El presidente ya ha logrado, con la complicidad de las cámaras, donde su partido y aliados tienen mayoría, tomar el control de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (incluso con una presidenta que está constitucionalmente inhabilitada para serlo) y parcialmente el Banco de México, donde también pudo poner a la actual presidenta, de la Comisión Reguladora de Energía. También el presidente de la Comisión Nacional de Hidrocarburos, el tabasqueño Agustín Díaz Lastra, parece ser una carta del Palacio Nacional.