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ECOS LATINOAMERICANOS: La paradoja conservadora

Los días 18 y 19 de noviembre se llevó a cabo la CPAC. (Foto: especial)

Los días 18 y 19 de noviembre se llevó a cabo la CPAC, Conferencia de Acción Política Conservadora, evento que aglutinó diversas agrupaciones de corte “conservadora” tanto del continente como de diversos lugares del mundo. Dicho evento tuvo de cede la Ciudad de México, en aquel lugar diversas figuras políticas orientadas al supuesto conservadurismo reafirmaron posturas y alianzas entre sí. Sin embargo ¿Realmente puede hablarse de conservadurismo como tal en el señalado evento?

Hay diversas cuestiones que deben ser analizadas respecto a esta duda. Una de ellas es el tipo de perfil que acudió a este evento; personajes como Mileli, Trump, Kast, así como miembros del partido VOX en España, entre otros más, que sin duda alguna tienen posiciones de crítica común hacia el progresismo y los grupos de poder actuales de sus respectivos países, pero exceptuando estas dos características, son pocos los elementos que están compartiendo los asistentes a este polémico evento.

Los perfiles políticos de los asistentes varían desde personajes que únicamente desdeñan el rol del Estado en la materia económica, hasta férreos defensores de posturas tradicionalistas. Sin embargo, en términos politológicos los diferentes personajes que han estado asistiendo a la CPAC pueden ser catalogadas en alguna forma de la “derecha política”.

Actualmente la derecha y la izquierda son términos cada más criticados, no solo en la Ciencia Política sino por otras disciplinas, significando conceptos que cada vez tienen menor descripción para determinar las características políticas de personajes o movimientos sociopolíticos. En este caso particular, el término “derecha” aún logra ser lo suficientemente válido como para lograr englobar a los asistentes de la CPAC, pero únicamente por el hecho que el espectro político de “derecha” tiene como denominador común ideologías que aceptan y naturalizan hasta cierto grado y de ciertas formas la desigualdad.

Es justamente esa legitimación de la desigualdad la que permite identificar a estas polémicas figuras de este foro. Pero exceptuando ello, no hay mayor coincidencia. Trump, por ejemplo, apoya la idea del uso del Estado como elemento para fomentar el proteccionismo y economía nacionalista, Mileli por su parte no comparte ningún tipo de rasgo nacionalista y es más bien un político de visión absolutamente individualista sin ataduras históricas o socioculturales a su sociedad de origen, el partido VOX por su parte mantiene una postura de corte conservadora, pero en aspecto más social, en tanto económicamente apoya el proceso de integración global.

Los anteriores son solo unos breves ejemplos de la heterogeneidad que pueden involucran las distintas formas de derecha, por lo tanto, tacharlas simplemente como “conservadoras” es decir muy poco. Sin mencionar, que precisamente el conservadurismo no es un factor estandarizado, ser conservador, como el nombre lo indica, es buscar la preservación de determinas tradiciones, conductas socioculturales, así como el mantenimiento de determinadas políticas de antaño, pero al final de cuentas esto es sumamente ambiguo.

Cada nación, cada sociedad, cuenta con sus propias tradiciones e historia sociocultural, pretender homogeneizar el conservadurismo de estas carece de sentido. Justamente hay múltiples naciones por la heterogeneidad histórica y sociocultural en el mundo, por consiguiente, los conservadores de cada una de estas sociedades, en teoría, tendrían que defender distintas tradiciones y conductas socioculturales, lo cual impediría un proceso de internacionalización, pues justamente eso contradeciría su defensa por el orden tradicional y las costumbres de antaño.

Ahora bien, la meta de la CPAC es lograr una alianza entre estos grupos conservadores, pero dicha actividad resulta paradójica ¿cuál vendría siendo el propósito de querer articular una alianza entre “conservadores” si cada grupo tendrá sus propias tradiciones que conservar? lo único entendible, es más bien el señalar al progresismo como enemigo común, solo esta ultima cuestión hace sentido a las reuniones suscitadas los últimos días en Ciudad de México. Aun así, esto no es algo nuevo, ya desde hace varios lustros el progresismo se ha erigido como uno de los principales adversarios políticos de las derechas tanto americanas como de otros lugares del planeta.

¿Cuáles serán las siguientes acciones de estas agrupaciones “conservadoras”? ¿Tendrán la posibilidad de expandirse o reinventarse para asegurar triunfos electorales contundentes? O por el contrario ¿Son meras reacciones radicales frente a un progresismo en asenso que aún tiene un amplio campo de oportunidad de desarrollo? Dichas dudas serán resueltas con el paso del tiempo, pero sobre todo viendo cómo se van desarrollando las sociedades que les dieron origen en primer lugar.

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