Los valores no se pierden

En el caso de la familia, anualmente se registran miles de disoluciones matrimoniales, tanto por la vía legal como por la convencional. (Foto: especial)

Las instituciones sociales como la familia, la religión, el sistema político, el sistema de producción, el sistema educativo y el sistema de salud, están en crisis, supuestamente por la pérdida de valores y que por eso se manifiestan tantos problemas, como  la desintegración familiar, la inseguridad, la creciente  apatía por el culto religioso, la corrupción, la impunidad, las desigualdades sociales, la baja calidad de la enseñanza y la precaria atención del servicio médico-asistencial y hasta la depredación del medio ambiente. De antemano podemos afirmar que los valores no se pierden, simple y sencillamente no se ponen en práctica porque nunca se adquirieron. Lo que pasa es que en esta sociedad de consumo, en la búsqueda desenfrenada de comodidades, placeres y poder político y económico, se han venido utilizando dichas instituciones como un medio para alcanzar esos propósito.

En el caso de la familia, anualmente se registran miles de disoluciones matrimoniales, tanto por la vía legal como por la convencional, debido principalmente por las condiciones de pobreza y marginación en que viven, al perder la esperanza de mejorar su situación, dejando en manos de terceras personas su obligación de educar a sus hijos, así como de apoyarlos hasta que puedan ser autosuficientes, para asegurar que sean personas de bien en beneficio propio de la sociedad. Situación que alimenta un círculo vicioso difícil de romper, al seguir el mismo patrón de ausencia de valores principalmente de amor, libertad, justicia, equidad, fortaleza, templanza, responsabilidad, honestidad, lealtad, respeto, gratitud, bondad, que vivieron en su difícil infancia.

El sistema religioso, también presenta una problemática que pone en duda los postulados de las doctrinas por la actuación de algunos de  sus representantes, que se consideran mensajeros de Dios, predicando la doctrina a su modo y conveniencia, aparentando trabajar en nombre del Señor, para reemplazar el mal con el bien, mientras que su comportamiento deja mucho que desear, como se hace saber en los medios de comunicación, de sus conductas antisociales que lastiman los sentimientos más profundos de los creyentes, en lugar de ser una influencia poderosa para la estabilidad moral y el progreso espiritual de quienes buscan en la religión encontrar la verdad sobre su existencia. Actos que sin duda se hicieron sin responsabilidad, honestidad, lealtad, amor, bondad, generosidad, respeto, gratitud y lealtad.

En el sistema político conformado, los partidos políticos: Partido Revolucionario Institucional (PRI), Partido Acción Nacional (PAN), Partido de la Revolución Democrática (PRD), Partido del Trabajo (PT), Partido Verde Ecologista  de México (PVEM), Movimiento Ciudadano (MC),  Redes Sociales Progresistas (RSP), Fuerza Social por México (FSM) y el Partido Encuentro Solidario (PES), se ha establecido una democracia simulada. Fuera de los partidos, es mínima la posibilidad de llegar a ocupar  un cargo de representación popular, por lo complicado del procedimiento. Por otro lado, la esencia de los partidos se ha perdido, desde el momento en que en cada uno de ellos, existen grupos de poder que define de manera unilateral a los candidatos en cada proceso electoral, sin importar si son o no militantes del partido, a veces simulando encuestas, otras mediante designaciones abiertas . Asimismo, al dejar de lado principios, estatutos y programas, para participar en coalición con otros partidos con doctrinas opuestas, con el único afán de seguir manteniendo el registro y  asegurar la prerrogativa anual, de decenas de millones de pesos, supuestamente para sus gastos administrativos y de organización política, que difícilmente llegan a los comités municipales, mucho menos a los comités seccionales; además, de los recursos extras que reciben en cada  proceso electoral y por cada candidato registrado.  Hay  personas que han hecho de la política una forma de vida desde hace veinte o treinta años, sin que a la fecha se vean los  beneficios que han aportados a la sociedad, en cambio, se han apresurado para iniciar  en el difícil arte de la política a sus descendientes. En esta institución por lo tanto, no prevalecen los valores de responsabilidad, honestidad, justicia, equidad, amistad, solidaridad, bondad, respeto, gratitud y lealtad, entre otros. 

El sistema económico de producción, fiel al principio del capitalismo, el objetivo de cualquier empresa no es producir para satisfacer necesidades sociales, sino para  obtener la mayor de las ganancias posibles, con el menor de los esfuerzos, por lo que la utilidad no está en función de los costos de producción y distribución, sino en  la especulación de los mercados, en detrimento del poder adquisitivo de los trabajadores, lo que profundiza las  desigualdades sociales existentes. No hay presencia de solidaridad, responsabilidad, honestidad, justicia, equidad, libertad, bondad y generosidad, en las actividades que se realizan en esta institución.

En el Sistema Educativo Nacional, hace falta  una planeación compartida con docentes y padres de familia, de acuerdo a la nueva realidad, no sólo  para atender  el rezago educativo,  ocasionado por la pandemia del COVID-19  causada por el  virus SARS-CoV-2, sino para consolidar las instalaciones de los centros educativos existentes, en lugar de la apertura de nuevas universidades, que en  vez  de ampliar  la cobertura educativa en algunos casos la duplica. Las nuevas contrataciones de docentes no aseguran la mejora en la calidad del servicio educativo ya que en la mayoría de los casos se trata de profesionistas, que si bien es cierto, tienen aceptable preparación académica, no manejan la metodología ni las técnicas para  la enseñanza y  la educación y sus contrataciones laborales son desventajosas en cuanto a salario y ubicación. Hace falta revisar la estructura administrativa de algunos Subsistemas Educativos, donde se duplican funciones. Se ha permitido utilizar la educación  como un medio para obtener posiciones políticas y  beneficios personales. Se pagan miles de horas que no se trabajan frente a las aulas.  Por otra parte, es necesario  revisar los planes y programas de estudio para ajustar la actividad educativa a las verdaderas necesidades del sector productivo, evitando seguir subsidiando “fábricas de desempleados”. En este caso hay ausencia de: orden, responsabilidad, honestidad, justicia, equidad, solidaridad, respeto, gratitud y lealtad.

La institución social de salud y asistencia social, requiere de una nueva planeación, estableciendo las prioridades para atender los últimos efectos de la  pandemia de COVID-19, como para ir cubriendo los rezagos que se fueron generando  durante todo este tiempo, tanto en la atención médica como en  la asistencial.  Por un lado se acabó con el monopolio en el suministro de los medicamentos, pero por el otro no se han agilizado los procedimientos administrativos  para lograr un abastecimiento suficiente para atender las diferentes enfermedades que más afectan a la población, situación que puede complicarse de no contarse con los medicamentos en el momento necesario. Por otra parte se deberán de actualizar las instalaciones médicas de acuerdo a las nuevas necesidades, para mejorar la salud de la población y estar preparados para cualquier imprevisto que se presente. El no cumplir con las tareas encomendadas se estaría manifestando una falta de responsabilidad, honestidad, lealtad, respeto y solidaridad.

Los valores ético, morales, universales, relativos, religiosos, culturales, entre otros, no se adquieren por herencia genética, se van construyendo día con día en la familia y  con los amigos de la infancia,  mediante actos repetitivos llamados hábitos, que si se perfeccionan se convierte en valores  y si a la vez, estos se mejoran se transforman en virtudes, los cuales se fortalecen más no se sustituyen, en los centros educativos y en el campo laboral,  manifestándose en cada actitud que asumimos en la vida; por eso se manifiestan  conductas correctas e incorrectas en los individuos. A la par consciente o inconscientemente, se van desarrollando dos facultades humanas: el entendimiento que tiende a la verdad y la voluntad al bien. Con esta información bien consolidada en el pensamiento se puede sobresalir a cualquier problema que se cruce en el camino durante el crecimiento humano, logrando un desarrollo integral y darle sentido a la vida. Los valores son convicciones sustentadas en razones o creencias que permiten consolidar un determinado pensamiento difícil de traicionar. Los valores son las primeras enseñanzas de los comportamientos iniciales y fundamentos éticos que deben gobernar a las personas durante toda la vida. Los valores no se pierden.  Si no se manifiestan, es porque nunca se construyeron.