SINDICALISMO CRÍTICO NICOLAITA: Irregularidades en la elección de las Direcciones en las dependencias académicas universitarias; continuidad e impacto para los trabajadores académicos

En enero próximo se renueva el cargo de rector. En la imagen, Ciudad Universitaria.

En los últimos días se han desarrollado en diferentes dependencias académicas universitarias nicolaitas, procesos de auscultación para recoger la opinión de sus comunidades con respecto a quiénes han de dirigirlas en los próximos cuatro años. En el desarrollo de estos eventos en diversos medios (algunos vinculados con las autoridades universitarias), se han realizado denuncias sobre presuntas irregularidades, especialmente cuando se identifican actividades que no son favorables para los candidatos afines a los grupos que actualmente dirigen los destinos de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, UMSNH.

Y es que efectivamente, se esperaría que instituciones de la naturaleza de las universidades fueran baluartes que salvaguardaran la democracia, las prácticas justas y todos aquellos principios y valores que se cultivan porque se tiene como convicción que son para el mejoramiento del ser humano y el pueblo; se esperaría que se respetara y se hiciera respetar el Estado de Derecho, las prácticas democráticas y se fomentara la equidad por quienes las dirigen. Sin embargo, la realidad en la Universidad Nicolaita en los últimos años y especialmente en este último rectorado, ha sido bien diferente; habría que preguntarse si acaso las autoridades e integrantes del Consejo Universitario, máximo órgano de gobierno de la UMSNH, ignoran o consienten graves ilegalidades.

El 3 de julio de 2020, la Comisión de Reforma Jurídica, que de acuerdo con la información pública de los directorios del Consejo Universitario que se encuentran en la página de la Secretaría General de la UMSNH, está conformada por la Mtra. Tania Haidée Torres Chávez, la Dra. Alma Lilia Fuentes Farías, el Dr. Sergio Carmelo Domínguez Mota, el Mtro. Esteban Brito Chávez, Javier Piñón Cortés (en ese entonces y no sabemos si hasta ahora, alumno de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales), propusieron respecto a la emisión de la Convocatoria para el Proceso de Elección de Consejeros Universitarios Profesores y Alumnos, que se ajustara en términos de prolongar la vigencia del Consejo Universitario. Con la adecuación que sugirieron algunos consejeros universitarios, respecto a que “la convocatoria podría emitirse hasta en tanto lo permitan las condiciones sanitarias y las medidas de emergencia dictadas por las autoridades competentes a fin de privilegiar la salud de la comunidad universitaria”.

¿Acaso no, desde que se inició el actual semestre y desde el 20 de agosto de 2021, en que se publicó el acuerdo para el desarrollo del Ciclo Escolar 2021-2022 y reanudar las actividades del servicio público educativo de forma presencial, responsable y ordenada en toda la República Mexicana y para todos los niveles en el DOF, se debió convocar a la renovación del Consejo Universitario?, ¿por qué no se regularizó la conformación de dicho órgano antes de la realización de los procesos de auscultación? La respuesta desde la perspectiva de los trabajadores académicos, administrativos y manuales universitarios es clara, se trata de dar continuidad al proyecto y quizá hasta impunidad, a los grupos que dirigen a la UMSNH a través de las nuevas Direcciones de las dependencias académicas.

Se sabe que hay personas que participan en el bloque de estudiantes del Consejo Universitario, cuando ya egresaron, se titularon y ya no son estudiantes en activo y regulares de la UMSNH y por lo tanto no tienen relación con la institución, estas personas son convocadas, asisten y votan irregularmente los acuerdos del Consejo Universitario y participan en los procesos, se tendría que ver el caso de la integrante de la Comisión de Auscultación en ese sentido. ¿Acaso no es esta una grave ilegalidad?, ¿por qué ningún consejero del bloque de profesores y directores cuestiona esta situación y se exige la renovación en la conformación del Consejo Universitario para regularizar el máximo órgano de gobierno de la UMSNH?, ¿por qué se violenta tan flagrantemente el Estado de Derecho?


Se ha comentado en el ámbito universitario, que del número total de directores que conforman ese sector del Consejo, se estima que ya veinte son interinos y de estos, algunos ya rebasaron el periodo máximo permitido en ese estatus, pues llevan ya casi dos años. La autoridad podría argumentar que fue por la pandemia, pero ¿por qué por la pandemia no se dejó continuar al frente de las dependencias a las y los directores que habían sido regular y legalmente electos? Otra vez, la respuesta es más que obvia.


Desde esta perspectiva, cualquier afectado tendrá elementos para impugnar los procesos de auscultación y no sólo teniendo como argumento a los operadores políticos de los adversarios; quienes pudieran interferir en los planes de continuidad de las autoridades y los grupos y personas con los que estos tienen filiación y la continuidad de sus ilegales y autoritarias prácticas; sino las propias irregularidades en la conformación del Consejo Universitario; la de permitir que personas ajenas a la UMSNH voten convocatorias, reglamentos, acuerdos, entre otros y participen. Bajo las condiciones actuales, ya no es posible sostener el argumento de la falta de regularización del Consejo Universitario por motivos de las medidas sanitarias y la pandemia.

Sólo baste recordar que ya desde hace un año se han llevado elecciones estatales sin problema y en el ámbito universitario desde hace un año estamos en actividades presenciales, donde en la mayoría de las dependencias universitarias se ha llevado a cabo la elección de los Consejos Técnicos, por lo tanto, se debe de cambiar primeramente el Consejo Universitario, antes que cualquier Dirección.


Hay que insistir en el ejemplo que se les está dando a los jóvenes sobre legalidad, ética y prácticas democráticas; si la UMSNH es la cantera de los dirigentes del Estado y las organizaciones públicas y privadas, de ninguna manera se está contribuyendo como Universidad al cultivo y la práctica de los valores universales y el mejoramiento de las personas para que dirijan al Estado y a las organizaciones con ética, todo lo contrario, se está propiciando la descomposición del tejido social desde el institucionalismo, como bien señala Alfredo Guerrero, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México en el libro Dolor y Política de Martha Lamas (2020), sobre la violencia en el México actual: “Es una violencia que se nutre de la perversidad abyecta que ha hecho erupción desde lo más profundo de los procesos de la degradación tanto del Estado como de sus instituciones y se ha propagado por todos los poros de la sociedad”.

En paralelo, todo lo que afecta el equilibrio de poder en las esferas universitarias afecta a los trabajadores académicos, pues son finalmente las autoridades quienes incurren en violentar las normas universitarias en materia laboral, por ello en las revisiones contractuales la mesa de violaciones del Sindicato de Profesores de la Universidad Michoacana (SPUM), cada año registraba entre 150 y 200 casos, mesa conformada por la Comisión de Violaciones, con integrantes del Consejo General, el trabajador académico agraviado y la autoridad, estas mesas muchas veces se llevaron a cabo en el auditorio sindical, de manera pública y abierta, no como en la actualidad, a espalda de las bases, sin la participación de los integrantes del Consejo General y en total opacidad, agravando el estado de indefensión del trabajador denunciante.

Dar manga ancha a las autoridades para implantar e institucionalizar una cultura de la ilegalidad con la violación sistemática del Estado de Derecho, el hostigamiento laboral, la represión política, el autoritarismo y la práctica maquiavélica (por aquello de que la frase se le atribuye a Nicolás Maquiavelo), de hacer lo que sea, como sea para lograr un fin (no precisamente institucional, sino de grupo) no es de ninguna manera ser institucional y mucho menos nicolaita, eso es ser y hacerse cómplice y comulgar con esas prácticas.  Aunque por norma el rector es el representante de la Universidad, ello no implica apoyar acríticamente susdecisiones y acciones, o justificarlas por su estilo de liderazgo, menos cuando esas decisiones y acciones son contrarios a los postulados de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.