DEBATAMOS MICHOACÁN: Virtudes

Me duele lo que veo, lo que vivo, lo que huele a podrido, lo que nos deja este sistema económico en una sociedad de consumo que nos mantiene en una permanente crisis de diferentes tipos, medioambiental, social, subjetiva y también financiera, con valores líquidos, hedonismo, narcisismo en la búsqueda del placer, el lujo y el éxito.

Siempre pienso que debemos de escribir lo que no está escrito, inventar lo que aún no se inventa, como dice Ernest Bloch, y seguir la utopía de nuestra vida, pero al parecer el gen del egoísmo no nos permite hacerlo, es necesario desprendernos y actuar con solidaridad, cooperación, colaboración, compromiso, reciprocidad, y aunque alguien no pueda actuar en reciprocidad no excluirlo, eso significa ya de entrada en no violentarlo en su dignidad, ni discriminarlo. 

Regularmente hablo en mis intervenciones de las virtudes sociales, entre ellas de la templanza, la prudencia, la fe y la esperanza, la humildad y la caridad, y en la reflexión de la columna de Debatamos Michoacán, diserto sobre otras virtudes sociales, entre las que destacamos las siguientes:

La virtud del cuidado esencial, es decir, el cuidado del ser humano; sin un cuidado apropiado difícilmente se podría permanecer en una buena calidad de vida. Los humanos necesitamos del cuidado de nuestra familia para permanecer, sin ese cuidado difícilmente existiríamos, pero también cuidamos lo que amamos, y como dice Leonardo Boff, con  respecto a la naturaleza significa una relación de cuidado amistoso, no agresivo y respetuoso de sus límites para lograr la sostenibilidad.

Sentimiento de pertenencia, la importancia de reconocernos como seres tridimensionales, como seres planetarios y asumir la responsabilidad de aceptar que somos Naturaleza, Tierra y Universo; y no al contrario pensar que nos pertenece la Naturaleza y la Tierra, Pachamam y Gaia. Sentir la pertenencia, nos hace espirituales, nos hace respetar a ese maravilloso espacio que es la Tierra y la Naturaleza.

Impulsemos la solidaridad y la cooperación. Recordemos que tenemos gen egoísta, y nos comportamos a favor de nosotros y nuestros seres cercanos, pero no lo hacemos con los alejados, por ello, la importancia de ser solidarios y actuar en cooperación de aquellos que están lejanos para no excluirlos y violentar su dignidad humana.  La pandemia del Covid-19 Hoy, en el caso del coronavirus, lo que nos está salvando es la solidaridad y la cooperación de todos con todos. Esta solidaridad debe comenzar por los últimos e invisibles, sin los cuales deja de ser inclusiva de todos.

Avancemos en la Responsabilidad Colectiva, es decir, si bien todos participamos de manera política, civil y social, la responsabilidad, personal o colectiva, es fundamental para atender las necesidades sociales, desde el contexto del manejo de los desechos sólidos, la responsabilidad del consumo, hasta la necesidad del cuidado del medio ambiente y la biodiversidad que nos permita la sostenibilidad para esta generación y las próximas generaciones, entendido la sostenibilidad no solo para los seres humanos, sino para los seres vivos en general y en el cuidado del agua, la tierra, el aire y la luz.  

Hospitalidad, es otra virtud que debemos de comprometernos a  promover en nuestras personas, y es que la hospitalidad debe percibirse como un deber y como un derecho, el deber de recibir, y el derecho de ser atendido, de ser asilado. Hoy la hospitalidad es un elemento vigente, y lo digo porque debemos de compartir con los migrantes, con los desplazados, con los refugiados, pero también con aquellos que en su tránsito por llegar a los Estados Unidos transitan sobre nuestro territorio y los vemos en los cruceros de muchas ciudades pidiendo caridad, pidiendo la ayuda. Pienso y te comparto que si puedes ayudarlos lo hagas, en la hospitalidad no consideres el género, la clase, la raza, el sexo, el dogma, la edad, la discapacidad.

La otra gran virtud es la convivencia de todos con todos; un ejercicio no solo deseable sino necesario, una convivencia en cohesión social, pero también con una visión que pueda transitar a la fraternidad, es decir, a vernos no solo como personas, sino como hermanos, finalmente al ser género humano, logramos comprender que todos somos hermanos, porque somos planetarios.

La convivencia implica hacer intersubjetividad con  la naturaleza, convivir con los paisajes, con los bosques, con los pájaros y los animales, tocar el agua que corre de un riachuelo, abrazar a un gran árbol, cuidar de una semilla que emerge. No pensemos solo en alcanzar las nubes y ver sus diseños, no miremos a un cielo azul lleno de estrellas, más bien hablemos con las estrellas, porque recordemos que somos polvo de estrellas, y formamos un gran Todo. En definitiva, formamos una comunidad de destino común con toda la creación, como expresa  Leonardo Boff.

El  respeto incondicional, como expresión de compromiso. El respeto es sustento de la ética, porque requiere de recibir con bondad, brindar la solidaridad y proporcionar el amor. No obstante debemos de iniciar con el  respeto a nosotros mismos, manteniendo actitudes congruentes, que sean dignas para  que despierten el respeto de los demás. Pero el respeto es sobre la base horizontal de atender el principio de la vida, y de los seres vivos, ellos, plantas, animales y personas, existen viven y merecen seguir existiendo y viviendo.

La virtud de la justicia social y la igualdad fundamental de todos. Justicia es más que dar a cada uno lo que es suyo: entre los humanos, es darnos amor y el mínimo respeto para el otro, para la otredad.

La justicia social deberá garantizar lo mínimo a todas las personas, y asegurara no crear privilegios, para brindar un trato humano. En México existen millones de personas en condiciones de pobreza y pobreza extrema, así como en precariedad, personas que viven en miseria; hay que revertir esa situación. Pensemos como el discurso público en tiempos de Covid-19 invisibiliza a la pobreza, lo digo porque no todos tenemos oportunidad de contar con agua en casa, dinero para comprar gel antibacterial y cubrebocas, la sana distancia, entre otros, porque hay una inmensa mayoría que vive en espacios reducidos.  

La búsqueda por la Paz también es virtud social; para que exista la Paz se requiere de vivir en valores y en principios que den origen a la Paz. Es decir, saber resolver los conflictos en condiciones de equidad, dando a cada quien lo que le corresponde, en este sentido la Carta de la Tierra nos dice que: «La paz es la plenitud que resulta de las relaciones correctas con uno mismo, con otras personas, con otras culturas, con otras vidas, con la Tierra y con el Gran Todo del cual somos parte» (nº 16f). El equilibrio, la colaboración, la cooperación, la solidaridad, el compromiso con el otro, ser reciproco, en el momento o en otros momentos.

La espiritualidad, otra de las virtudes sociales; los humanos tenemos un cuerpo que se relaciona con el exterior, pero tenemos un yo interno, en donde se depositan nuestras emociones, esperanzas, deseos, y otros elementos que dan sentido a la vida, como expresa Daniel Goleman, debemos tener inteligencia emocional, debemos de dominar nuestros demonios, y hacer posibles la existencia de nuestros pensamientos positivos, disfrutemos de la vida conociendo y manejando nuestras emociones, hagamos equilibrio.

Sigo insistiendo en que necesitamos también la fe, la esperanza, la humildad, caridad, la templanza y la prudencia para poder seguir pensando en la posibilidad de un mundo mejor, de un mundo en Paz, de un Planeta que nos abraza desde su naturaleza y desde nuestra inteligencia y racionalidad nos da la posibilidad de hacer alteridad con el otro ya sea humano, o no lo sea, plantas o animales, requiere de que se respete.