Esposas y cómplices

Hace algún tiempo escribí un artículo sobre la sonrisa del ex gobernador Javier Duarte durante su aprehensión, y retomaba la historia de su esposa Karime Macías a quien se le confiscaron unos cuadernos en los que escribió planas y planas de un mantra “Merezco la Abundancia”.

Para el caso de Karime, aún y cuando las autoridades mexicanas le negaron recientemente el recurso de amparo que interpuso dada la acusación que pesa sobre ella por la aparente malversación de 112 millones de pesos del Gobierno de Veracruz durante su paso al frente del DIF del 2010 al 2016, su situación sigue en el limbo y aún no ha sido extraditada del Reino Unido donde vive desde el 2018. Sin embargo, lo lamentable es que la ex primera dama veracruzana a pesar del escándalo, no guardó un bajo perfil sino que al contrario, estableció su residencia en un barrio exclusivo de Londres, y vive como una miembro del jetset londinense lo que ha avivado aún más el escándalo en México.

Otra mujer esposa de un alto funcionario involucrado en escándalos de corrupción y que también ha estado en el ojo del huracán mediático es Marielle Helene Eckes, pareja de Emilio Lozoya ex Director de Pemex, la cabeza del iceberg que se deshace para develar a profundidad el caso de Odebrecht en México. Marielle es una internacionalista adinerada de origen alemán que estudió en los mejores colegios, y su familia es dueña de la empresa Grupo Eckes-Granini Deutschland, con más de mil 700 empleados, que generó ventas por 921 millones de euros en 2019 y cuyas bebidas y jugos son exportados a más de 80 países. Ella está prófuga ahora y también le ha sido negado el recurso de amparo.

Recordemos también a la actriz Angélica Rivera ahora ex esposa del también ex Presidente Enrique Peña Nieto, a quien en medio de la vida de lujos y sofisticación que se dio junto al primer mandatario, cuando estalló la bomba de la llamada “Casa Blanca” (una propiedad millonaria de la que se presumía había sido obsequiada a cambio de jugosos contratos de infraestructura), ella tuvo que dar la cara frente a los medios de comunicación y asegurar que el origen del inmueble aquel era producto de años de trabajo y esfuerzo. Cierto o no, la cuestión es que hoy su ex marido ha sido alcanzado por el escándalo Lozoya-Odebrecht, y aunque ella seguramente salga bien librada y tenga su regreso triunfal a las telenovelas como lo anunció recientemente, sería muy ingenuo pensar que no estaba del todo consciente de los manejos que ocurrían a su alrededor especialmente en lo que refiere a la famosa mansión.

En estos días a quien también las autoridades federales tienen en la mira es a la esposa del ex gobernador de Chihuahua César Duarte Jáquez, Bertha Olga Gómez Fong para quien un juez federal liberó ya una orden de aprehensión, y que gracias a un amparo se le otorgó una suspensión provisional la cual será revisada en la audiencia constitucional, programada para el 22 de septiembre próximo. A ella se le acusa de probable responsabilidad en los delitos cometidos por su cónyuge durante su ejercicio en el poder.

Traigo a colación todos estos ejemplos de mujeres que ha sido esposas de hombres encumbrados, y a quienes seguramente de muchas maneras ayudaron a llegar al poder, como parejas, consejeras, madres de sus hijos, “coaches” y más. Por ello me pregunto en qué momento asumieron la decisión de acompañarlos en el camino sin retorno, dado que seguramente debieron estar conscientes de las consecuencias de lo que ello les atraería, y que existía la posibilidad de que la historia no acabara bien. ¿Cuáles fueron sus motivaciones personales como para pasar de ser la esposa a ser la socia en los negocios y estampar su firma en ello? ¿Fama, poder, dinero, estatus, una vida acomodada para ellas y para sus hijos? ¿Fue por amor? ¿O fueron presionadas o amenazadas? No lo sabemos. El hecho es que una vez que decidieron traspasar la delgada línea que divide lo legal de lo ilegal, asumieron el mismo destino que tendrían sus compañeros de vida. Por ello, ¿hasta qué punto como mujer te olvidas de ti misma, de tu integridad, de tu seguridad, y lo dejas todo de lado en pos de lo que resulta más conveniente para un marido? ¿Son víctimas o actuaron con toda alevosía? ¿O por el hecho de ser mujeres nos cuesta más trabajo pensar de que podrían tener un lado obscuro? Sin duda se trata de todo un cuadro psicológico por analizar, y que sería interesante que alguien lo hiciera.

La realidad es que son otros tiempos; que quizás tanto ellas como sus esposos realmente llegaron a creer que la justicia no los alcanzaría, y que vivirían por siempre en su edén personal gastando sus millones mal habidos. Lo cierto es que hoy las leyes los alcanzaron y tanto ellas como ellos tendrán que dar cuenta de sus actos.

Hay matrimonios que se fundan en el amor, y hay otros que se mantienen juntos por intereses comunes como una suerte de sociedad pase lo que pase quizás como ocurrió en estos casos, parafraseando incluso el dicho de “hasta que la muerte, o la cárcel nos separe”…