Derrumbe económico y la política económica

Después de darse a conocer la estimación oportuna del Producto Interno Bruto, se  confirmaron las proyecciones del derrumbe de la economía mexicana, que tiene dos explicaciones por una parte la recesión que se venía registrando desde el año 2019 y la otra el cierre de actividades económicas no esenciales como una medida para detener la propagación del coronavirus mediante la disminución de la movilidad social.

Los resultados son los siguientes: el Inegi presenta los resultados de la Estimación Oportuna del Producto Interno Bruto (PIB) Trimestral, los cuales señalan que éste disminuyó  menos 17.3 por ciento en términos reales en el trimestre abril-junio de 2020 frente al trimestre previo, con cifras ajustadas por estacionalidad.

En su comparación anual, la Estimación Oportuna del Producto Interno Bruto con series desestacionalizadas mostró un retroceso real de menos  18.9 por ciento  en el trimestre en cuestión. Por actividades económicas, el PIB de las Actividades Secundarias cayó menos 26 por ciento, el de las Terciarias menos 15.6 por ciento  y el de las Actividades Primarias menos 0.3 por ciento.

Por componentes, el PIB de las Actividades Secundarias descendió  menos 23.6 por ciento, el de las Terciarias menos 14.5 por ciento y el de las Actividades Primarias menos 2.5por ciento  en el segundo trimestre de este año con relación al trimestre que le precede.

Durante el primer semestre de 2020, el PIB oportuno se redujo menos 10.5 por ciento  respecto a igual lapso de 2019, con series desestacionalizadas.

Cabe señalar que las estimaciones oportunas proporcionadas podrían cambiar respecto a las cifras generadas para el PIB trimestral tradicional, las cuales se publicarán el próximo 26 de agosto de 2020.

Como se puede apreciar los sectores más golpeados son los referentes a las actividades secundarias: manufacturas, electricidad y construcción; terciaras: comercios y servicios; así también destaca la caída vertical del PIB en menos 18.9 por ciento en el segundo trimestre del año.

Estos resultados son inéditos desde que en los años cuarenta del siglo pasado, cuando se empezó a medir el Producto Interno Bruto, algo que no tiene referencia en la historia económica del país; según los economistas de todas las tendencias; la economía mexicana esta derrumbada y lo peor de todo es que no se sabe cuando tocará fondo y empezará su recuperación.

Pero para el gobierno de López Obrador la recuperación económica es algo natural y espontaneo que no requiere de  la intervención directa del estado ni mucho menos del gobierno, hasta  se afirma que la misma será en forma de “palomita”; pero los analistas estiman que la recuperación será de largo plazo.

Para otros, el sexenio de la 4T está perdido bajo el supuesto de que a partir del año 2021 la economía mexica tenga un crecimiento promedio anual del 2 por ciento lo que significaría que los próximos  cuatro años tenga un acumulado del 8 por ciento que menos el 10 por ciento para el año 2020 da como resultado un crecimiento Nulo lo que significa en términos económicos el fracaso absoluto de la no política económica de López Obrador.

Existe un acuerdo entre los economistas que la recuperación económica no se alcanzará por sí misma, sino por una política económica activa donde todos los instrumentos que la componen como son la política fiscal, monetaria, comercial y cambiaria, así como el endeudamiento público para inyectarle liquidez al mercado, lo que López Obrador se niega a hacer.

De acuerdo a las teorías económicas, la política económica tiene el objetivo en tiempos en que la economía se encuentra en depresión el propósito de fomentar la inversión productiva mediante el aumento del gasto público en inversión que se concretan en proyectos de infraestructura de corto plazo, además de ello, la política monetaria tiene que ser expansiva, lo que significa aumentar la oferta monetaria para disminuir la tasa de interés y con ello reducir el costo del crédito a la inversión productiva.

Muy contrariamente a la propuesta de López Obrador –que ignora o menos precia la política económica– se necesita un plan emergente de recuperación económica entre todos los actores económicos del país.

También se tiene que poner énfasis en los procesos productivos los que tienen que ser reconvertidos con la aplicación de la innovación tecnológica y la reorganización del trabajo donde el Estado tiene que desarrollar una fuerte política de desarrollo tecnológico aplicable a los mismos.

Por otra parte, hay que tener presente, que una gran parte del aparato productivo quedará destruido y por lo tanto lo que quede tiene que volverse a reconfigurar para alcanzar sus máximos niveles de eficiencia, eficacia y competitividad, donde la productividad del trabajo es fundamental, para alcanzar esto se necesita una política sectorial –en la industria, comercio y servicios- activa.

Es falso de que la economía encontrará su recuperación por sí misma, sin política económica activa; esto va contra la ciencia económica y la propia política económica que tiene el propósito de intervenir activamente en los tiempos de depresión económica.

Es por ello, que también es una falsedad por parte de López Obrador de que no se necesita la política económica activa. Pero lo más importante no es tan solo recuperar la economía y el crecimiento sino también urge una política social orientada a redistribuir el ingreso es decir la repartición de la riqueza para tener una distribución más equitativa del ingreso nacional, pero esto será objeto de otra entrega; por lo pronto ante el derrumbe de la economía mexicana es urgente una política económica activa o un programa de recuperación económica de corto plazo, sino los costos sociales y políticos serán mayores.