Niñas y niños, prioridad nacional

Sin duda alguna ha sido un acierto de los gobiernos del mundo, dedicar un día a nivel internacional para festejar a las niñas y niños.

No es necesario que los niños vayan en ayunas para recibir la vacuna. (Foto: ACG)

De acuerdo con las leyes naturales, el desarrollo de la vida de los seres humanos empieza desde el momento mismo de la concepción. En nuestro país, ese desarrollo queda legalmente protegido, después de los 90 días, 12 semanas o 3 meses de gestación, plazo establecido en los códigos de procedimientos penales de la Ciudad de México (2007), de Oaxaca (2021); Hidalgo (2021); Veracruz (2021); Coahuila (2021); Baja California (2021); Colima (2021); Sinaloa (2022); Guerrero (2022); Baja California Sur (2022) y  Quintana Roo (2022) y ratificado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación para todo el territorio nacional en septiembre de 2021. Esto con la finalidad de que la persona gestante, haga uso de sus derechos constitucionales a la “autodeterminación en materia de maternidad; autonomía reproductiva; libertad reproductiva; derecho a la salud; derecho a la igualdad jurídica; autonomía personal y al libre desarrollo de la personalidad”, y pueda decidir libremente dentro de ese espacio de tiempo, si desea seguir con su proceso de gestación o de acuerdo a su proyecto de vida, prefiere realizar un aborto inducido. 

Según los estudiosos en la materia, el desarrollo de la vida de las personas, se va dando por etapas, la primera y que resultan determinantes para lograr su formación integral, es la infancia, conformada por dos periodos: la infancia temprana, que va desde el nacimiento y primer año de vida, hasta concluir el periodo educativo de preescolar; es decir, cuando los infantes cumplen los  5 o 6 años, continuando enseguida  la segunda infancia, que por lo general empieza entre los 6 y 7 años y termina cerca de los 13 o 14 y es justo el tiempo en que inicia la adolescencia.

Comúnmente, a quienes transitan por estas edades, estamos acostumbrados a llamarle niñas y niños. De acuerdo con el Diccionario de la Lengua Española, la palabra niño (a), significa: Que se haya en la niñez. Que tiene pocos años. Que tiene poca experiencia. Que obra con poca reflexión. El que es muy inferior en algunas de sus cualidades. 

Estos seres son quienes formaran las nuevas generaciones de las sociedades y conservaran la especie humana y merecen y requieren de la protección y cuidado de los demás grupos de población, principalmente de sus familias, de las autoridades educativas y de las administraciones de los gobiernos en turno, para que conforme pase el tiempo, se alcancen nuevos y mejores niveles de civilización y de bienestar social.  

Estas características de los infantes, nos dan claridad de lo vulnerable que son ante las crisis y a los problemas de la humanidad, porque, aunque son conscientes de sus sensaciones y de sus percepciones, no siempre pueden controlar sus impulsos y actúan inocentemente. Son indefensos porque intelectual y físicamente no tienen las capacidades de un adulto y por lo tanto es una obligación de los demás sectores de la población de protegerlos tanto de los peligros que vengan del exterior como del propio interior, ya que se pueden dañar a sí mismos, al no contar con la información y experiencia suficiente, para ejercer su auténtica voluntad y actuar con inteligencia, decidir con libertad de elección y cumplir con sus deberes como integrantes de una sociedad. 

Sin duda alguna ha sido un acierto de los gobiernos del mundo, dedicar un día a nivel internacional para festejar a las niñas y niños. En el caso particular de México, institucionalmente se ha venido haciendo desde 1924, siendo Presidente de la República, Álvaro Obregón Salido (1880-1928) y Ministro de Educación, José Vasconcelos Calderón (1882-1959). Fecha que sirve para recordar a los gobiernos, las familias y a las comunidades, de las obligaciones que tienen para proteger a las niñas y niños y hacer que vivan en las mejores condiciones posibles, sobre todo, libres de violencia; mediante el cumplimiento cabal del “Conjunto de mecanismos que se han establecido en los tres órdenes de gobierno con el fin de garantizar de manera universal y especializada en cada una de las materias relacionadas con los derechos humanos de niñas y niños de conformidad con los principios rectores de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las demás leyes relacionadas con el desarrollo de los infantes  y  de los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano forma parte”. 

Seguramente, este viernes 30 de abril, por todas las latitudes del territorio nacional, autoridades educativas y de todos los niveles de gobierno, presidirán los actos cívicos conmemorativos, que previamente sus subalternos organizaron en sus respectivas demarcaciones administrativas y políticas para festejar el día nacional del niño (en otros piases el festejo es en diferentes fechas). Sin duda alguna en sus discursos, manifestaran su profunda preocupación por el desarrollo armónico de las capacidades físicas, intelectuales y morales y el crecimiento humano de las niñas y niños. Habrá de todo. Parecerá kermés de pueblo, globos, helados; paletas; golosinas; tortas; pastelillos; dulces; inflables; juegos infantiles; proyección de películas; entre otros obsequios. Aparentemente estarán cumpliendo con su deber, pero en realidad, están tratando de ocultar su limitada actuación en beneficio de la niñez mexicana. Pocos serán los actos auténticos y genuinos que correspondan a la realidad.  

El derecho a preservar la vida, a la supervivencia y al desarrollo. Este derecho puede estar asegurado, siempre y cuando no se encuentren en la hora y el lugar equivocado y se expongan a ser víctimas colaterales de un acto delincuencial o tengan la mala suerte de encontrarse en su camino con una volanta de soldados, de la Guardia Nacional o de cualquier otro grupo policiaco y sean confundidos con algún delincuente o bien sean agredidos por algún compañero de banca, que agobiado por sus frustraciones los agredan sin contemplación alguna. Ante la ausencia de las autoridades, la corrupción e impunidad floreciente, difícilmente podrán tener una vida libre de violencia, con paz y tranquilidad social. 

La educación es un derecho humano fundamental de niñas y niños, para el desarrollo de las capacidades físicas, intelectuales y morales. Por lo que preocupa que no sea ni obligatoria, ni gratuita, mucho menos de calidad, por lo inadecuado de las instalaciones educativas; la falta de un sistema educativo adaptado a las condiciones, intereses y contextos específicos de niñas, niños; la ausencia de mecanismos para evitar y atender la violencia escolar; al no garantizar el pleno  respeto al derecho a la educación y la inclusión de niñas, niños y adolescentes con capacidades diferentes, en todos los niveles del Sistema Educativo Nacional; al no fomentar el uso responsable y seguro de las tecnologías de información y comunicación; a la ineptitud de las autoridades educativas , para administrar el servicio educativo; Además de que miles de alumnos, difícilmente tienen la posibilidad de consumir alimento tres veces al día, mucho menos pagar las “cuotas voluntarias”; uniformes escolares de uso diario y deportivo y comprar los útiles escolares y algún aparato digital que les ayude a mejorar su aprendizaje.

El derecho a la identidad no debería limitarse a contar con un nombre y apellidos, a ser inscritos en el registro civil a contar con una nacionalidad y conocer sus orígenes; sino, además, debería contar con los apoyos económicos, afectivos y morales de la familia y hacer efectivo sus derechos humanos sin discriminación alguna.

El derecho a vivir en familia se está volviendo relativo en algunos sectores de la población, por la desintegración familiar, a veces por situaciones de pobreza, otras veces por problemas de drogadicción o alcoholismo y no pocas por desplazamientos y desapariciones forzadas a consecuencia de la expansión de la delincuencia, ante la indiferencia de las autoridades, que no implementan políticas públicas paras mantener la integridad familiar. 

Derecho a la salud. En esta administración del Gobierno Federal, se terminó de colapsar el Sistema Nacional de Salud: las instalaciones médicas, son insuficientes o están en malas condiciones y faltan medicamentos para atender principalmente a quienes padecen enfermedades crónicas.  Lo más absurdo del asunto, es que hasta después de1584 días, se dieron cuenta que el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), que sustituyó al Seguro Popular, fue un verdadero fracaso, no cumplió con las expectativas esperadas, pero sí gastó millones de pesos experimentando en la compra de medicamentos. Por lo que respecta a la asistencia social sólo existe en documentos oficiales. 

Derecho a no ser discriminado. La discriminación que sufren las niñas y niños, no está “en razón de su origen étnico, nacional o social, idioma o lengua, edad, género, preferencia sexual, estado civil, religión, opinión, condición económica, circunstancias de nacimiento, discapacidad o estado de salud o cualquier otra condición atribuible a ellos mismos o a su madre, padre, tutor o persona que los tenga bajo guarda y custodia, o a otros miembros de su familia”. Sino en función de la capacidad adquisitiva de sus familias, lo que genera automáticamente una discriminación social.

Derecho a una vida libre de violencia. Si en algo se están acostumbrando las niñas y niños que habitan por todos los espacios del territorio nacional, es a ser testigos presenciales de los diferentes actos de violencia, que inclusive ellos mismos pueden verse afectados en su integridad física, sin tener ninguna relación con estos hechos ilegales.

Derecho a la seguridad jurídica y al debido proceso. Nos se les proporciona asistencia de profesionales especializados en la defensa de sus derechos establecidos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, los tratados internacionales, en la Ley General de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes y demás disposiciones aplicables; dejándolos expuestos a actos de corrupción e impunidad en la aplicación de las leyes.

Derechos de niñas y niños migrantes. No existe voluntad de parte de las autoridades migratorias ni de los titulares del Sistema Nacional DIF ni del sistema de las entidades, según corresponda, para brindar la protección a las niñas y niños migrantes, al contrario, los abandonan a su suerte, expuestos a riesgos de toda índole, como lo sucedido recientemente en ciudad Juárez, Chihuahua.

La realidad no miente, las diferentes administraciones de gobierno. han sido incapaces o no han querido implementar políticas públicas y emprendido acciones, para mejorar la calidad de vida de las niñas y niños, principalmente de las familias de los trabajadores. Lo mínimo que pueden hacer quienes actualmente ostenta el poder político y económico, es no seguir utilizando a este importante segmento de la población, para satisfacer sus intereses personales o de grupos políticos. Es tiempo y necesario, de que el desarrollo integral de las niñas y niños, se considere una prioridad nacional.