SINDICALISMO CRÍTICO NICOLAITA: La elección del rector de la UMSNH, la comisión de rectoría y la expectativa de los trabajadores

Raúl Cárdenas Navarro, rector de la UMSNH. (Foto: especial)

Anteriormente, en esta sección de opinión sobre temas diversos que trastocan la vida de los trabajadores académicos universitarios, se comenzó a tratar el asunto de la próxima sucesión a la Rectoría de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, UMSNH. Se mencionó que tras la desagradable experiencia reciente de un rectorado que se ha caracterizado por su autoritarismo; por el atropello sistemático de la dignidad y derechos de los trabajadores; por el desarrollo unilateral de proyectos de gran trascendencia para la vida académica y pertinencia universitaria, que debieron realizarse bajo una metodología deliberativa y ampliamente participativa, como el Modelo Educativo y la Reforma al Bachillerato Nicolaita; así como por su limitada visión de la contribución y potencialidades institucionales, que se hace patente en el Plan de Desarrollo Institucional 2021-2030, es imperante que la comunidad universitaria manifieste su opinión con respecto a lo que espera del próximo rectorado y de alguna manera se sienta partícipe.

Aunque el proceso de elección del rector se mantiene como un ritual misterioso, en donde apenas algunos integrantes de la comunidad universitaria logran tener acceso a los planteamientos y propuestas de los Planes de Trabajo de los contendientes y en cierta manera la misma comunidad mantiene las formas (cada vez más anacrónicas, desde una perspectiva de democracia y transparencia) para elegir al representante legal de UMSNH por los próximos cuatro años, para esta elección es altamente deseable que quienes integran la Comisión de Rectoría, órgano facultado por la Ley Orgánica vigente para elegir al rector, den un peso mayor a ciertas consideraciones.

En primer lugar, tendrían que tomar en cuenta que la comunidad de trabajadores académicos, administrativos y manuales, que se encuentran permanentemente en la institución, tienen un gran sentimiento de pesar por la grotesca, descarada y sistemática violación al Estado de Derecho, que va mucho más allá de la impuesta reforma a las jubilaciones y pensiones, pues ha sido el sello distintivo de la administración 2019-2023; desde la falta de reintegración de las cuotas, ahorros y otros recursos sindicales; la abusiva extensión del periodo del Consejo Universitario que salió; la intromisión y burdas operaciones en conjunto con el Comité Ejecutivo General 2018-2021, revocado y caduco, sobre el programa de regularización de materias; entre muchas otras muestras.

Además, se ha impuesto el terrorismo laboral desde la Secretaría Administrativa, la Secretaría General y la propia Rectoría e instrumentado con total falta de profesionalismo por el abogado Luis Fernando Rodríguez Vera y sus subalternos. Despidos injustificados, amenazas, chantajes y muestras de corte mafioso e incompetencia de una administración 2019-2023, acciones perjudiciales para la institución, pues de los recursos que el pueblo da para su sostenimiento y el cumplimiento de sus tareas sustantivas, tendrá que ser desembolsada una importante cantidad por la incompetencia e irresponsabilidad de una administración de paso.

El proyecto denominado “Transformación Nicolaita” fue el que presentaron en conjunto Raúl Cárdenas Navarro con Axel Becerra Santa Cruz de la Facultad de Arquitectura; Horacio Cano Camacho Jefe del Departamento de Comunicación de la Ciencia, responsable y promotor del unilateral Modelo Educativo Nicolaita; la Licenciada en Ciencias de la Comunicación, Laura Erandi Cázares Rosales, actual Coordinadora de la División del Bachillerato nicolaita e impulsora de la unilateral reforma de ese programa educativo; Mario Alberto Cortez Rodríguez, actual Director de la Facultad de Filosofía; María Teresa Cortés Zavala, actual Directora de la Facultad de Historia;  Erika Jenny González Mejía de la Facultad de Economía; Pedro Mata Vázquez, actual Secretario General de la UMSNH; Silvia Hernández Capi, actual Secretaria Administrativa de la UMSNH, de quien se comenta ha sido la promotora de las rescisiones de contrato; Antonio Kido Cruz,  de la Facultad de Contaduría y Ciencias Administrativas, Patricia Manríquez Zavala, actual Subdirectora de Control Escolar, quien inició en el rectorado de Raúl Cárdenas como Directora de Vinculación y Desarrollo y fue responsable del primer despido injustificado; Janeth Morales Cortés, actual regente del Colegio Primitivo y Nacional de San Nicolás y Gabriela Sánchez Medina, actual Directora General de Bibliotecas de la UMSNH.

En el dossier donde describían su esbozo para definir un Modelo de Universidad preconizaban que con este se iniciaba “un diálogo abierto, crítico y franco”, situación que de ninguna forma fue así y menos con la pandemia, pretexto para evitar reuniones, a la vez que se celebraron otras en petit comité, o sólo con un grupo favorecido. Asimismo, dentro de los elementos que consideraban estaba la formación de “la formación de seres humanos profesionales y críticos”, que incidieran en la transformación y el desarrollo de la sociedad, como se ha comentado en diversas ocasiones en este espacio el ejemplo que se ha dado a los futuros líderes del estado no ha sido de ninguna manera el que permita que se transformen sus condiciones, pues la administración de Cárdenas Navarro no ha dado un buen ejemplo, baste la muestra de la extensión indebida del Consejo Universitario que salió y su política represiva a la divergencia de pensamiento y la crítica. Y así, se podrían seguir enumerando una serie de pendientes y deficiencias del proyecto. Este proyecto enunciaba no afectar los derechos laborales, transparentar los procesos de gestión, contratación, promoción y acceso a los recursos administrativos y económicos, pero hubo una ilegal reforma a las jubilaciones y pensiones, recisiones de contrato, retención de los recursos sindicales y otras muestras de abuso e ilegalidad.

Por lo anterior es deseable que la Comisión de Rectoría asuma su responsabilidad en toda la dinámica institucional y rectifique el rumbo de la Universidad siendo más sensible y teniendo en cuenta que los aspirantes en su ejercicio profesional y académico hayan dado muestra de verdadera institucionalidad, legalidad, competencia y un carácter conciliador para sumar voluntades y vencer resistencias en el desarrollo del proyecto institucional o en la implantación de las políticas públicas. Además, ha de valorarse si es conveniente para el cambio de cultura que algunos de los universitarios de la lista de “Tranformación Nicolaita” continúen beneficiándose sin tomar en cuenta a la comunidad universitaria.

Asimismo se debe analizar cuál es la ascendencia que los candidatos tienen entre los diferentes grupos universitarios y de manera muy deseable que presenten a la comunidad universitaria su proyecto. También, se ha de valorar de dónde obtienen la información los aspirantes, esto con respecto a las problemáticas principales de la entidad y de la UMSNH, pues no se puede continuar trabajando sobre ocurrencias, visiones parciales o de grupo, como ha ocurrido con diversos Planes de Trabajo.

El misterio pues, es parte del ritual de la elección de los rectores, pero de ninguna manera ha sido, ni es bien visto por la comunidad universitaria, además de que quizá, con la realización de la reforma a la Ley Orgánica universitaria que ya está en la mente y objetivo de diversos políticos, sea la última vez que la polémica Comisión de Rectoría participe con exclusividad en ese proceso, por lo que no debería dejar un mal sabor de boca sobre su ya de por sí polémica tarea, eligiendo a un incompetente que genere más desavenencias entre la comunidad universitaria, sino a alguien que componga el desastre del rectorado que está por fenecer.