SINDICALISMO CRÍTICO NICOLAITA: Autonomía Universitaria, charrismo sindical y crisis

En el devenir histórico de la UMSNH se han identificado periodos de equilibrio o desequilibrio entre las fuerzas políticas que rigen su destino. (Foto: especial)

En su obra, Itinerario de la autonomía en la Universidad Michoacana (Ediciones Michoacanas, 2016), Miguel Ángel Gutiérrez López da cuenta de los derroteros de la autonomía universitaria en la Casa de Hidalgo, desde la promulgación de su Ley Orgánica de 1919, hasta la actual Ley Orgánica de 1986. De acuerdo con el autor, la autonomía universitaria puede analizarse en el nivel de las relaciones entre la Universidad, sus miembros, el poder público y otros sectores del entorno social y las relaciones entre los universitarios en la toma de decisiones con respecto a la organización y dirección de la institución. Señala que la autonomía se redefine de acuerdo con las condiciones sociopolíticas e históricas de la Universidad y que la relación de fuerzas que influyen en esta, puede derivarse del análisis de sus Leyes Orgánicas, porque son resultado de la discusión y confrontación de posturas ideológicas de los sujetos y grupos de la institución, para asegurar su participación política y el cambio en la Universidad y la sociedad.

La autonomía, señala Miguel Ángel Gutiérrez, tiene implicaciones ideológicas, jurídicas, políticas, académicas y económicas. En cuanto a las jurídicas, la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) expide sus propias normas, de carácter interno, pero ello no implica la exención del ordenamiento nacional en la aplicación de las leyes a sus miembros. Con relación a lo académico, la Universidad puede decidir sobre la orientación y contenido de sus planes y programas de estudio, investigación, difusión de la cultura y extensión universitaria, mientras que en el plano económico; corresponde a la Universidad administrar su patrimonio, el Estado le otorga un subsidio cumpliendo con su obligación, suponiendo que por la autonomía, este no debe intervenir en su organización interna. Sin embargo, la dependencia presupuestaria de la Universidad, ha sido un factor que ha contribuido a la intromisión, en ocasiones excesiva de los gobiernos (estatales y/o federales), que buscan controlarla. En el proyecto de creación de la Universidad Michoacana de Pascual Ortiz Rubio, advierte Gutiérrez, se percibe a la autonomía como un recurso para mantener a la Universidad protegida de sus adversarios políticos.

Así, en el devenir histórico de la UMSNH se han identificado periodos de equilibrio o desequilibrio entre las fuerzas políticas que rigen su destino, que han dado como resultado actividades positivas y virtuosas para la sociedad michoacana, como los encuentros entre estudiantes, profesores y el Ejecutivo del Estado, descritos en la obra de Adrián Luna Flores, La Universidad Michoacana 1926-1932: el rectorado de Jesús Díaz Barriga (Ediciones Michoacanas, 2002) y denominados “cafés nicolaitas” o situaciones, como la actual crisis, en donde la participación y voluntad de la comunidad universitaria ha sido aplastada por medio de la ilegalidad, la intervención de un Rector impuesto y subordinado a los mandatos del Ejecutivo Estatal y teniendo como instrumento el charrismo sindical, que consiste en imponer a líderes corruptos bajo un esquema corporativista para controlar los incrementos salariales, impedir los emplazamientos a huelga y en general, defender los intereses del patrón y el gobierno en turno, esto operado por un Comité Ejecutivo General 2018-2021 que simuló la realización de un Congreso General de Representantes en octubre de 2019, en donde se les dio luz verde para iniciar las negociaciones sobre la Reforma a las Jubilaciones y Pensiones en la UMSNH, una sesión de Consejo General, realizada el 13 de diciembre de 2019, en donde transmutaron opiniones en votos, dejando de lado las propuestas formuladas en las distintas dependencias para condicionar el posible cambio. Desde entonces a la fecha, los atropellos a los derechos de las y los trabajadores académicos no han cesado y cada vez se realizan con mayor desfachatez, es así que el convenio entre la Federación, el Gobierno del Estado y la UMSNH del 24 de diciembre de 2020, debió haber pasado, de acuerdo con la Ley Orgánica, por la opinión del Consejo Universitario. Mientras que, sobre el destino del 1% del salario integrado, descontado quincenalmente a los agremiados al SPUM por concepto de cuota sindical, no se sabe su destino, puesto que desde hace cinco trimestres no se ha devuelto, el 40% correspondiente, a las secciones sindicales. Otro factor que puso en evidencia la asimetría y el abuso en el ejercicio del poder político en la UMSNH fue la pandemia, ya que por la medida de confinamiento se justificó la paralización del gremio en las decisiones que afectan los derechos laborales, viéndose esto reflejado en la falta de participación sobre la revisión contractual, violaciones, decisión sobre la huelga y los múltiples cambios unilaterales en los emplazamientos.

Por todo lo anterior, es deseable que las fuerzas que definen el destino de la UMSNH estén equilibradas, llevando una relación respetuosa, pero de dignidad y firmeza con quien próximamente dirija el destino del Estado Libre y Soberano de Michoacán de Ocampo, tal como en el ramo de olivo y laurel sobre el que descansa el escudo universitario, que representan el equilibrio entre lo beligerante de la victoria y el remanso de la paz.