Confiscan rifle Barret, como el que ultimó a Hipólito Mora

El ilícito más común en el estado es la portación de armas de uso del Ejército, pero la falta de licencia para otras armas genera decomisos.

Soldados destruyen armas en la XXI Zona Militar | Fotografía: Agencia Comunicación Gráfica

Morelia, Mich.- Entre las 500 armas de grueso y bajo calibre, y las miles de municiones decomisados, la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena) confiscó un rifle Barret calibre 50, como el usado en el homicidio del exlíder de autodefensas Hipólito Mora Chávez.

Lo anterior lo dijo Jesús López Trujillo, delegado de la Fiscalía General de la República (FGR) en Michoacán, durante un acto en la XXI Zona Militar en el que fueron destruidas 500 armas.

Además, el funcionario federal añadió que el principal delito en el estado de Michoacán era, precisamente, la portación de armas de alto calibre, cuyo uso es exclusivo del Ejército Mexicano.

López Trujillo agregó que la Delegación Michoacán de la FGR analiza los distintos reportes que arriban a la dependencia por cada arma de fuego de grueso calibre, por lo que se sabe si ésta se ha usado en algún ilícito o si, por el contrario, nunca fue utilizado, una labor que consideró ardua, toda vez que son muchas las armas de fuego que se examinan.

Sin embargo, en el caso de las armas de bajo calibre, cuya portación sí está permitida pero son retiradas, el funcionario federal afirmó que aquellos que las llevan la mayoría de las veces no cuentan con el permiso necesario, por lo que éstas se les decomisan.

En ese sentido, el delegado estatal de la FGR afirmó que una de las armas decomisadas en las últimas horas fue un rifle de alto impacto tipo Barret, el cual se pondrá a disposición de una corte federal y que resulta ser de calibre 50, como el que se utilizó en el asesinato el 29 de junio del exlíder de autodefensas, Hipólito Mora Chávez.

Es de destacar que en total fueron destruidos 285 armas largas, 215 armas cortas, y confiscados 35 mil 441 cartuchos, además de mil mil 383 y 115 ojivas cargadores, en su mayoría al crimen organizado.

Para su destrucción, cada arma pasa por un proceso de desarme parcial, a fin de retirarle resortes y piezas pequeñas, tras lo son sometidas a la fricción de un disco abrasivo para, finalmente, recolectar y registrar sus piezas.