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La educación no es prioridad

El Sistema Educativo Nacional en el pasado, según los fundamentos de este nuevo sistema, señala que la forma de evaluar a los estudiantes por escalas numéricas fue arbitraria, al fijar un nivel de aprobación de 6 hacia arriba y reprobación de 5 hacia abajo. (Foto: especial)

La  educación es un proceso de mejora personal permanente y total, que comienza en la familia con la construcción de valores, hábitos y la transmisión de patrones de conducta (educación informal),  mismo que se continua en las aulas y en otras instalaciones de las escuelas como talleres, laboratorios, auditorios y canchas deportivas(educación formal), a donde cada día se adquieren de manera sistematizada nuevos y mejores conocimientos, también se desarrollan las capacidades intelectuales, físicas y morales, se fortalece los valores construidos en casa y se aprende a convivir en armonía con nuestros semejante y con la naturaleza.

En la escuela se imparte la educación formal, en ese lugar se enseña y se aprende cosas nuevas y a crecer como seres humanos, allí se resuelven las dudas que a diario van surgiendo; en esos espacios se encuentran amigos y enemigos, se da rienda suelta a la imaginación. Sin embargo, no parece ser un lugar de alegría y placer para muchos  alumnos, por lo que corresponde a los padres de familia y tutores, motivar a sus hijos y convencerlos de la importancia de la educación para su bienestar futuro y al personal docente, administrativo y de intendencia generar un ambiente ameno durante las horas de estancia en las instalaciones escolares.

La cantidad y calidad de tiempo que los alumnos pasan en las escuelas hasta concluir su proceso educativo formal varía en función de los planes y programas de estudio de la especialidad seleccionada por cada uno de los alumnos. Pero de acuerdo con La Ley General de Educación y el Sistema Educativo Nacional, para poder egresar de una universidad, es necesario transitar  por las aulas y las instalaciones de las diferentes escuelas durante 19 o 20 años por lo menos: 3 años de preescolar, 6 de primaria, 3 de secundaria, 3 de bachillerato y 4 o 5 años de la carrera o especialidad. 

Por otra parte, el Calendario Escolar aplicable a toda la República, para cada ciclo lectivo de la educación básica y normal y demás para la formación de maestros de educación básica necesarios para cubrir los planes y programas aplicables, deberá contener un mínimo de ciento ochenta y cinco días y un máximo de doscientos días efectivos de clase, dejando en libertad a las autoridades educativas de las entidades federativas de hacer los ajuste que consideren necesarios, sin que se afecte el desarrollo de los planes y programas de estudio.

Si esta y otras más disposiciones que se establecen de la mencionada Ley General de Educación se aplicaran de acuerdo a lo establecido, se empezaría a mejorar la enseñanza en las escuelas públicas. Así, para lograr un título universitario, los alumnos no sólo asistirían a las escuelas 19 o 20 años, sino que recibirían clases efectivas durante 20,535 horas en un total de 3,710, días, como sucede en la mayoría de los países desarrollados y en aquellos donde la educación del pueblo es una prioridad, por lo que su calendarios escolares se cumplen puntualmente como se programan originalmente. Además de que durante todo ese tiempo podrían socializar, con compañeros, personal docente, administrativos y de intendencia en los diferentes niveles académicos de su proceso educativo.

Pero desafortunadamente, desde hace décadas, por una u otra causa, no ha sido posible que las niñas, niños, adolescente y jóvenes que asisten a las escuelas públicas, reciban clases durante 185 días, en un ciclo escolar. Lejos estamos de que cumpla con ese mandato legislativo. Posiblemente lo mejor que ha sucedido en el Sistema Educativo Nacional ha sido cuando en algunos ciclos escolares se ha logrado impartir clases sin interrupción alguna durante 160 días, tiempo aún insuficiente para desarrollar en su totalidad los temas de los programas de estudio, lo que también ha contribuido incremente el rezago educativo, de los profesionistas mexicanos, ampliándose las desventajas competitivas con relación  al contexto mundial.

Durante la pandemia de la COVID-19, provocada por el virus SARS-CoV-2, ese rezago educativo que por décadas se había venido acumulado, prácticamente se hizo irreversible, se incrementó como nunca antes había sucedido, equivalente a dos ciclos escolares. Ocasionado por la negligencia, incapacidad y falta de imaginación de las autoridades educativas, al implementar un programa de clases a distancia sin planeación alguna y lo más grave del asunto sin que a la fecha se haya implementado un programa de recuperación.

Las clases a distancia fueron un rotundo fracaso por una sencilla razón, millones de alumnos no contaban con la más sencilla herramienta de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, en otros espacios no había señal de la internet y donde se contaba con la infraestructura suficiente, faltó voluntad para transmitir y recibir un aprendizaje a distancia. Es decir, el proceso educativo de millones de mexicanos tuvo un retroceso, difícil de revertir.

Todo parece que la educación en vez de mejor empeora conforme pasan los días. Para el ciclo escolar 2023-2024 se programaron 190 días de clase efectivas, al parecer todo iba más o menos bien de acuerdo a lo planeado. Sólo que, tal parece, las autoridades educativas no hicieron bien la programación-presupuestación para el año fiscal 2024, por que de haberlo hecho no habría miles de trabajadores de la educación manifestándose públicamente para exigir una mejora salarial y que se les paguen sus prestaciones económicas pendientes desde 2018. Situación que ha dejado sin clases desde hace mas de 8 días, a miles de alumnos que asisten a las escuelas publicas en Chiapas, Guerrero, Michoacán y Oaxaca.

Por otra parte, no hay ninguna autoridad educativa que dialogue con los inconformes y puedan llegar a un entendimiento. El incremento del 100% a su salario, no es posible que se les otorgue, pero se les debe explicar directamente a los interesados en alguna mesa de negociación; así como la imposibilidad de  atender positivamente sus otras peticiones, y recordarle de la responsabilidad profesional y laboral que tienen con la sociedad y sus alumnos de asistir a las aulas por lo menos 185 días durante el actual ciclo escolar.

Por otra parte, han aparecido notas periodísticas en las que se dice que en muchas regiones del país, se esta pensando en “adelantar” las vacaciones de fin del ciclo escolar, para proteger a los alumnos de las fuerte ondas cálidas que desde hace semanas, están causando estragos a lo largo y ancho del territorio nacional. Problema que no debería existir si las autoridades educativas, hubieran mejorado las instalaciones educativas de acuerdo a las condiciones climáticas de cada región.

La realidad de las cosa es que existe un desorden en el Sistema Educativo Nacional, el Calendario Escolar 2023-2024, al igual que el de otros ciclos escolares no se va a cumplir como se programó originalmente, miles de trabajadores de la educación abandonaron las aulas para exigir sus derechos laborales; en algunas regiones las clases se pueden suspender por lo inadecuado de las instalaciones educativas para resistir los embates de la naturaleza; normalmente a partir de la segunda semana de junio hasta el 16 de julio, día en que concluye el presente ciclo escolar, los alumnos se entretienen en la escuela, viendo videos, entonando rondas infantiles, participando en algún concurso recreativo o en alguna otra actividad de entretenimiento.

En resumen, desde hace décadas la educación del pueblo ha dejado de ser una prioridad para las administraciones de los gobiernos en turno. Lo difícil de entender y que se tendrá que explicar. ¿Cómo se han venido gastando los recursos presupuestales destinados a la educación del pueblo?

“Como bien lo hizo notar Kant. El hombre es el único ser al que se le puede educar. A los animales se les domestica o adiestra; a las plantas se les cultiva, pero únicamente el hombre puede ser hombre mediante la educación, porque sólo él es capaz de gobernarse a sí mismo y llegar a ser una persona moral” (Psicología pedagógica e infantil-Gregorio Fingermann- Editorial El Ateneo- 1946).

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