Largo camino…

De ahí el lema de la premiación este año: “El largo camino de los que luchan”. (Foto: cortesía Xuchitl Vázquez).

“Escribir es intentar descubrir lo que escribiríamos si escribiésemos”. (Marguerite Duras)

Suceden tantas cosas cada segundo a nivel individual y colectivo. No sé si sea solo una percepción personal, pero el tiempo literalmente siento que vuela. Que la vida nos quiere decir y enseñar tantas cosas, que esta acelerando el tiempo, que debemos estar atentos a lo que sucede, y sobre todo que debemos participar en los hechos, que a futuro se verán como la historia reciente de nuestro país, de nuestro mundo.

El domingo pasado, acudimos a la entrega del Premio Nacional Carlos Montemayor 2023. Otorgaban el premio a varias personalidades que justo han hecho historia.

En lo personal fui principalmente por la alegría de estar en la premiación del Antrop. Leonel Durán Solís, con quien en el caminar de la vida hemos conformado una buena amistad. De las buenas diría mi padre, de esas que no sólo son porque en un momento dado nos conocimos, nos saludamos, sino que por coincidencia ideológica y sobre todo de anhelos, fuimos consolidando la amistad.

Leonel me acompañó a Coalcomán en el año 2008, para conocer el lugar donde había nacido Natalio Vázquez Pallares, y   porque debía haber ahí un Museo, que impidiese el olvido de la grandeza histórica y cultural de esa región. Con convencimiento y entusiasmo hizo el proyecto, el cual es sumamente valioso para la recuperación no solo de la historia y cultura de la región, sino sobre todo de la recuperación de la memoria, de la identidad de cientos de niños y jóvenes. que en los últimos tiempos han vivido inmersos en la violencia.

Ese anhelo, y muchos más, son la causa de nuestra buena amistad, por ello queríamos estar presentes.

Fuimos, y desde antes de que iniciara el evento era ya una fiesta. El reencuentro de amigos no solo de Antropología sino desde la prepa fue una alegría.

Fueron premiados Josefina Martínez Rojas, Luis Hernández Navarro, Mario Menéndez, Guillermo Sánchez Nava, entre varios más.  Con una historia larga y sumamente valiosa de lucha por un México con justicia.

De ahí el lema de la premiación este año: “El largo camino de los que luchan”.

Han luchado todos ellos desde su trinchera, los más desde la palabra escrita. La gran arma como decía mi padre, la palabra que expresa, que da a conocer lo que pasa.

Josefina Martínez, inició su intervención diciendo. “No me callaron, no me callaré”.

 Al escucharles, confirme que importante y determinante es el entorno en donde nacemos y crecemos.

Nací en una casa donde se valoraba la palabra, tanto la escrita como la hablada. La hablada se cumplía. Se debía siempre saber de lo que se hablaba, y sobre todo decir la verdad.  En mi casa los libros están por doquier, se leen. Se quieren, se les respeta, por todo lo que enseñan y nos comparten, por que nos acompañan en el vivir.

El domingo, me sentí en familia, con personas que luchan por un país, por un mundo, sin injusticias, con igualdad y libertad.

Había tanta alegría, tanta sabiduría reunida, tanto camino andado juntos, tanto por lograr, tanto por hacer, tanto por cantar, por sonreír, tanto por luchar.

Recordé tanto a muchos que desafortunadamente ya no están y hacen tanta falta.

Di gracias a Carlos desde el corazón y mentalmente por reunirnos, por alentarnos a seguir el largo camino, que hay que recorrer para lograr los sueños y anhelos.

Tuve el honor y a alegría de conocerle desde hace muchos años. Era nuestro vecino, vivía en la Colonia Centinela, a unos pasos de nuestra casa. La vida es así; nos pone en el camino valiosas vivencias y regalos.

Carlos Montemayor fue escritor, articulista, ensayista, poeta y traductor, activista social en defensa de las comunidades indígenas y de los grupos más vulnerables de nuestro país. Amante y promotor de la incipiente literatura escrita en nuestros idiomas ancestrales, tuvo un papel relevante como activista político y luchador social. Sus novelas, crónicas y ensayos acerca de diversos movimientos sociales, son referente para analizar el contexto y la actualidad en torno a fenómenos como las guerrillas y los levantamientos indígenas.

Ahí nos tocó y teníamos que vivir, en esa pequeña colonia, otrora empedrada, donde mi padre y yo sembramos 500 árboles, la cual fue diseñada por el famoso arquitecto Pani, y le llamo la super manzana, concebida rodeada e interconectada por áreas verdes. Que hoy sirve de modelo a seguir en Europa, intentando dar a los habitantes una vida saludable, rodeados de árboles.  

Desafortunadamente la idea de Pani no fue entendida, y de no ser por los árboles que sembramos, sería ahorita como muchas otras, solo cemento. Muchos vecinos no valoran y han tirado y podado los árboles, quitándole el sentido para lo que fue diseñada: para vivir plenamente, para dar belleza a los que ahí viven, para ayudar en estos tiempos a la madre tierra a tener un respiro.

El día a día nos conforma la vida. La vida nos lleva por caminos unas veces maravillosos, otros quizás para enseñarnos a caminar, un poco sinuosos, otros como nos pasó el lunes pasado, bloqueados.

El lunes pasado veníamos hacia Morelia, y al entrar al atajo que hay para no entrar a Toluca, nos sacaron. Pensamos sería solo que estaban arreglando un tramo del camino.

No fue así, nos regresaron a Toluca, por colonias que nos permitieron ver cómo ha crecido la ciudad, pero a la vez, como la pobreza impera.

Al querer tomar la libre a Morelia, vimos cientos de camiones estacionados, al parecer desde hacía horas. Imposible pasar. Pero si hay un camino cerrado, se hace otro, o se encuentra otro, y así fue.

Nos fuimos por caminos vecinales, todos con hoyos, baches y topes, y muchas pintas en las paredes a favor de tal o cual partido.

Tras varias horas, nos enteramos por las redes, que familiares de cuatro personas originarias del estado de México, que fueron desparecidas en Zacatecas, desesperados por no encontrarles y no tener respuesta de las instancias correspondientes, bloquearon las entradas y salidas a Toluca, Intentando ser escuchados, vistos, entendidos, y sobre todo atendida su solicitud de que encuentren a sus familiares.

La vida pone caminos a veces sinuosos y difíciles, que se piensan imposibles de pasar. Pero la historia nos demuestra que no importa cuán difícil o largo sea el camino, se pueden lograr los sueños, los anhelos.

Es importante no permitir el olvido. Luchar por los sueños y anhelos, no importa cuán largo sea el camino.