El juicio de la historia…

Aguililla esta en tierra cliente, pasando Apatzingán. (Foto: especial)

Los ojos del mundo se posan en Aguililla, uno de los 113 municipios de Michoacán, debido a la enorme violencia que se ejerce sobre sus pobladores.

El 14 de septiembre de 1813 José María Morelos sentenció: “Temamos a la historia que ha de presentar al mundo el cuadro de nuestras acciones…”

Aguililla esta en tierra cliente, pasando Apatzingán. Tierra donde libró grandes e importantes batallas el Generalísimo Morelos, no solo por nuestra independencia, sino por la abolición de la esclavitud y la igualdad de todo ser humano. Luchó por que todo aquel que viviese en esta tierra llamada México tuviera acceso a la justicia.

 José María Morelos escribió: “que todo el que se queje con justicia tenga un tribunal que le escuche, le ampare y le defienda contra el fuerte y el arbitrario; que se declare que lo nuestro ya es nuestro y para provecho de nuestros hijos; que tengamos fe, una causa y una bandera bajo la cual todos juremos morir antes que ver nuestra tierra oprimida como lo está ahora, y que cuando ya sea libre, estemos siempre listos a defender con nuestra sangre toda esa libertad preciosa’.

Justo en esas tierras de personas de gran corazón y valentía histórica, están ocurriendo hechos de total injusticia. 

Llevan más de tres meses, en estado de total indefensión, ninguna instancia federal o estatal, los escucha. En este estado, en este país, no pasa nada.

 La historia de Aguililla es relativamente reciente. Se formó después de consumada la Independencia de México, fundándose durante el primer tercio del siglo XIX a raíz de la emigración de diversas familias procedentes de Zamora y Cotija principalmente, las cuales se establecieron en la hacienda propiedad de Doña María Josefa del Peral, con el objeto de impulsar el desarrollo de la agricultura y la ganadería. En un inicio, el pueblo sólo era una congregación de escasos habitantes, aumentando su población con el correr de los años, al grado de que, para el año de 1831, la Ley Territorial del 10 de diciembre lo considera como una tenencia del municipio de Apatzingán. En 1854, fue atacado e incendiado por el guerrillero republicano Pascual Rodríguez Pinzón. Durante la gubernatura de Epitacio Huerta, el Congreso del Estado expidió un decreto el 17 de febrero de 1859, elevándolo a la categoría de pueblo con el nombre de Aguililla de Iturbide, en memoria del valiente militar Don Andrés de Iturbide, quien murió durante la Guerra de Reforma defendiendo la Constitución. Aguililla finalmente, es constituido en municipio con cabecera del mismo nombre, el 22 de junio de 1877, siendo nombrado Aguililla de Sánchez Tapia.

 Como personajes ilustres se mencionan a Santiago Tapia (1820-1866), al Gral. Rafael Sánchez Tapia (1887)  y Abel Alcaraz Pallares (1906 –).

 Santiago Tapia nació en Aguililla, en 1820. Cuando se inició la Revolución de Ayutla, Tapia se levantó en armas al lado de los generales Epitacio Huerta, Pueblita y Santos Degollado; fue nombrado Gobernador de Michoacán por el presidente Juárez y más tarde Comandante Militar del Estado de Tamaulipas.

Del Gral. Rafael Sánchez Tapia encontré que Lázaro Cárdenas del Río, ya como presidente de la República, promovió al general Rafael Sánchez Tapia como gobernador interino, cargo en el que se mantuvo por siete meses (pues Cárdenas lo sumó a su gabinete presidencial tras su ruptura con Calles en 1935).

De Abel Alcaraz Pallares. (1906) no encontré más que una referencia en el diario oficial de Zacapu, pero con el apellido Alcázar, no Alcaraz, como esta en la página del Mpio de Aguililla. Por no estar segura de que se trate del mismo personaje, no me atrevo a publicar los datos encontrados.

Continuo entonces, sintetizando lo referente a este Mpio, intentando de este modo entender porque tanto interés en hacerse de él.

 De acuerdo con la clasificación de Köppen modificada por García (1964), el municipio cuenta con tres climas bien definidos, que corresponden a las tres regiones más grandes, determinadas por su altitud; Aguililla (920 msnm), el Plan de Tierra Caliente (menos de 500 msnm), y zonas serranas (más de 1,500 msnm) y sus respectivas aéreas de transición.

 Aguililla posee una de las floras más variadas de Michoacán. Existen los siguientes tipos de vegetación: Bosques de Oyamel, Ayarín.  Cedro. Bosque Mesófilo de Montaña, de Pino y Encinos.   Bosque Bajo Abierto. Bosque de Táscate. Selva mediana subcaducifolia. Selva baja caducifolia. Selva espinosa caducifolia. Selva en galería. Nopalera. Izotal. Vegetación de Galería. Sabana. Mezquital. Huizachal. Pastizales. Pastizal Natural. Pastizal-Huizachal. Pastizal Inducido.

También cuenta con yacimientos de fierro, plata, oro y cobre.

Los suelos de Aguililla datan de los períodos mesozoicos y cretásico inferior y superior.  Del tipo de café grisáceo, de pradera y castaño. Su uso es principalmente ganadero y en menor proporción forestal y agrícola.

Durante los últimos meses cientos de familias de esta región han dejado sus comunidades por el terror desatado en el estado. Huyen a Tijuana, donde también sufren el embate de agrupaciones del crimen organizado.

Entre Aguililla y Tijuana hay 2,538 kilómetros de separación; sin embargo, en ambos lugares se vive la violencia desatada por agrupaciones del crimen organizado. Estas regiones, una en Michoacán y otra en Baja California, respectivamente, son disputadas por el cártel más peligroso de México; CNJ, que además del tráfico de drogas, extorsiona, roba y secuestra a los habitantes.

Santiago Nieto, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera de México (UIF), ha dicho que este cártel se ramificó hacia la trata sexual, especialmente en la región norte del país.

Pantelhó Chiapas, es una más de las localidades victimas de la violencia y la injusticia. Las comunidades indígenas estas siendo cruelmente asediadas por el crimen organizado de todo tipo.

Declaraciones del hace dos días, asientan que: “a pesar de la presencia del ejercito los malos permanecen en la zona”.

Atrapados en una espiral de violencia, sin el apoyo del gobierno estatal que encabeza Rutilio Escandón y víctimas de amenazas, retenes y tráfico de drogas, armas y personas, los indígenas tzotziles de Los Altos de Chiapas se encuentran en total indefensión.

Decenas de familias abandonaron sus moradas. Temen la llegada de los hombres armados. El asesinato del defensor de las comunidades indígenas Simón Pedro Pérez López, líder social y catequista miembro de Las Abejas de Acteal, es la gota que derrama el vaso. 

Llevan meses insistiendo ante el gobierno federal y Mpal. Oficios, quejas y misivas firmadas y entregadas a las autoridades advierten sobre el incremento de la violencia en los últimos cuatro meses debido a que grupos civiles armados luchan por controlar el territorio.

México es sumamente rico; riquezas del subsuelo, de los bosques, desiertos y mares son codiciados y asediados por personas e intereses económicos y políticos ajenos al bien de la Nación.

La historia es maestra.  Transcribo un párrafo escrito por el gran José María Morelos en tiempos aciagos de violencia en que intereses ajenos al pueblo de México deseaban hacerse de nuestras riquezas: “Veo de sumo interés escoger la fuerza con que debo atacar al enemigo, más bien que llevar un mundo de gente sin armas ni disciplina. Cierto que pueblos enteros me siguen a la lucha por la independencia, pero les impido diciendo que es más poderosa su ayuda labrando la tierra para darnos el pan a los que luchamos”.

Contrario a la preocupación de Morelos, hoy se están dejando a los pueblos a su suerte. Sin más defensa que el enorme amor a esta tierra y los suyos.

 Que teman al juicio de la historia todos aquellos que por su omisión e indulgencia permitieron la muerte y desalojo de tantos mexicanos inocentes.