Sueño o realidad

Transcurrían los días más álgidos de la campaña político-electoral, a esas alturas nada estaba claro, había incertidumbre sobre las preferencias electorales. (Foto: especial)

Transcurrían los días más álgidos de la campaña político-electoral, a esas alturas nada estaba claro,  había  incertidumbre sobre las preferencias electorales, ante estas circunstancias, la cúpula guinda, tomó la decisión de negociar, con los grupos locales de poder, más afines a su ideología, en este caso se trataba de los abanderados tradicionales del color rojo, que en un principio habían establecido alianza con los amarillos y los azules; además, no sería  la primera ni la última vez que se estuviera negociando con ellos en lo oscurito, las circunstancias obligaban a dejar de lado, principios, doctrina y programa partidistas, a fin de cuentas se coincidía en el mismo objetivo de alcanzar el poder al precio que fuera. La puerta de la Coordinación General de Campaña estaba cerrada a piedra y lodo por espacios prolongados, adentro, se estaba negociando la distribución del poder, independientemente de coincidencias ideológicas, militancias o méritos partidistas.

En la antesala compartía el espacio, con ayudantes, asesores  y choferes de los jefes políticos en audiencia en turno y uno que otro despistado que al igual que yo, buscaban una oportunidad para ocupar algún puesto en la nueva administración de gobierno. La mayoría de los ahí presentes cuchicheaban entre ellos, lo que sabían de primera mano acerca de las mencionadas negociaciones.

Para saciar un poco mi curiosidad, me acercaba a quienes al parecer estaban más informados ya que prácticamente resumían las pretensiones de sus jefes. El primero de ellos, pedía una Secretaría y dos direcciones generales, para colocar a dos de sus gentes más cercanas, a cambio de cabildear ante las autoridades electorales para que fueran reconocidas las votaciones sin contratiempo alguno y hacer válida la elección sucediera lo que sucediera. Además, se comprometía a integrar a la campaña a sus seguidores que en un principio trabajaron para el candidato de la fórmula contraria.

El siguiente negociador iba acompañado por sus más cercanos seguidores, que aspiraban a ocupar cualquier posición que se negociara. Él, estaba claro en su decisión, a principio del presente siglo,  había sufrido en carne propia una traición parecida, por quienes en ese entonces tomaban las decisiones en su partido, a tal grado que lo hicieron perder la contienda. Sólo pedía una Secretaria para su gente, a cambio de promover el voto entre los empresarios de la industria agropecuaria y de apoyar con algunos gastos de campaña.

Un tercer negociador manifestaba descontento con su partido, por haber decidido aliarse con los  azules y amarillos, con lo que en ningún momento estuvo de acuerdo, por ser diferentes proyectos y porque además, las decisiones se tomaron en las oficinas centrales, sin consultar a los grupos locales. Su negociación se limitaba a la asignación de una Secretaria, para un integrante de su grupo, comprometiéndose a promover el voto rural en el Estado.

El cuarto negociador estaba muy optimista, sabía que su propuesta sería bien aceptada por la experiencia política y conocimientos en la materia por parte de sus recomendados, sólo faltaba dejar bien establecidas las condiciones del apoyo al candidato, a cambio de una Secretaria y una Dirección General, cual consistía en incorporar a sus operadores políticos a la campaña y comisionarlos a las regiones del estado con mayor padrón electoral.

Todo marchaba sobre ruedas, mi presencia en el lugar obedecía a que me habían recomendado con el candidato, para ocupar un cargo administrativo, de acuerdo a mi experiencia como docente. Estaba a punto de pasar  al espacio de las decisiones de acuerdo a la audiencia programada; pero en ese mismo instante, me despertó un espantoso ruido, ocasionado por el “pinto” que correteaba una gallina con la intención de comérsela y saciar su hambre, ya que por la noche antes de retirarme a dormir, no le deje su ración de croquetas, precisamente  para evitar cualquier agresión a las aves, semidormido, me incorpore como rayo, poniendo orden en el corral y pensando que muchas veces los sueños se hacen realidad.

En el caso que así sucediera, una preocupación se apoderó de mis pensamientos, al recordar que cuando se miente a los electores para conseguir el voto, se está haciendo uso de la demagogia y en este caso, lo más seguro es que en cada uno de los mensajes del candidato, se les prometió, gobernar con los mejores compañeros del partido, algunos de los cuales abandonaron sus anteriores filiaciones, porque no estuvieron de acuerdo  con la corrupción, impunidad y la delincuencia, que por décadas permearon a las anteriores administraciones. También se les tuvo que haber prometido que la administración de gobierno se basaría en los principios, doctrina y programa del partido, los cuales son diferentes a la de  de los otros colores. Lo más seguro es que también se dijo que harían las cosas en forma diferente a como lo venían haciendo en otras administraciones, es decir una transformación de la vida pública estatal. Si el lenguaje utilizado en la campaña se utilizó para ocultar el pensamiento, es decir se hizo un proselitismo basado en la mentira y en promesas difíciles de cumplir, para convencer al pueblo y convertirlo en instrumento de la propia ambición política, entonces se utilizó la demagogia como estrategia de campaña.  “Es en efecto muy difícil salvar una civilización cuando le ha llegado la hora de caer bajo el poder de los demagogos. Los demagogos han sido los grandes estranguladores de civilizaciones (ortega y Gasset.-La rebelión de las masas pags. 31-32). Si se manipuló la realidad tal y como lo soñé, los compromisos de campaña difícilmente se podrán cumplir, porque al frente de las instituciones estarían personas que obedecen a intereses de grupos políticos estatales y nacionales, con los mismos pensamientos, la misma forma de percibir los problemas, inclusive algunos de ellos ya tuvieron la oportunidad de trabajar en administraciones pasadas, sin haber dejado nada trascendente a su paso, por eso sólo estaríamos hablando de una  simple sustitución de personas al frente de cada una de las instituciones públicas del Estado y no de una forma diferente de hacer las cosas.

Mi preocupación sigue latente, porque nunca en mi sueño escuché, ninguna estrategia para apoyar con semillas, abono, fertilizantes, fungicidas, diesel, precios de garantía, infraestructura de riego y de comunicación a los campesinos que siguen sembrando sus tierras y arraigados en sus lugares de origen. Nada se dijo sobre el aprovechamiento  de las tierras abandonadas, por quienes se han ido en busca del sueño americano. Tampoco logré escuchar comentario alguno sobre la salud, asistencia social y mejoramiento de las viviendas en las comunidades rurales más marginadas; pero sobre todo un programa para mejorar las instalaciones educativas a nivel estatal, dotándolas de agua potable, sanitarios y acondicionamiento de las áreas de recreación y de esparcimiento. Así como de proporcionar desayunos escolares en zonas marginadas, otorgar gratuitamente uniformes escolares y herramientas digitales a niñas, niños, adolescentes y jóvenes, inscritos en la educación básica. No se diga la implementación de una estrategia, para disminuir el rezago educativo con motivo de la pandemia y por las incontables suspensiones magisteriales, para lo cual primero  se requiere poner orden en el Sistema Educativo Estatal, asegurando ante todo el pago puntual a los docentes y trabajadores de la educación. Así como la inmediata incorporación a las clases presenciales en todos los niveles educativos.  Asimismo en mi sueño, no escuché, la posibilidad de solicitar al Gobierno Federal, para que consolide los centros educativos existentes en el Estado en lugar de la apertura de nuevas universidades que no responden a las necesidades de mano de obra del sector productivo.

Otro asunto ausente en mi sueño, fue la necesidad de revisar cómo se ejercieron los recursos presupuestales en cada una de las dependencias administrativas del Gobierno Estatal y de los gobiernos municipales, para entender  el motivo de la falta de recursos para la prestación de los servicios básicos a la población, ya que al parecer al final del sexenio había muchos pendientes de pago por diferentes conceptos que pueden o no tener justificación, el tiempo lo dirá. El inicio de cualquier transformación es el cambio de forma de pensar para poder hacer diferente las cosas, de lo contrari estaríamos ante una falsa imagen de la realidad que ni en sueño la podríamos justificar.