Deforestación y contaminación generan disminución de volúmenes de agua y mortandad en peces | II

El tipo de agricultura prevaleciente, poco planificada y sin estudios de impacto ambiental, requiere de una alta demanda de agua y a la vez genera pérdida de bosques

Aunque no es una tendencia generalizada en lagos del estado, ya se reportan muertes de peces como en Zirahuén y la Presa de Cointzio. | Fotografía: Pixabay

Morelia, Mich.- Tanto la deforestación como el uso cada vez mayor de agroquímicos, son elementos que incrementan el grado de deterioro en los cuerpos acuáticos estatales, lo que se refleja tanto en una disminución de los caudales como en la mortandad de peces que ya se registran en algunos afluentes.

De acuerdo con Arturo Chacón Torres, en el caso del efecto de la deforestación, hay un fenómeno de “masificar” este deterioro a través del cambio de uso del suelo, con el aguacate como el cultivo imperante además de las frutillas rojas o berries, con altas necesidades de agua, lo que califica como “actividades productivas poco planificadas”.

Los lagos, señala, “dependen básicamente del bosque y de las zonas montañosas; el relieve de Michoacán es muy accidentado y esto hace que por este origen montañoso, donde puede escurrir el agua por los valles hacia los lagos y hacia los ríos, además los volcanes son como esponjas de agua y recargan acuíferos, lo que se conoce como regiones hidrológicas superficiales o subterráneas”.

Volcanes, esponjas para captar agua

Destaca que el Eje Neovolcánico Transversal en el que se sitúa el estado, con una cadena volcánica que empieza en el Paralelo 19, por Catemaco, en Veracruz, deriva en proliferación de volcanes y “entre Guanajuato y Michoacán, es importante porque se habla de casi 5 mil volcanes. Tan sólo en Michoacán se considera que existen 11 volcanes por cada cien kilómetros cuadrados, es una densidad muy importante”.

Chacón se detiene un poco en la composición de los volcanes. “En el caso de los volcanes, se componen por roca pura, como la que le llaman roca pura o piedra china, volcánica, que infiltra muy bien, es porosa, pero además es sustrato de los encinos y los encinos son sustrato a su vez de las orquídeas. En el caso de los volcanes de arena, que se extrae para la construcción, es el tipo del volcán como el Paricutín, que tiene arena y magma a la vez, son como una esponja y filtran muy bien el agua, agua de muy alta calidad, pero si no hay cobertura vegetal, todo se erosiona, entonces es importante que exista el bosque para que estabilice los suelos y el agua escurra con facilidad, sin necesidad de acarrear suelos”.

En el estado, todo lo que es el Pico de Tancítaro, la Sierra Madre del Sur, más las montañas de la sierra de los Azufres, en la zona oriente, dice el especialista del Instituto de Investigaciones sobre Recursos Naturales de la UMSNH, son regiones pobladas por pinos “que hace 10 mil años, cuando comenzaron a crecer, formaron suelos muy importantes, los que se conocen como ´charanda´ en la Meseta Purépecha, los suelos rojos, que son ricos en hierro y de una textura muy fina y sirven mucho para el crecimiento del pino”.

Por la altitud que alcanza el estado, agrega, los pinos, los oyameles al igual que los encinos “se dan muy bien, esas coberturas hacen que tengamos unos suelos muy ricos, pero al mismo tiempo estos suelos están consolidados gracias al crecimiento de los árboles, y tenemos columnas de suelo que se pueden hablar de 15 o 20 metros de profundidad, suelo que nos heredó la naturaleza, que en el caso de Yucatán, por ejemplo, no hay, la profundidad del suelo es de casi 15 centímetros, pura roca”.

Empero, señala que pese a esta riqueza, en Michoacán por el tipo de agricultura prevaleciente, poco planificada y sin estudios de impacto ambiental, “existe una tendencia de deforestación masiva para hacer el cambio de uso del suelo y poder ocupar esas tierras. La franja aguacatera es el clásico ejemplo y que ahora le sigue muy de cerca el caso de las frutillas, la zarzamora entre ellas así como otros cultivos en invernadero, en plástico, que demandan mucha agua pero al mismo tiempo están invadiendo los bosques, los queman, los cortan, entonces los suelos empiezan a ser muy inestables, como es una topografía muy accidentada, en las pendientes empieza a correr el agua en esta época de lluvia se viene todo el suelo y ese suelo cae en los ríos, y por los ríos al fondo de los lagos, de las presas, entonces donde no ocupamos el suelo, ahí se queda, ocupando el volumen que le corresponde al agua”.

Reitera que ante la creciente deforestación, calculada en la pérdida de 60 mil hectáreas anuales para el caso de Michoacán, “la velocidad con la que se está haciendo la reforestación, no compensa en un 30 por ciento la que existe con el cambio de uso del suelo ilegal o legal”.

Nadar entre agroquímicos, peces a punto de la mortandad

Los lagos michoacanos se han convertido en vertederos de aguas negras y agroquímicos que afectan de manera “puntual” los sistemas acuáticos, consideró la investigadora especialista en ictiología (el estudio de los peces), Martina Medina, también directora del Museo de Historia Natural de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH).

En una entrevista para Cambio de Michoacán, la especialista señaló que los lagos resultan más afectados en este ciclo de vertedero de desechos, al ser la parte receptora y final de estos.

El uso de jabones, señala, están afectando la calidad del agua en estos embalses y de acuerdo a estudios de la UMSNH, se está afectando también a las crías y huevecillos de peces, tomando en cuenta que en el caso de los vivíparos -cuando las crías nacen vivas-, están siendo alteradas sus etapas de desarrollo y en otros casos alteran la acidez de los lagos y les provocan escoriaciones en la población piscícola, además de “estrés fisiológico” que redundan en enfermedades de las especies.

“Una especie que está enferma, que le afectan otro tipo de químicos a sus crías, han empezado a disminuir sus poblaciones, sobre todo si es nativa. Otras especies que son ovíparas, sus huevecillos también son afectados en algún momento por estos químicos”, señala.

En el caso de los agroquímicos como los fertilizantes que se vierten a los lagos a través de descargas sin control, destacó que en los últimos cinco años en el Lago de Zirahuén afectaron todo el ciclo al constituirse en nutrientes para la proliferación de algas tóxicas y en el caso de la Presa de Cointzio, incluso se ha registrado mortandad de peces.

Destaca que los agroquímicos están alcanzando efectos adversos en todo el ciclo acuático, desde la flora como las algas, hasta los organismos de los que se alimentan las poblaciones piscícolas, “principalmente a las especies nativas”. Otras especies como la carpa, la tilapia, dice, “aguantan más esta contaminación orgánica y química, sobreviven más a estos cambios en el ecosistema”.

A pregunta expresa, Medina negó que haya una mortalidad recurrente de peces por contaminación en los cuerpos de agua de la entidad. “Ha sido en algún lago como Zirahuén, pero no es un patrón generalizado”.

El aumento de las huertas de aguacate y por consiguiente el uso de agroquímicos, advirtió, se ha convertido en una amenaza que alteran desde el color del agua como propician la proliferación de algas, siendo los de mayor riesgo aquellos que contienen fósforo y nitrógeno.

Respecto a la responsabilidad o indolencia oficial para controlar este tipo de emisiones, se cuestiona, la investigadora plantea que “debería regularse el uso o bien impulsar el uso de otro tipo de fertilizantes, orgánicos, el uso de compostas”.