SINDICALISMO CRÍTICO NICOLAITA: Renovación sindical, ¿quiénes y para qué?

Revisión contractual 2022 en la Universidad Michoacana, en un marco de arbitrariedades de la dirigencia sindical.

La semana pasada el Comité Ejecutivo General Interino (CEGI) del Sindicato de Profesores de la Universidad Michoacana (SPUM) emitió una circular para informar a los agremiados las demandas laborales pendientes de atender, señalar las irregularidades en que siguen incurriendo los integrantes del Comité Ejecutivo General depuesto a fines de marzo de 2021 y sobre todo para alentar la exigencia de la realización de una asamblea extraordinaria para definir la dirigencia sindical del gremio académico.

Como ya es conocido, quienes tienen secuestradas la representación, infraestructura y patrimonio del SPUM, han publicado un supuesto proyecto de revisión contractual suplantando al Congreso General de Representantes, el cual es el único órgano de gobierno sindical facultado para ello, por otra parte es probable que ese grupo de académicos, que ilegal e ilegítimamente se ostentan como representantes de los profesores,  quieran alargar su salida para favorecer por una parte a la rectoría y por otra, conformar y promover el proyecto de una planilla que contienda en la siguiente renovación sindical.

Integrantes del CEGI han establecido interlocución con dirigentes de diversas corrientes y grupos sindicales con la finalidad de posibilitar la constitución de una planilla de unidad, debido a la conveniencia de que a través de esta acción se contribuya al fortalecimiento del SPUM, en un contexto donde a nivel nacional se espera que los sindicatos universitarios hagan la revisión y modificación de sus contratos colectivos, renunciando a algunas de las conquistas sindicales, mientras que a nivel local existe el riesgo y presión por realizar una modificación a la Ley Orgánica de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), con poca participación de la comunidad universitaria o segregando a grupos e individuos, sin interlocución, cabildeo, ni la búsqueda de consenso con los universitarios.

Sin embargo, ante estas circunstancias aún hay líderes y seguidores que no ven necesaria la unidad, líderes, que como define Santiago Delgado de la Universidad de Granada en su trabajo sobre el liderazgo político, son líderes vacíos, sin ideas ni creencias (más bien del tipo “flautista de Hamelin” o “títere”) y mucho menos un proyecto para la organización política (como los sindicatos), al tiempo que algunos seguidores podrían caracterizarse, de acuerdo con Bailey (1970) en el trabajo de Delgado, de tipo mercenario, es decir, seguidores que se comprometen con un líder en la medida en que sus intereses particulares son colmados, aún con la afectación de sus compañeros, en contraste con los seguidores cuyo compromiso responde a motivaciones de tipo moral (Psicología Política, 2004).

Tomando en consideración que la función del líder está vinculada con los objetivos que la organización política persigue y a su vez las circunstancias que le corresponde afrontar, lo menos deseable en contexto actual es el ejercicio del liderazgo vacío, de manipulación de agenda o de empresario político (como también señala Delgado), con una agenda definida con base en los intereses de seguidores mercenarios, no bajo las condiciones en que se encuentran los sindicatos de la UMSNH, por ello aunque se vea difícil es preciso luchar por un proyecto de unidad sindical que privilegie una agenda en que se puedan equilibrar de alguna forma los intereses de quienes desean y merecen la estabilidad laboral, como son los profesores de asignatura e interinos, mayoría, y los de los jubilados o por jubilarse, entre otros temas, aplicando incluso metodologías de toma de decisiones por consenso (como la sabiduría de algunas comunidades de pueblos originarios lo han elaborado) y no por mayoría.

Es interesante recordar cuáles son los estilos de liderazgo definidos desde la teoría de las organizaciones en la ciencia de la administración (autocrático, carismático, democrático, laissez faire o de dejar hacer o dejar pasar), pero de menor difusión y en el ámbito sindical, más apasionantes son los enfoques y estudios que se han desarrollado desde las ciencias de la conducta y las ciencias políticas por la incidencia que tiene el liderazgo en el devenir de una organización y en el ambiente laboral.

Por todo lo anterior, el éxito de una política y proyecto sindicales va a depender en gran medida del compromiso recíproco, líder-seguidor, a través de una comunicación y consulta eficaz, pero más que todo sincera y desinteresada de ambas partes, o mejor dicho, interesada en el bienestar de la colectividad y no de cúpulas grupos o individuos. 

Por ello, es urgente plantear en los sindicatos universitarios que se recuerde la política sindical formulada (en los Congresos Generales de Representantes) y tener muy claros cuáles son los objetivos que se persiguen con la siguiente renovación sindical, si se desea seguir a expensas de líderes huecos, marchantes de la manipulación política y seguidores mercenarios o si en verdad se desea que los principios, estatuto y política sindical no queden en letra muerta para evitar otra crisis como la actual.

Se concluye citando las líneas que Delgado transcribe de Blondel: “sin desestimar que el pensamiento ilumina a la acción, es la acción, sobre todo, la que ilumina el pensamiento y, fundamentalmente, la que garantiza la sinceridad intelectual del sujeto”.