De verdadera seguridad nacional

La Coca Cola es adictiva, como una droga, y se vende impunemente. (Foto: especial)

Muchas veces he dicho que el agua es materia de seguridad nacional, y una vez más lo confirmo. Sin agua no hay vida posible, y en aras del “desarrollo” se le has contaminado, desecado y entubado ríos, se han secado lagos, se ha encementado donde no debería encementar, se han secado humedales, se ha construido donde no debiera construirse.

El agua se acaba. En el presente y en un futuro muy cercano, el país que tenga reservas de agua limpia será el más rico, el más poderoso.

Se puede vivir sin petróleo, sin litio, sin uranio, sin oro, pero no sin agua.

No obstante saber esto, se sigue contaminado los ríos vertiendo y conectando a ellos los desagues, vertiendo químicos, construyendo un tren sobre cenotes y reservas acuíferas de incalculable valor.

Tenemos una riqueza enorme y no la cuidamos, permitimos que se construyan enormes hoteles y complejos inmobiliarios, donde no hay agua, quitándoles el agua a las comunidades. Permitimos que las mineras viertan los deshechos a los ríos y mares, acabando no solo con el agua, sino con el suelo, la vegetación y la fauna.

Se dan concesiones a las cerveceras y refresqueras, que utilizan millones de litros de agua potable para su elaboración, mientras las comunidades y ciudades carecen del vital líquido.

Cada litro de cerveza necesita aproximadamente 155 litros de agua para su elaboración.

 Diversos expertos y académicos han hecho análisis de la situación actual del agua, esta vez en el norte del país, pues la industria cervecera es una de las que más agua consume en Monterrey y el país, un ejemplo es el líder de producción, la Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma de la transnacional Heineken, encabeza la lista de 11 empresas que consumen cada año más de 222 millones 305 mil 898 metros cúbicos de agua en México, equiparable con el consumo de los habitantes de la Ciudad de México.

Wilfrido Gómez-Arias, maestro en ciencias físicas por la UNAM, coautor del estudio sobre el agua en Monterrey, comenta:” las cerveceras se encuentran dentro del grupo privilegiado con grandes concesiones de agua y, además, están en zonas donde no llueve mucho y se tiene que extraer de los mantos acuíferos, lo que provoca su sobreexplotación”.

Esta sobreexplotación provoca que esos estados o municipios tengan que hacer pozos más profundos para dotar de agua a la población. Pero podría llegar a ocurrir lo de la región de la Laguna donde el agua se combina con metales más pesados y las personas están tomando arsénico; eso tiene una problemática de salud importante, como el cáncer.

El lunes pasado leí que; La región del mundo donde más se consume Coca-Cola está en México. Específicamente en Chiapas. El alto consumo de Coca-Cola en la región se debe a una laxa regulación y a la falta de acceso al agua potable.

Todos sabemos que la Coca Cola, genera muchas enfermedades, sin embargo, su consumo es enorme. El dulce y refrescante sabor de la bebida y la presencia de compuestos como cafeína, la atropina y la egnonina, que contiene en menor porcentaje, explican el componente adictivo de la Coca Cola. Entre los componentes tóxicos se destaca el ácido fosfórico, que tiene un efecto corrosivo. La aparición de diabetes mellitus, anemia, pérdida del esmalte de los dientes, envejecimiento y obesidad, forman parte de los efectos dañinos a la salud.

Investigaciones demuestran que, al aumentar el consumo de bebidas azucaradas a 100 ml al día, el riesgo de padecer un cáncer en general aumenta en un 18%, y en un 22% el de mama.

El consumo de esta bebida se da principalmente por los sectores más pobres. Sobre todo, en las zonas indígenas.

Según el estudio “En México no falta agua, sobra chatarra”, una de las industrias que tiene mayor impacto ambiental es la refresquera Coca-Cola,  la cual extrae al año 55 mil millones de litros de agua.

Las empresas dedicadas a la producción de comida ultra procesada, tales como Coca-Cola, Pepsi, Nestlé, Bimbo, entre otras, consumen 133 mil millones de litros de agua en sus procesos de producción, reveló el laboratorio de estudios sobre empresas transnacionales (LET) de la UNAM.

Coca Cola extrae al año 55 mil millones de litros de agua y, para producir tan solo medio litro de refresco, necesita 34.5 litros, es decir, requiere 69 litros para elaborar 1000 mililitros de esta bebida.

 La empresa consume agua limpia para la elaboración de su producto, en cada uno de los 32 estados del país, incluso en algunas zonas con alto estrés hídrico como Toluca.

Cuando uno lee esto, no se entiende porqué se produce, porqué se vende, por qué la consumimos. Pareciera que nuestra vida y la salud de la humanidad no importasen.

Coca-Cola ha generado importantes impactos medioambientales en México en lo que respecta a su voraz consumo de agua, pero también en cuanto a la salud de sus pobladores, y es que su consumo en Chiapas, la región del mundo donde más se ingiere, está relacionado con la alta prevalencia de diabetes mellitus.

Cada habitante de Chiapas bebe 821.25 litros de refresco por año, mientras que 160 litros es el consumo per cápita en todo el país.

El doctor en antropología social Jaime Page Pliego, señala como causas del aumento en el consumo de bebidas azucaradas en la región del sureste a la laxa legislación hacia las empresas refresqueras, las campañas de mercadotecnia en lenguas locales y la poca accesibilidad de agua potable de calidad y en cantidad suficiente para los habitantes.

También señala este aumento por la modificación de la vida social y religiosa de sus habitantes. Los líderes religiosos tradicionales de la zona sustituyeron el aguardiente de caña (pox) por refrescos durante sus prácticas rituales, estableciendo contratos con la compañía Coca-Cola o Pepsi, que estaban incursionando en los mercados indígenas durante la década de 1980.

Chiapas es un ejemplo de cómo las refresqueras han permeado en la cultura, la religión, la política y la sociedad.

Solemos no dar importancia a las enormes repercusiones de las acciones cotidianas, es por ello que decidí escribir sobre esto que está sucediendo, no solo en las zonas indígenas sino en todo el país.

Es común ver en toda obra de construcción a los albañiles comiéndose un taco acompañados de un litro de Coca, en las fábricas, en las oficinas, en las casas, en toda reunión se consume.

 Personalmente he visto indígenas dando Coca Cola en sus biberones a los bebes, seguramente la madre por el grado de pobreza y desnutrición ya no produce leche materna. Influye también en que se les dice por todos los medios que es la bebida del “desarrollo”, la que toman los “bien vistos”, la que les trae igualdad, la que trae la alegría.

Es muy grave lo que esta sucediendo, las zonas indígenas no solo están siendo despojadas de sus territorios y agua, sino de su cultura, de sus usos y costumbres y están siendo deliberadamente víctimas de sustancias que les causaran enfermedades irreversibles y mortales.

Pero nadie dice nada. ¿Que pasara con las próximas generaciones, esas que toman refrescos en vez de agua, que país, será México con gente desnutrida, adicta y enferma?

 Se relaciona el consumo de este refresco con distintos padecimientos, desde sobrepeso, obesidad, diabetes, cálculos renales, asma, descalcificación, anemia, depresión, mala digestión, caries, hasta Alzheimer.

En 1886 John Stith Pemberton saco a la venta un jarabe que ayudaba a la digestión y aportaba energía.

Hace años, leí el libro “Dios, patria y Coca Cola” de Mark Pendergrast. Transcribo un párrafo; “Cuando Pemberton entró en su laboratorio, miró con satisfacción sus frescas provisiones de hojas de coca, traídas directamente de Perú, y el sistema de filtrado que había instalado a fin de producir extracto de coca. Experimentaba con una nueva mezcla que esperaba poder vender como una bebida no alcohólica, y como medicina, dado que la ciudad estaba histérica a causa de la lacra social del alcohol”.

Pemberton tenía 54 años cuando comenzó aquellos experimentos que lo conducirían a la invención de la Coca Cola, aparentaba tener por lo menos diez años más y era adicto a la morfina.

He estado experimentando con un preparado muy simple, una especie de extracto que contiene nueve decimas de agua y la otra decima parte por drogas que no cuestan más de un dólar el barril.

Al año podríamos vender fácilmente 1.000.000 de botellas en Estados Unidos, con una ganancia de por lo menos 350.000 dólares, y entonces sería el momento de concentrar nuestra atención en una verdadera idea de una empresa. ¡Nuestras oficinas centrales podrían estar en Constantinopla y nuestras sucursales en la lejana India…! El ingreso anual, bueno, ¡solo Dios sabe cuantos millones y millones ¡” coronel Beria Sellers (The Gilded Age 1873)”.

La Coca Cola es adictiva, como una droga, y se vende impunemente.  

Ese mismo día leí que: “Crece en el norte de México consumo de fentanilo, la droga que es 50 veces más fuerte que la heroína”. Activistas acusan que al gobierno no le importan los usuarios de la droga porque son personas en situación de calle; también advierten un subregistro de consumo y muerte.  Cientos de jóvenes la consumen cada día más por su bajo costo, pero sobre todo por que los sume en un sueño profundo, impidiéndoles ver y sentir la realidad.

Esto es parte de lo que sucede en nuestro país. Y está en todos nosotros el que cambie.

De verdadera seguridad nacional es tener agua limpia, y la salud y bienestar de los ciudadanos.