar las bases estadounidenses en el extranjero y cortar el apoyo en programas de seguridad en países que según él, no son aliados reales de Estados Unidos, por lo que el dinero para programas de seguridad internacional, especialmente para países como México y Colombia, así como la región centroamericana y el propio medio oriente, sería reducido considerablemente.

En resumidas cuentas, el regreso de Trump a la Casa Blanca podría ser el retorno precisamente al mismo tipo de políticas que ya tuvo este polémico expresidente, solo con que con mucho más radicalismo y profundidad. Por lo tanto, los gobiernos de todo el mundo, especialmente en México y Latinoamérica deben esperar cambios muy profundos en sus actuales vínculos con Estados Unidos.

Y aunque esto último suene como algo muy complejo y hasta problemático, también puede sacársele partido. Es verdad que Estados Unidos es quizá el principal inversionista en la región latinoamericana, pero en el caso de un repliegue político-económico parcial de la región, que es lo que probablemente ocurriría con Trump en la presidencia, podría también ser una buena oportunidad para enfocar la producción industrial latinoamericana hacia otros mercados incluyendo el mercado nacional propio, así como también crear políticas de seguridad que ya no tengan a Estados Unidos como principal beneficiario sino centrarse en la seguridad nacional propia rompiendo, aunque sea parcialmente, la dependencia que hay con EUA.