¿Por qué…?

El martes pasado, prácticamente en todos los principales diarios del mundo, se daba a conocer que México es el país donde se han asesinado a más periodistas.

¿Por qué los matan?, ¿por qué quieren silenciarlos, que saben?, ¿qué esconden los que los asesinan?, ¿qué intereses afectan, qué los mata?

Una investigación de El País y más de 20 medios con Forbidden Stories revela errores en las pesquisas del asesinato de la periodista Regina Martínez en 2012. La versión oficial y la sentencia sobre el crimen fue difundida utilizando cuentas falsas de Twitter.

Su asesinato marcó el camino para silenciar a la prensa en México.

El pasado día 6, el diario El País público: “Pocos días después del asesinato de Regina Martínez, no dejaba lugar a la duda. Al otro lado de la línea, Gina Domínguez, secretaria personal del gobernador de Veracruz, Javier Duarte, fue contundente sobre el asesinato de la conocida periodista. No habría entrevista con el gobernador, pero sí contexto para conocer los motivos de su muerte. ¿Ya sabe que Regina era lesbiana?, ¿no?”.

 Transcribo lo publicado por el prestigiado diario español: “-No, no lo sabía. Pero tampoco es ese el motivo de mi investigación. -Sí, tenía una vida algo disipada. Medio revuelta. -Disculpe, en realidad solo quería entrevistar al señor Duarte, pero ¿puedo citar en el reportaje esta llamada? -Nooo, esa información es solo para que la tenga en cuenta. Es importante que lo sepa.   -Muchas gracias.”.

El asesinato de Regina Martínez marcó un antes y después en el país más homicida del mundo para la prensa. Respetada, leída, querida y vinculada al histórico Proceso, un semanario de prestigio, su muerte significó traspasar una línea de alcance nacional que no se había cruzado hasta entonces.

Si observan, a través de la respuesta de la secretaria del gobernador, se intenta hacer creer que la asesinaron por su vida loca, ¡además era lesbiana! ( que más razón para matar a  una mujer). Intentan vincular su muerte a cualquier cosa menos su labor informativa.

Considero muy claro y contundente lo publicado por El País: “Ocho años después del homicidio de Regina Martínez, registrado el 28 de abril de 2012, un equipo de 60 periodistas de 25 medios de México, Estados Unidos y Europa, entre los que se encuentra EL PAÍS, coordinados por Forbidden Stories, retoma las investigaciones sobre los dos gobernadores estatales a los que puntualmente denunció Regina en sus artículos: Fidel Herrera (2004-2010) y Javier Duarte (2010-2016). El equipo revisó el expediente judicial y entrevistó a decenas de personas de su entorno, entre ellas amigos, fiscales y un exagente de la DEA. Forbidden Stories, con sede en París, es una organización sin fines de lucro dedicada a continuar el trabajo de los periodistas silenciados. Poner la mirada en Veracruz no es casual: 26 periodistas del Estado de Veracruz han sido asesinados desde 2005 y otros ocho están desaparecidos. Colectivos internacionales de prensa libre consideran al Estado como el lugar más peligroso del mundo para informar. La historia de Martínez es la primera de la serie de reportajes Proyecto Cartel, que se publican a partir de este domingo”.

En 2017, según los datos de Reporteros Sin Fronteras (RSF), México y Siria fueron los países con mayor número de periodistas asesinados en todo el mundo, con 12 (el informe cuenta 11 en México porque fue presentado el 19 de diciembre y el número 12, Gumaro Pérez, fue asesinado horas después). En ese momento, en Siria los tanques de combate disparaban en las calles, los aviones arrojaban bombas y el gobierno abiertamente condenaba, encarcelaba y torturaba a los periodistas. Todavía lo hace.

En este 2020 nuestro país superó a todos los demás países, con siete periodistas asesinados hasta el momento (y uno más, el de Jesús Alfonso Piñuelas, en proceso de evaluación por parte de RSF), tiene casi el doble que Irak, con cuatro. Siria, Pakistán y Honduras cuentan tres cada uno.

Hemos escrito en ocasiones anteriores sobre asesinatos y desapariciones en el ámbito periodístico en nuestro país. Es muy lamentable que, en un país como México, con instituciones sólidas y libertad de expresión, ocurran estos delitos, que la más de las veces quedan en la impunidad.

Nunca aclaran las “investigaciones”, el verdadero móvil del crimen, Casi siempre lo califican como “fue pasional”, ellas “se lo buscaron”, eran unas “locas”.

¿Pero, cuál es la verdad?

El 30 de octubre de este año fue asesinado a balazos el periodista Arturo Alba Medina, conductor del informativo “Multimedios televisión.” Se notificó del hallazgo de un cuerpo con heridas de bala en el interior de un coche. El reportero tenía 49 años y dos hijos, uno de ellos menor de edad.  Diversos medios aseveran que el trabajo de los informadores es de riesgo en México.

Alba Medina es el sexto periodista que matan en Ciudad Juárez desde el 2000,  a los que hay que sumar otros 17 en el resto de ese Estado norteño en ese mismo periodo. En lo que va de sexenio, la organización Artículo 19 ha contabilizado 15 muertos.

 En un artículo del 30 de octubre de este año, Carmen Moran Breña del diario El País señala: “Muchos periodistas están amenazados en México. Algunos de ellos tenían protección financiada por los fideicomisos que acaban de ser eliminados para atender a la austeridad decretada por el Gobierno y colocar los fondos en otras partidas, por ejemplo, las sanitarias. En su página web, la organización internacional Reporteros sin Fronteras, señala que la colusión de las autoridades y los políticos con el crimen organizado amenaza gravemente la seguridad de los actores de la información y obstaculiza el funcionamiento de la justicia del país a todos los niveles. Así, México continúa hundiéndose en una espiral de impunidad y violencia, lo que hace que siga siendo el país más mortífero de América Latina para los medios de comunicación”.

México es uno de los países más peligrosos de América Latina para los reporteros, con 15 muertos en lo que va de sexenio.

En Juárez, no solo asesinan periodistas, sino han desaparecido y asesinado a miles de mujeres. La cercanía a la frontera propicia el trasiego de droga, el tráfico de drogas y la trata de blancas.

Regina Martínez era una periodista incómoda. Era de las que iba a la escena del crimen y de las que documentaba en su libreta las masacres. No se escondía. Asistía a las ruedas de prensa y firmaba con su nombre sus artículos, algo cada vez menos habitual en las zonas rojas para la prensa. Señalaba en sus artículos a un gobierno regional, el del PRI, que llevaba en el poder casi un siglo. Durante su etapa cubrió intensamente las actividades de Fidel Herrera entre 2004 y 2010 y dejó muchos textos recordando cómo el cartel de los Zetas había entrado en Veracruz y con ellos las masacres, las desapariciones y los secuestros.

 Publicó artículos “incomodos” donde se develaba la verdad de lo que estaba sucediendo; “Veracruz, un sangriento Estado feliz” (Proceso 3/12/2006), donde denunciaba el disparatado aumento de los homicidios o “alcaldes bajo la extorsión de los Zetas” (Proceso 21/9/2008), donde acusaba a Herrera de abrir la puerta de Veracruz al sanguinario cartel. Mientras esto sucedía, la riqueza de Herrera y su sucesor Javier Duarte crecía, aunque la deuda pública del Estado se elevó un 67.000%, denunció también Regina en sus reportajes.

¿Por qué tanta impunidad?