El conocimiento es la base…

El año nuevo chino, también conocido como la Fiesta de la Primavera o Año Nuevo Lunar, iniciando el 12 de febrero de 2021 y finalizando el 31 de enero de 2022. (Foto: especial)

Estamos prácticamente a inicios del 2021, la semana pasada se celebró el año nuevo Purhépecha, se bendijeron las semillas en espera de abundantes cosechas, no solo en lo alimentario, sino sobre todo salud, alegrías, logros, vida.

La humanidad, desde sus inicios buscó respuestas a sus dudas, observó día a día lo que pasaba en el cielo, y sobre todo lo que pasaba en la naturaleza, y así llego a la conclusión de la existencia de inicios y termino de ciclos.

Así fue como cada cultura estableció sus calendarios, sus ciclos y creencias en torno a ellos. Siempre con la esperanza de algo mejor, al iniciar un nuevo ciclo, una nueva vuelta al sol.

Mañana se celebra el año nuevo chino, también conocido como la Fiesta de la Primavera o Año Nuevo Lunar, iniciando el 12 de febrero de 2021 y finalizando el 31 de enero de 2022. Según el horóscopo chino, este 2021 será el año del Buey de Metal, iniciando una nueva etapa y dejando atrás a la Rata de Metal marcada por la pandemia del coronavirus.

 El coronavirus nos ha cambiado la vida, ha cambiado el mundo y nuestra manera de ver las cosas. Todos deseamos un mejor año, todos tenemos esperanza de que pronto termine la pandemia. Así ha sucedido a lo largo de la historia de la humanidad que vez que se llega a inicios de un nuevo ciclo.

Poco sabemos de la cultura China, sin embargo, por todos lados vemos nuevos símbolos, cada año.  Es por esto que me pareció interesante el conocer un poco sobre el tema.  

El Horóscopo Chino consta de 12 signos, representados por animales y alineados en el siguiente orden en un ciclo de 12 años: Rata, Buey, Tigre, Conejo, Dragón, Serpiente, Caballo, Cabra, Mono, Gallo, Perro y Cerdo. Se dice que la personalidad está asignada por el animal que ese año rige el calendario lunar, éste actúa en la conducta y personalidad de cada signo. Basándose en la rotación de la luna, cada año está representado por un animal, sumando un total de 12.

Existe una leyenda que explica cómo fueron elegidos los doce animales del Horóscopo Chino. Se trata del Emperador de Jade, gobernante del cielo según la mitología china. Se dice que él quería seleccionar a 12 animales para que fueran sus guardias, entonces envió a un ser inmortal al mundo de los hombres para que difundiera el mensaje que consistía en que los animales debían cruzar un río para llegar a la Puerta Celestial y según el orden de llegada se les otorgaría un año.

Al día siguiente, los animales salieron con rumbo al Emperador de Jade. En aquellos tiempos, la rata y el gato eran muy buenos amigos. Ambos eran muy inteligentes, pero eran los peores nadadores y decidieron que la forma más rápida de cruzar el río sería hacerlo sobre el lomo de un búfalo, que al ser noble y bondadoso estuvo de acuerdo en cargarlos. Sin embargo, durante el viaje, la rata decidió lanzar al gato al río porque quería ser el primero en llegar ya que había un premio. Desde entonces ambas especies son enemigas.

La rata logró llegar a la orilla y reclamó el primer lugar en la carrera. Luego, apareció el fuerte búfalo, quien sería nombrado el segundo. Detrás ingresó el tigre, quien tuvo que luchar contra la corriente, pero debido a su gran fuerza consiguió la tercera ubicación.

Así fueron llegando el resto de los animales en el siguiente orden: Conejo, Dragón, Serpiente, Caballo, Cabra, Mono, Gallo, Perro y Cerdo. A cada uno se le dio un año, que equivalen en conjunto a 12 años, a diferencia del zodiaco occidental que es de doce meses.

 Este año es el de  El Buey de Metal, el cual es es sinónimo de trabajo duro, disciplina, lealtad y una apreciación justa de la realidad tangible. Es un año para arar y sembrar. Para tener resistencia y tolerancia a la frustración. No para cosechar.

La estrella 7, que tenía la rata el año pasado, se llama Destructor de Ejércitos, y ataca el metal, que en medicina china corresponde a los pulmones, por eso a esta se le atribuye la circunstancia mundial de la pandemia del Covid-19. El buey viene este año acompañado por la estrella 6 o Ángel de la Galantería, un ángel inmortal, longevo, de carácter militar, pero digno, poderoso, solemne, con mucha autoridad y viene a poner orden.

Sin embargo, los desastres anteriores no se arreglarán de la noche a la mañana. Se espera que el buey imponga el orden, que las vacunas lleguen a solucionar el problema pulmonar, porque la estrella 6 también es de metal y tiene autoridad sobre el mismo eje de patología. Se espera que además ponga en orden a la población, porque la estrella El Destructor de Ejércitos se manifestó en la indisciplina social. Como dice la sabiduría china, “lo que la rata inicia, el buey lo termina”.

Interesante y esperanzador ¿verdad?

El mundo es pequeño, no obstante, la diferencia de idiomas y culturas, la humanidad es una. De ahí la importancia de entender y conocer al otro, a los otros.

Cada año chino tiene su imagen y la del año pasado era la de una muralla constituida por muchos ladrillos, que generaba un lado exterior y un interior. Dicha imagen se tradujo de manera literal: los países cerraron sus fronteras y las personas se encerraron.

Seguiremos aislados, pero esto no tiene que verse como algo negativo, tiene su lado favorable y es la posibilidad de encontrarse con uno mismo: algunos lo lograrán, otros tal vez no. Este aislamiento prolongado también puede potenciar el ser más egoísta. El consejo es preocuparse más por brillar interiormente, para salir airoso y renovado.

Es impresionante como la humanidad ha logrado mediante la observación del cosmos y la naturaleza estos conocimientos y muchos más, de mayor importancia para el desarrollo de la humanidad.

El conocimiento es la base para el desarrollo de los individuos y naciones.

 Hace unos días leí una terrible noticia, en el transcurso de la pandemia de Covid en nuestro país, desertaron más de 23 mil alumnos del Instituto Politécnico Nacional, dejaron de manera definitiva sus estudios en los niveles superiores y medio superiores.

De esas más de 23 mil deserciones en la institución, 13 mil 399 alumnos estaban matriculados en alguna de las escuelas superiores, 6 mil 36 pertenecían a los Centros de Estudios Científicos y Tecnológicos (Cecyt), 2 mil 512 a las Unidades Profesionales Interdisciplinarias, mil 213 a las escuelas nacionales y 633 a Unidades del Centro Interdisciplinario de Ciencias de la salud.

En las aulas se adquieren conocimientos académicos, pero también se da la integración a la sociedad, se conoce gente, se conocen diversas maneras de pensar y sentir. El conocimiento abre puertas y ventanas a otros mundos. El conocimiento es base fundamental de la existencia humana.