Se reabre el mercado Independencia entre caos, desinformación y temores

Locatarios solicitan apoyos económicos reales, y no créditos que les impidan recuperar las pérdidas ocasionadas directa o indirectamente por el incendio

Servicio de sanitarios, suspendido momentáneamente en el Mercado Independencia. | Fotografía: Agencia Comunicación Gráfica.

Morelia, Mich.- A más de 48 horas del incendio en el estacionamiento del mercado Independencia, comerciantes de distintos giros y pertenecientes a diversas uniones y coaliciones, se mantienen con informaciones a medias, rumores y falta de respuestas claras por parte de las autoridades. Hay temor a presentarse a laborar en medio de los riesgos estructurales señalados por las autoridades.

Jesús y Nora siguen vendiendo sus frutas y verduras en la avenida Lázaro Cárdenas, aunque los productos ya están visiblemente maduros. No tienen información resuelta sobre una posible reubicación, pero mencionan que las autoridades del mercado los han estado presionando para que se vayan de donde están. “Nosotros decimos que lo demuelan [el estacionamiento] y nos dejen trabajar en la calle”.

Consuelo fue hoy temprano a ver qué se podía rescatar de su cremería. Si bien no tuvo pérdidas mayores, se encontró con que todavía no tenía gas. Sin embargo, lo que más le preocupa es el riesgo que corre estando dentro del inmueble: “Estamos en una zona de riesgo, porque tenemos los tanques de gas arriba. Estamos temerosos”.

Mientras Consuelo lamenta que le ha llegado información por parte de uniones y autoridades de que solo van a apoyar a los directamente afectados por el incendio, Jorge, de una tortillería cercana a la zona del siniestro, en una situación similar, reclama que “nada más les están poniendo atención a los de allá afuera”.

Martha es la administradora del último local al noroeste del mercado, justo antes de la valla que no permite el paso hacia la zona más afectada por el siniestro. Hoy sólo asistió para limpiar y tirar a la basura su mercancía echada a perder, ya que no tuvo luz en todos estos días: ollas de carne, mole, frijoles, entre otros guisos. No sabe cuándo podrá volver a vender. Todavía no tiene luz. Remarca el olor intenso a quemado que todavía se respira en la zona.

Con lágrimas en los ojos, Martha cuestiona la estrategia de créditos que estarían por recibir como damnificados por el incendio: “Nosotros no necesitamos créditos, eso no es apoyo. Hay recursos, hay un fondo para los mercados para este tipo de situaciones. Soy padre y madre… Estuve a punto de perder mi negocio, Dios es grande…”.

Como otros comerciantes más, Martha no forma parte de ninguna unión o coalición: “Se venden, hacen negocio”, critica; y “como no tenemos unión, te dejan fuera”, se refiere al hecho de que hasta ahora nadie se ha acercado con ella para darle alternativas de solución, a pesar de que el día de ayer, en conferencia de prensa, representantes de cinco agrupaciones dijeron que no dejarían fuera de las negociaciones a los locatarios libres (no afiliados).

Carmen también vende comida. Asiste al mercado “para que se vea que haya vida”, pero no quiere responder la pregunta acerca de si se siente segura en las condiciones de infraestructura del inmueble. Cuando pasa un bombero a preguntarle si tiene fugas su tubo de gas, aprovecha para inquirirlo: “Aquí me preguntan que si me siento segura. ¿Qué le puedo responder?”, a lo que el agente le dice que no tiene autorizado dar ese tipo de declaraciones.

La administración de Alfonso Martínez ha enfatizado que los tanques estacionarios que están en el techo del inmueble no implican mayores riesgos. En consecuencia, esta mañana se abrieron las llaves de gas y se hizo una ronda para detectar fugas.

Rodrigo Camacho, director de bomberos municipal, también presente en la labor, afirma que sí hay un riesgo estructural, aunque está contenido.

A las afueras del mercado, locatarias que venden sombreros se preguntan si los créditos que les dijeron que les van a dar tendrán tasa de interés cero, “para que de verdad sea apoyo, ¿o van a hacer leña del árbol caído?”.

Increpan a Fernando Maldonado, coordinador general de Vía Pública de la Administración de Mercados y Plazas, para pedirle información y soluciones en el tema de reubicación y apoyos. Él las remite con una compañera suya que les toma nombre y número telefónico. “La veo muy nerviosa, tranquilícese”, eso es lo primero que le dice la funcionaria, poniéndole una mano en el hombro, a la damnificada todavía sin respuestas certeras a dos días del siniestro.

Cuando se logra zafar de las sombrereras, Maldonado es alcanzado por propietarios de vehículos que le preguntan si pueden pasar a sacar cosas de valor de sus coches. El funcionario responde que las vigas están más caídas hoy que ayer, y les pide paciencia para poder acceder cuando sea seguro, ya que la zona es de riesgo y la fiscalía sigue haciendo peritaje: “Va a salir más caro el funeral. También he tenido pérdidas”, les comenta en una especie de gesto de empatía.

Por su parte, Esther y Amalia son artesanas que vienen todos los días de Capula para vender ollas y demás artesanías en la parte de abajo del mercado. Sus pérdidas ascienden, según estiman, a 50 o 40 mil pesos cada una. Hay 70 locales de artesanías afectados, dicen.

Maricela y un grupo de tres señoras más vienen de Tarímbaro todos los días a vender nopales a la entrada del mercado por el lado de la Lázaro Cárdenas. Marco Antonio Garibay, director de Mercados y Plazas del ayuntamiento de Morelia, las citó el día de hoy a las siete de la mañana para indicarles el lugar en el que se pueden reubicar. A las 10:30 ya iban de regreso a sus casas, porque no les resolvieron nada: “Que mañana regresemos, mañana nos van a decir a dónde nos vamos a mover”.

Garibay dijo tener una reunión a las 12:00 horas con diferentes dependencias de gobierno, a fin de dar respuestas a los comerciantes que se mantienen hasta el momento con informaciones a medias, rumores e incertidumbre.

Apuntó que el día de ayer al filo de la medianoche todavía se estaba apagando fuego: “Volvió a tronar. La demolición no va a ser hoy, va a ser en unos días”, aunque no pudo aclarar cuándo exactamente.